sábado, 13 de septiembre de 2014

La palabra sin mal de Augusto Roa Bastos y los 40 años de Yo el Supremo



Redacción Mariátegui
12/09/14

Lima.- Augusto Roa Bastos. (Asunción, 1917 - 2005). Narrador y poeta, es considerado como el escritor paraguayo más importante del siglo XX y uno de los grandes novelistas de la literatura hispanoamericana.

40 años de Yo el Supremo

La Embajada de Paraguay en Perú realizó un homenaje a Augusto Roa Bastos al conmemorarse 25 años de que obtuvo el Premio Cervantes (1989) y a 40 años de publicada su obra cúspide Yo el Supremo, con la participación de destacados escritores e intelectuales paraguayos, esta se efectuó durante la 19 Feria Internacional del Libro de Lima (FIL Lima 2014), siendo la primera participación  de Paraguay en esta fiesta del libro.

El camino del arte

Para Margarita Morselli, Directora General del Centro Cultural de la República El Cabildo, “solamente Augusto Roa Bastos desata las cintas de un centro que el mismo diseño a andar, Augusto nos diseñó ese camino, ese gran camino del arte que realmente es ese camino que no desata guerras pero sí denuncia problemas sociales, anticipa los mismos y las desigualdades e injusticias”.

“Entonces, es una forma de que nosotros podamos anticiparnos a ellas y poder construir una hermandad, no solamente dentro de nuestro país sino también con otros pueblos hermanos”.

Refiere que: “Así lo hicimos desde hace diez años y construimos un lugar donde la ciudadanía se ha apropiado y los hermanos extranjeros que llegan encuentran ese lugar  solaz, un lugar donde pueden decir nos identificamos con los otros ciudadanos del mundo al tener un lenguaje que es universal”.

“Porque seguimos construyendo y poniendo a disposición de la ciudadanía a este lugarcito que fue dado el puntapié inicial por Augusto Roa Bastos pero que ahora ya pertenece con mucha pasión a todos los paraguayos”, añadió Morselli.  

La palabra sin mal

Antonio Carmona (Paraguay), periodista, escritor y presidente de la Fundación Augusto Roa Bastos, rescata que “Roa Bastos reivindicaba un tema que está también en los diccionarios guaraníes de los indígenas guaraníes, es decir, la palabra sin mal, la palabra que después de cantar hasta agotarse y repetir los versos, los cánticos, se va convirtiendo en algo más que una palabra se va convirtiendo en realidad”.

Afirma que “así como fue el sueño de los guaraníes, también fue el sueño de Roa, buscar esa palabra real que es difícil de alcanzar y que logra de pronto explicar, pero vamos a decirlos con palabras de su maestro admirado don Miguel de Cervantes porque a él le gustaba hablar de historias fingidas, término que acuña en El Quijote: las historias fingidas tanto tienen de buenas y de deleitables cuando se llegan a la verdad o a la semejanza de ellas. Y las verdaderas, tanto son mejores cuando son más verdaderas”.


El libro que escriben los pueblos

“Se preguntaba muchas veces Augusto, sobre un tema de conversación con él e íbamos, cuando él habla de que él no escribe un libro, el escritor sino que él es el escriba que escribe el libro que escriben los pueblos”.

“Algunos pensaron que era una cuestión de modestia, yo siempre les decía que es una desmesurada admisión ser el escritor del libro que escriben los pueblos, él hablaba  que los libros que escribían los pueblos acuñándose a lo largo del tiempo y él creía que su primer y más importante exponente era don Miguel de Cervantes y El Quijoteque junta miles de historias que junta miles de historias y no una historia, las va compaginando en un gran historia, en un gran libro que cuentan las historias de esos pueblos”, agrega Carmona.    

Vitalidad intacta

Para Alcibíades González del Valle (Paraguay), escritor, periodista y Premio Nacional de Literatura 2013, afirma que: “desde 1974 la novela se estudia del derecho y del revés, tal como el autor lo hace con nuestra historia por los más pintados especialistas que coinciden en esta afirmación rotunda “es una de las mejores creaciones literarias latinoamericanas de todos los tiempos” se trata de esas obras que rejuvenecen con los años para sorprendernos a cada nueva lectura por su vitalidad intacta”.

“Frente a estas obras que prestigian la narrativa mundial como El Otoño del Patriarca  de Gabriel García Márquez, Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias o La Fiesta del Chivo del peruano Mario Vargas Llosa se impone Yo el Supremo no sólo por la complejidad del personaje, José Gaspar Rodríguez Francia no fue moldeado en la matriz de donde nacen los dictadores de estas tierras como de una fotocopiadora, sino entre otros aciertos por el tratamiento novedoso del protagonista, de su contexto, de su historia”, refiere González del Valle. 

Asimismo destaca que “el personaje Rodríguez Francia no se parece a los dictadores que fueron novelizados o no, tampoco la novel de Roa es como las otras, no se limita a contar con maestría desde fuera los episodios que hacen la naturaleza de un tirano”.

“En casi toda la obra el lector de pregunta ¿dónde está el personaje? O ¿quién es el personaje y quién el novelista? ¿Quién habla por boca de quién? Consciente de esta situación el autor asume el rol de compilador que no le salva de la responsabilidad de cuanto hace y dice su criatura”, agrega.


Universo mítico

Claude Castro Giménez, destaca que “una obra para alcanzar cierto éxito, necesita cierta difusión en el mundo, y es lo que pasó con la obra de Roa – Yo el Supremo - no puede quedarse en lo local, es decir, por ejemplo Roa siempre se apoya en el contexto socio-político, económico, cultural de su país. Pero a partir de ese contexto y gracias a mecanismo literarios el lector se proyecta en un universo mítico que es el universo de todos, que va traspasando las fronteras del espacio y del tiempo”.

“Si bien podemos dar dos interpretaciones a la obra de Roa; una interpretación socio-política que presenta cierta utopía, por lo menos en el principio tenemos a personajes que incluso proponen una visión marxista del mundo, entonces eso conlleva cierta utopía, cierta posibilidad de evolución”, refiere Castro Giménez.
   
Narrativa cinematográfica

Lourdes Espínola, escritora y directora de relaciones culturales y turismo de la cancillería de Paraguay, asegura que otro elemento más en la narrativa de Roa Bastos, es la cinematografía, “él cuando estuvo exiliado en Argentina por razones de supervivencia se dedicó también -y porque le gustaba- a hacer guiones, y vemos también las obras de él llevadas a la pantalla, películas donde él también intervino como La SedChoferes del ChacoHijo de Hombre, otras obras como El Trueno entre las hojas con Armando Bó”.

Lo interesante es que como estos instrumentos o elementos de la cinematografía se introducen en su obra como instrumentos para pintar un fresco polifónico y polisémico, -dice Lourdes- sobre todo se nota en Yo el Supremo, donde se inicia con un pasquín que sería paralelo a estos films donde encontramos un manuscrito arcaico o encontramos un mapa de tesoros de pirata y se empieza la narración.


“Después la figura esta del compilador que es muy recurrente en el cine que aparece como una voz en off, la voz narrativa. Tenemos también el recurso del flash-back que aparece mucho en Yo el Supremo donde los muertos aparecen con los vivos en un diálogo y esta dinámica, esta tensión de rupturas temporales, él lo logra con la misma estrategia que podemos pensar lo hace Quentin Tarantino con el editing, son cortes”.  

“Esto nos demuestra de cómo lo visual y lo cinematográfico enriquecen la narrativa roabastiana”, finaliza la diplomática paraguaya. 

viernes, 12 de septiembre de 2014

Estética y ética de Bertold Brecht en Diario de Trabajo - II parte




Escribe: Roque Ramírez Cueva
En la parte uno del Diario de Trabajo, vol. 2, comentamos acerca de las ideas socio políticas, incluso económicas del poeta y dramaturgo alemán, correspondiente a su período de exilio en Beverly Hills (EE.UU.), donde trabajó de guionista. Dejamos pendiente parte de su pensamiento estético y propuesta teatral, su opinión del cine y de los creadores y artistas del cine hollywoodense, sin obviar el comportamiento de los intelectuales ante el desarrollo de la segunda gran guerra y el accionar del fascismo nazi.
Así, Brecht deja anotado la insustancial temática de los guiones del cine norteamericano, los paisajes artificiales de Beberly Hills, la compra venta de todo, incluyendo gestos e ideas...la orina. Capitalismo puro y descarnado, “desarrollo… pero sin que nada desarrolle”, (p.20). Antes, expone las ideas sobre su propuesta teatral del distanciamiento, “una forma de actuación teatral que reproduzca el comportamiento humano de manera tal que la sociedad [en condición de espectador] reaccione en forma productiva…” (16.1.42). Corchetes nuestros a lo largo del texto.
Aclarando las ideas de la propuesta teatral, leeremos que sobre el distanciamiento de su drama épico lo discierne poniendo en escena su obra Un hombre es un hombre. En esta pieza de teatro, al final de cada acto aparecen carteles con textos que aclaran lo representado; aparte que los actores, sin la máscara del personaje, se dirigen al público como personas reales para inferir o debatir acerca de sus roles representados. El propósito es lograr en los actores una actitud que les permita distanciarse de su actuación como personajes, buscando se comuniquen con un público que se vea dispuesto a reflexionar sobre los diálogos o monólogos que le ofrece el drama épico. Es una propuesta estética que no surge como la moda de otro “ismo”, resultó una alternativa estética que trazó en la vasta historia del teatro, un antes y un después. (15.3.42).
Sagaz lector de la filosofía dialéctico-histórico materialista (marxismo) sabe que los filósofos deterministas y de otros idealismos, no pueden demostrar sus propias tesis, desmentidas por la ciencia. Ello se debe a que, asegura Brecht, dichos “filósofos no logran imaginar el espacio como una cualidad de la materia, el que el espacio sólo sea algo incluido en la materia les resulta inquietante” (p.45).
Poeta y dramaturgo, sin duda que, el autor del Diario de Trabajo, como todo hombre de letras, en algún momento tenía que preguntarse ¿Por qué escribir? Y, desde luego, no elude respuesta, “…a veces se escribe impulsado por determinadas fuerzas y a veces se intenta cobrar fuerzas al escribir. Aquí en los EE.UU., uno es un objeto de la literatura, no un sujeto”. Brecht, en esto último, apunta a que en el imperio capitalista se escribe por encargo, por una paga, por tanto el producto –texto u obra literaria- no le pertenece al escritor y puede ser mutilada, cambiada tantas veces quiera el patrocinador. (24.3.42)
En sus páginas da testimonio del intercambio de opiniones con Adorno, en las cuales discrepan, el uno al otro, del cine y del teatro. La mayor discrepancia se da en el hecho que Brecht afirma que en el teatro la actuación se producen ante un público latente que observa y es observado en la expresión de sus emociones y actitudes, los actores pueden interactuar con el público; en el cine se actúa sin público, la actuación es mecánica. (27.3.42) p.57. Por cierto, esta discrepancia con Adorno y Max Horkheimer, se muestra de manera explícita en la obra teatral de Brecht La novela de los tuis, drama en el cual ellos no quedan bien parados.
Escribir poesía, en EE.UU., “significa retirarse a la torre de marfil”, en una actitud estrafalaria, esnobista. A los poetas y escritores norteamericanos les es imposible entender desde su espíritu egoísta y mercantil que “la batalla por Smolensk [Ejército Rojo vs tropas hitlereanas] se libra [también] por la poesía”. (5.4.42). Es lo mismo que hoy no entienden los escritores indiferentes y apolíticos respecto de Palestina y el genocidio que el sionismo-nazi del estado de Israel comete contra los niños y mujeres de Gaza. La prioridad de un compromiso por poner el hombro hacia una Palestina libre, es de una necesidad tal de que en el futuro no se coaccione la libertad de nadie para crear poesía. El 12/4/42, Brecht escribía estos versos: “Y día y noche se libra / en los nevados campos de Smolensk / la batalla por la dignidad humana”.
Meses después (p. 153) evidencia una opinión literaria conciliadora sobre D’annunzio, porque valora la calidad y lo productivo de su obra: “…ese charlatán escribió poemas pastoriles que difícilmente se pierdan, y la Charta del gremio marítimo seguirá siendo por mucho tiempo un documento interesante, su arrogancia se mantiene en un plano muy superior al de la chata vanidad hollywoodense, y lo mismo puede decirse de su gusto, aunque a veces sea disparatado, y de todo su estilo de vida, que por lo menos confería, no sólo a todo su trabajo sino también a sus extravagancias, algo de productivo (18.7.42).
Descripción que coincide, sin haberse leído, con la realizada por Mariátegui: “La personalidad de D'annunzio es una personalidad arbitraria y versátil que no cabe dentro de un partido .../ Aspira a ser un gran actor de la historia. No le preocupa el rol sino su grandeza, su relieve, su estética .../ En D'annunzio no hay una teoría, una doctrina, un concepto. En D'annunzio hay sobre todo, un ritmo, una música, una forma .../ Es que D'annunzio ama el pasado; pero ama más el presente. El pasado lo provee y lo abastece de elementos decorativos, de esmaltes arcaicos, de colores raros y de jeroglíficos misteriosos. Pero el presente es la vida. Y la vida es la fuente de la fantasía y del arte. (La Escena Contemporánea, “D’Annunzio y el Fascismo”).
La simpatía de Brecht por D’annunzio –por tanto la de J.C. Mariátegui- es muy comprensible porque al comparar se observa que el trabajo artístico en Hollywood (extensible a todo USA) incorpora, dice el primero, “…pilares que no están destinados a soportar ningún peso; lo inteligente se vuelve estúpido, lo progresista se vuelve retrógrado, lo noble se hace vulgar, lo vulgar atractivo, el comprador se apodera del pincel y ensucia la tela, y nadie verá jamás el cuadro tal cual fue”. 22.10.42.
Entonces, ¿cuál es el papel que la sociedad capitalista, desde la experiencia de su trizado faro hollywoodense, le reserva al artista? Un rol indigno, enajenante. Escribe Brecht “…habituado a extraer mi dignidad de la dignidad de la misión; mi importancia de la importancia que revisto para la colectividad; mi energía de las fuerzas con las cuales entro en contacto ¿Qué va a ser de mí si la misión es indigna, [si] la colectividad está depravada…” (p. 189).
El autor del Diario de Trabajo, en el exilio se halla cerca del frente de batalla, padeciendo ínfimos salarios, sufriendo el robo de sus guiones, viendo como se mutila su producción artística por parte del vulgar manager o financista de cine. Él persiste en escribir guiones que escenifiquen “la pelea entre un comisario de la Gestapo y el novio de la protagonista…”. Es decir, trata que se filme la guerra desenmascarando al fascismo nazi y se muestre el surgimiento de movimientos de resistencia “con dosis de talento artístico”, sin maquillajes frívolos de esa cruenta realidad como acostumbra el cine norteamericano.
No transige en sus principios ni pensamientos: en el cine, en el teatro, de alguna manera se expresan los fundamentos de la lucha de clases, sustento que encuentra muros y barreras entre la gente, los artistas norteamericanos. En el guión de Juana de Arco consigue que se acepte el distanciamiento del personaje en doble rol, así la actriz niña asumirá un comportamiento reflexivo de adulta, la contradicción niña-adulta lo exige. (25.11.42), y (2.12.42).
No deja de advertirnos que las prácticas del teatro isabelino son similares a la industria y al espectáculo del cine en Hollywood con equipos actorales, piezas escritas a todo apuro y por encargo, repetición de motivos, escritores que pierden influencia sobre sus productos literarios, las acciones se presentan con apasionamiento, y sin duda hay intereses políticos, las diferencias de clases se acentúan. (7.743).
Bertold Brecht, sabemos que es poeta, director y escritor de teatro, menciono esto que es conocido porque los jóvenes lectores deben recordar que un artista o escritor, aparte de su natural talento debe cimentar tal cualidad con una formación académica. A propósito de lo anterior, el autor del Diario de Trabajo leía a tirios y troyanos, aparte de leer todo aquello que le daría solidez a su formación intelectual. Lee libros de Trosky sobre Lenin, a Marcuse, Adorno, D’annunzio, Huxley, Auden, Gide, Conan Doyle, Simenon, Lucrecio –Latino-, a los dramaturgos griegos del pathos aristotélico, ha leído a Marx, Engels, Lenin, la literatura inglesa, finlandesa y francesa, a los escritores alemanes de antes de Goethe y a sus contemporáneos, en todos sus géneros. A todos los conoce desde sus obras, vida e ideas. En EE.UU. escucha a los escritores y pensadores exilados como los deterministas, y les opone su visión que se sustenta en las nociones dialécticas y materialistas del marxismo desde Lenin y Marx. Sin embargo no es heterodoxo, sus opiniones de empatía con el arte y literatura burgueses lo confirman.
A medida que avanzan los meses, los hechos bélicos y políticos van ingresando a una etapa de desenlace. Sobre todo a partir del triunfo del Ejército rojo soviético en Smolensko. El diario relata de cómo el 1/8/43 se reúnen algunos intelectuales alemanes, Thomas Mann, Henrich Mann, Feuchtwanger, Bruno Frank, Marcuse, Hans Reichenbach, junto con Brecht, para redactar un manifiesto ante la proximidad del fin de la guerra. El texto dice:
En estos instantes en que se aproxima la victoria de las naciones aliadas, los escritores, científicos y artistas alemanes que suscriben consideran su deber manifestar públicamente lo que sigue: Hemos acogido con entusiasmo la declaración de los prisioneros de guerra y exiliados alemanes en Rusia, quienes exhortan al pueblo alemán a que obligue a su opresor a una capitulación incondicional y a que luche por el establecimiento de una democracia fuerte en Alemania.
También nosotros consideramos necesario establecer una clara distinción entre el régimen hitlerista y los sectores ligados a él, por una parte, y el pueblo alemán, por otra.
Estamos convencidos de que en el mundo no puede reinar una paz duradera mientras en Alemania no se instaure una democracia fuerte.”
Brecht da testimonio que Thomas Mann se opuso a mencionar a la URSS como artífice vital de la inminente derrota al fascismo nazi (en esto y con lo de sionismo nazi no escatimo redundancias). Incluso, al día siguiente don Thomas quiso retirar su firma del manifiesto (p.252), para lo cual se dedica a calumniar a Brecht de inducirlo a firmar la declaración cumpliendo órdenes de Moscú (9.943). En su confabulación derechista, no concibe que Brecht actúe por convicción.
Thomas Mann propone, ahora que los nazis van perdiendo la guerra, “…en Alemania hay que matar a medio millón”. Pensamiento irracional de venganza cruel, “resentimiento de la bestia” señala Brecht. (9.8.43). Tal vez, porque Thomas Mann, es observado con dudas, entre los círculos alemanes exilados en EE.UU., se le insinúa ser corresponsable de tener empatía con los nazis. Un exilado le insinúa interrogando “no dijo Ud., señor Thomas Mann, que él [nazi] era un hermano, como un mal hermano? (9.9.43).
La maquinaria de propaganda del imperialismo yanqui empieza a deslegitimar el inmenso aporte del Estado Soviético y de su ejército rojo. Por ello Brecht denuncia que intelectuales traidores pretendan que se proteste contra la Unión Soviética por supuestos crímenes cometidos, sin considerar los millones de soldados proletarios que se inmolaron por liberar al mundo de las hordas fascistas hitlereanas. El occidente capitalista ya tenía en su mira a sus líderes, entre ellos a Stalin. Lenin había muerto, y sobre él era poco efectista tirar barro.
Nuestro poeta y dramaturgo no comete el desliz de la fácil y seudo denuncia, sin embargo, hace notar la despreocupación de los soviéticos especialistas en literatura por no investigar a Shakespeare o Tolstoi sin prescindir de la opinión de Lenin. Porque de esa manera, no se dará una “atmósfera propicia” para que prospere una literatura vital, insurgente, plena. No obstante, sugiere que esa actitud –de los literatos rusos- responde al hecho de que al asumir el proletariado al poder, este no estaba preparado, sin duda tenían otras urgencias, entre ellas reconstruir la nación, (16.10.43).
Se tiene que realizar una política del arte para la clase obrera, propone Brecht: “la clase obrera necesita realismo para actuar y reflexionar, para conquistar el poder y para conservarlo, y eso no es nada tan especial…”. No olvidemos que el realismo es una corriente a la que pueden recurrir escritores proletarios y burgueses y que no se propone priorizar sólo la forma.

A propósito, y concluyendo estas notas, advertimos a los lectores que, sobre la contribución de los escritores burgueses, pequeñoburgueses y proletarios en la etapa revolucionaria y de democracia popular , Brecht nos presenta sus ideas en el volumen I del Diario de Trabajo, correspondiente a su exilio en Suiza y Finlandia, mas ello es tema para un comentario aparte.

BRECHT habla HOY NO AYER . I PARTE. (GUERRA, FASCISMO Y PEQUEÑA BURGUESÍA)

Escribe: Roque Ramírez Cueva

¿Se puede escribir un diario sin aludir a la vida íntima? El Diario de Ana Frank nos sedujo y nos indujo a leerlo a hurtadillas, de las miradas paternales que despistaos imaginamos severas, porque nos descubría detalles no púdicos, para ese tiempo, de una púber en su intimidad. José María Arguedas, en El zorro de arriba y zorro de abajo, narra hechos personales como públicos y políticos.
Bertold Brecht, dramaturgo y poeta alemán creador del teatro épico, escribe un diario con la decidida intención de sentar sus puntos de vistas sobre arte y política, las cuales le preocupan más que sus asuntos de existencia individual. Lo redacta barruntando la ideología, la suya, la de sus aludidos los fascistas y conservadores, de demócratas y “democratas”, la de los proletarios y de los burgueses.
En ese propósito no da concesiones. En la tercera página, etapa del exilio en Norteamérica (Diario de Trabajo, 1942-1944. Bs. As., ediciones Nueva Visión.1977) escribe sin ambages “El concepto de clase resulta hoy demasiado mecánico en su uso,…”, él concluye afirmando que la noción de clase social contiene una concepción económica aleatoria que se le deniega. El concepto de política ya no “supone una organización y ‘formas de estado democráticas’, un ‘libre juego de fuerzas’ que la clase dominante puede dirigir”, ha sido manipulado por las arbitrariedades del fascismo. [8.1.42]
El mismo día comenta que el proletariado como fuerza productiva, obrero y trabajador, es quién sostiene las guerras. Afirma que una situación revolucionaria “sólo se presenta cuando, por ejemplo, la iniciativa del proletariado hace posible una guerra que le inspira simpatía”, según nosotros es el caso de la revolución bolchevique y de la liberación de China por el ejército popular. Sigue Brecht, “o cuando la liquidación de una guerra perdida sólo puede quedar en manos del proletariado”, sería el caso de la liberación de Europa del Este por el ejército rojo soviético. [8.1.42] p. 11
El Diario de Trabajo es como un guión de cine con encuadres de planos, unos en primer orden, otros de fondo y en panorama. En plan intermedio su lectura nos obliga a una pregunta, ¿Cómo puede subsistir alguien, sin ser engullido ni deslucido por la voracidad y trivialidad capitalista, con pensamiento crítico al sistema? En esa circunstancia, dice Brecht, se percibe la “verdadera utilidad de la dialéctica: permitirnos operar con unidades contradictorias” … ”La dialéctica lo obliga a uno a detectar el conflicto en todos los procesos, instituciones y conceptos…”. Claro que acompañada de principios y una ética insobornables. [22.1.42] p. 22
Sobre la democracia en USA, opina que no es sólida por circunstancias de su historia, una nación sin herencia medieval que combatir ni castas militares que obliguen a imponerla. Es una democracia sin sustentos ni principios, éstos le vinieron de fuera. Ello no significa que no se libre la lucha de clases a pesar del maquillaje, no tiene los gestos de ferocidad feudal sino el refinamiento del capitalista codicioso de Wall Street. En apariencia no hay clase -nobleza corrupta- por combatir, los burgueses conforman el estado, aceptan su condición de burgueses sin sonrojarse, aun el parlamento actúa como agencia capitalista de los banqueros, mas sí hay pugnas en las relaciones sociales. En EE.UU. la bronca se da entre los que controlan el poder económico internacional, entre los que sólo controlan la economía nacional, entre los que les sirven a los anteriores y entre los que acumulan centavos para una sobrevivencia digna, etc.[7.2.42] - [18.2.42] p. 31
Pequeña burguesía y Fascismo
Brecht en su Diario de Trabajo define el empoderamiento de Hitler, a partir de analizar la actitud de las clases sociales en Alemania. De los grandes burgueses, en diversas páginas, indica que cedieron el poder por crisis que padecieron secuela de la anterior gran guerra. A la pequeña burguesía la concibe como un sector social dependiente de las dos clases antagónicas, el proletariado y la burguesía. Por supuesto, más inclinada a los burgueses, resultando así un instrumento social manipulable por la alta burguesía.
Pone como muestra a los social demócratas (pequeño burgueses) en el exilio, aferrados al accionar de las altas burguesías de Inglaterra y EE.UU., respecto de la guerra. Dichos exiliados no actuaban sin consentimiento de ellas. Da a entender que como sector social transicional, entre una clase y otra, aspiraron a ser, si es que no las podían reemplazar, una de esas dos clases sociales. Hitler, representante de “las exigencias de poder de la pequeña burguesía” ascendente y arribista, aprovechó las contradicciones sociales y se colocó –dice Brecht-, “dentro de los límites de las posibilidades…” de ser ese sector social dominante.
Y así fue, al presentarse y convertirse de facto en el caudillo conductor y salvador de Alemania, ante la zafada de cuerpo de los burgueses. Ahora bien, ni Hitler ni su séquito íntimo se convierten en burgueses, a éstos no los eliminaron como clase, los dejaron compartir el poder, pero el ex sargento no controló la economía sino que ésta fue potestad de los trust. Así, Hitler creyó pertenecer a nuevas altas esferas sociales, sin darse cuenta que fue manipulado por los dueños de dichos trust, quienes se interesaron por el gran negocio que se les presentó con la producción armamentista. [27.2.42] p. 37
Como los críticos y cuestionadores de Hitler, de su tiempo y de hoy, no comprendieron las categorías de clase social, lo sobredimensionaron o lo tildaron de mero porta estandartes de las fuerzas armadas. Brecht en su Diario de Trabajo lo estudia desde el punto de vista histórico y social lo que ya vimos en el párrafo anterior, sin descuidar las necesidades propagandísticas que tuvieron burgueses y pequeño burgueses en ese fin de erigir su nuevo proyecto de estado basado en una política social corporativa, en máxima versión, el fascismo.
Brecht lo reafirma, Hitler asciende al poder cumpliendo el anhelo de la pequeña burguesía de ser parte de ese control. Para eso utiliza la política y manipula sus reglas y se impone con propuestas de ideas nacionalistas chauvinistas que la clase dominante le acepta. También se impone porque tales clases burguesas de Alemania perdieron el dominio del estado y se vieron ante una situación inmanejable, cuya salida se la ofrece Hitler y sus huestes nacional socialistas sustentadas por el militarismo, ambos adoctrinados en el antisemitismo y la creencia de una raza aria superior.
Este patrioterismo chauvinista lo satiriza en Días de la Comuna, el francés “Thiers es enemigo de Bismarck [austríaco], pero antes que nada de los comuneros” en sus barricadas de París; el burgués “Soupeau enemigo de los alemanes pero antes que nada de las Simonas [francesas] que pretenden compartir sus bienes o quemarlos antes que entregarlos al enemigo”. Ante lo cual, nunca “debe olvidarse, por fin, que la guerra, la lucha de las naciones, [no] es más que la continuación de la lucha de clases”, indica André Gisselbrecht (Introducción a…Brecht. Bs. As. Edit. Pléyade. 1973, p. 24). En toda la nota, todos los corchetes [ ], son nuestros.
¿De qué manera el nacional socialismo acaudillado por el deslucido Hitler, ofrece una salida a los burgueses alemanes? La única posible era la guerra. Brecht lo manifiesta claro en su obra Madre Coraje, “es que la guerra ‘satisface todas las necesidades’; la principal la de hacer negocios, dice un personaje de la Novela de dos centavos: “Es usted un soldado. Cuando los hombres de negocios agotan sus recursos, llega en su auxilio un soldado”. La guerra además, te libera de problemas de conciencia, por eso “el sargento Fairchild en Hombre por Hombre”, exclama: ‘el reglamento de servicio nos permite desafiar a Dios con toda impunidad’. Concluye A. Gisselbrecht (ídem pp. 22, 23).
Con la toma del poder político y militar –continúa Brecht en su diario- los pequeños burgueses nazis desplazan a la clase que dominaba pero le dejan el control económico, así los junkers (alta burguesía) forman trust, y uno que otro acepta puestos en la alta oficialidad militarista; es decir los mantiene en el campo militar y de la industria, particularmente la armamentista. [28.2.42] pp. 38 -39
Llega a esbozar un retrato de este “salvador” pequeño burgués que encandiló y desplazó a la burguesía alemana, ofreciéndole una guerra de rapiña que ella gustosa nunca rechazó. Lo traza como un Napoleón de caricatura, “un feto de él”.
Los Tory (burguesía inglesa), los aliados e intelectuales antifascistas
Avanzando en las páginas del diario, nos enteramos de la sagaz capacidad de Brecht para leer los sucesos políticos del momento. Observa minucioso también a los aliados, sus estrategias y errores como los de permitir que se filtren buques de guerra alemanes en el Canal de La Mancha, lo cual impidió una ayuda activa y pronta de los soviéticos ese año de 1942.
En esta parte, nos sorprende la intuición o la certera información que poseía Brecht, sobre las posibles futuras invasiones que planificaban los ejércitos aliados a las costas europeas, considerando que el desembarco, del llamado día D a Normandía, era un secreto bajo siete llaves. Por otro lado, señala el error del partido conservador Tory, de persistir en mantener los dominios ingleses en la India, lo cual obliga a abrir dos frentes a Inglaterra, en momentos que se necesita su total concentración para enfrentar a Hitler. [8.3.42]
Brecht llega a entender entonces, con suma claridad, que los intereses y puntos de vista conservadores del partido de los Tories, complotan indirectamente a favor de las huestes hitleristas. Lo cual parecía empujar a los norteamericanos a establecer tratos con los soviéticos –URSS- para invadir Europa y expulsar a los alemanes.
Pero los jefes norteamericanos y su estado tienen sus miedos, sus debilidades, y trasgreden sus ¿principios? democráticos. Han creado una oficina de Enemy Aliens donde deben registrarse los exiliados alemanes, italianos y japoneses. A fines de 1942, recluyen a cerca de cien mil japoneses en un campamento de prevención. Temen que sean informantes o arietes del ejército japonés aliado de Alemania. Y les implantan, al igual que a los alemanes exiliados, un toque de queda de 8 p.m. a 6 a.m.
El autor de Diario de Trabajo pugna por poner en debate la distinción entre la alemania hitleriana y Alemania. Lo cual es difícil de sustentar, en tanto los cientos de batallones del ejército nazi fueron conformados por hijos de la clase obrera, que han sido encandilados y engañados. No hay manera de entender aquello de que “el ser social determina la conciencia”, sino a partir del hecho que la pequeña burguesía alemana aprovechó bien la efervescencia política del momento para confundir a los obreros con el antisemitismo y nacionalismo.
Aparte que le suprime sus instituciones y sindicatos en los cuales dichos trabajadores podían reflexionar la coyuntura, y los reúne en torno a ligas comunitarias pro nazis. Intimidando a los dubitativos y eliminando a los de espíritu crítico con el terror político y económico. Por lo cual resume, en otra página del diario: “el fascismo es una forma de gobierno por la cual se puede someter a un pueblo hasta el punto de lograr que [éste] se preste para someter a otros pueblos”. [15.5.42] pp. 104 -105
Brecht en su Diario de Trabajo nos da entender que en el exilio no ha llevado ni le ha interesado una vida cómoda, él cada día ha pugnado por desnudar y denunciar la esencia del fascismo hitlerista. Lo ha hecho desde la producción y creación de su teatro épico y en su activa participación pública junto a otros intelectuales antifascistas con el objetivo que los aliados y el ejército rojo soviético den fin a la guerra, derrotando a Hitler. En esta perspectiva, debatía que las hordas del gris ex sargento podían ser derrotadas. Ante la idea difundida y aceptada del ecónomo pro fascista Pollock, que creía en una economía planificada de la burguesía alemana, Brecht sustentaba que el fenómeno fascista “no era más que una economía de guerra superficial, con muy poca coordinación auténtica, una intervención [corporativa] muy voluble del estado en la economía”. [28.7.43] pp. 250
En otro encuadre del diario, delibera acerca de que “los grandes delitos sólo son posibles gracias a su inverosimilitud”. La gente sensible y con sentido común dice Brecht, “se indigna ante la idea que los estadistas sean ladrones” como un vulgar cuatrero, de que los generales sean estafadores como los especuladores de negocios. El razonamiento es así de sencillo, ¿cómo puede ser ladrón un caballero de corbata y saco, alto militar o empresario? Por eso, al no ser creíbles de delito, dichos señores roban con siútica elegancia. [24.8.43] p. 263.
Al respecto, en su obra Opera de los dos centavos, a través de su personaje Mackie Messer, Brecht se plantea una interrogante ¿¡Qué es el asalto a un Banco comparado con la fundación de un Banco!? Se infiere que las operaciones de los bancos son dolosas ante sus clientes. ¿Alguien se imagina que los banqueros estén asaltando a sus clientes?, casi nadie. Por cierto, ese tal Mackie Messer resulta siendo un importante banquero apellidado Macheath. Por lo mismo, Mackie se inclinó por el crimen “en grande” porque “resulta impune”, acota A. Gisselbrecht (ídem, pp. 25,26).
El 25 de septiembre de 1943, registra en su diario una noticia esperanzadora que causa alborozo a los antifascistas del mundo y que compartieron los exilados, se ha producido la toma de Smolensko por parte del ejército rojo de los soviéticos, liderado, no se olvide aunque no agrade a unos, por Joseph Stalin. Lo cual cambia radicalmente la situación de la guerra, en favor de las fuerzas aliadas, de los soviets, de los países y pueblos sometidos, y en contra de Hitler y sus horadas nazis.
No obstante, ante la inminente victoria de las fuerzas antifascistas y la cercana derrota del ejército nazi, muchos se preguntaban ¿por qué los soldados alemanes siguieron en combate, ofreciendo su esfuerzo y sus vidas a la “máquina destructora”? Cierto que no combatían por dignidad o por pasión que inicialmente los hechizó al abrazar la maquinación de un nacionalismo antisemita. Combaten, Brecht lo precisa con lucidez, “porque la clase dominante sigue dominando”. [15.8.44] pp. 330
Por lo mismo, en su ensayo “Cinco dificultades para quien escribe la verdad” (blog 
www.forocomunista.com/t24488-las-cinco-dificultades-), Brecht se hace una pregunta inevitable, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena sino se dice nada sobre el capitalismo que la origina? Antes reafirma, “el fascismo es la entrada de una fase histórica del capitalismo, y, por consiguiente, algo a la vez muy nuevo y muy viejo. En un país fascista el capitalismo existe solamente como fascismo. Combatirlo es combatir el capitalismo, y bajo su forma más cruda, más insolente, más opresiva, más engañosa.”
Para acabar esta primera parte, concuerdo que Brecht redacta el Diario de Trabajo, por las mismas razones con que presenta su ensayo de las Cinco dificultades, etc.: “El que quiera …escribir la verdad … Tendrá que tener el valor de escribir la verdad aunque se la desfigure por doquier; la inteligencia necesaria para descubrirla; el arte de hacerla manejable como arma; saber a quien confiarla y tener la astucia indispensable para difundirla.”
(blog www.forocomunista.com, ídem)


jueves, 11 de septiembre de 2014

Chile - Büchi y su apuesta por el cuarto poder

EL MOSTRADOR.    11 de septiembre de 2014

El Libero, la segunda inversión pública del ex ministro de Hacienda:
Büchi y su apuesta por el cuarto poder

Convertido en el director de empresas mejor pagado, Hernán Büchi ganó el año pasado $691 millones por nueve sillones. Podría invertir en proyectos de cualquier índole, pero decidió poner sus fichas en un diario electrónico junto a Luis Larraín y Gabriel Ruiz-Tagle. La suya es la batalla de las ideas. Cercano al multado Julio Ponce, al desconocido billonario Isidoro Quiroga, a Juan Hurtado y a los Luksic, Büchi practica una afición que cobra cada vez más adeptos entre los empresarios chilenos: es piloto civil. De un helicóptero y dos aviones propios.

Acciones
Del parapente y el ala delta a pilotear dos aviones Cessna y un helicóptero propios. De empleado público a ser el director no ligado a la propiedad de empresas mejor pagado del país. De alumno de la Universidad de Chile a socio de la Universidad del Desarrollo. De odiar la aparición en medios de comunicación a convertirse en accionista y presidente de uno.

Lo que no ha cambiado es su estilo outdoor –pelo despeinado, corbata apuntando a cualquier parte y zapatos informales–, la muralla china con la que sus escasos amigos defienden su privacidad, ni la batalla por las ideas que impuso a contar de 1975 como consejero económico del entonces ministro de Economía, Sergio de Castro, hasta culminar dentro del Estado como ministro de Hacienda entre 1985 y 1989.

No hay otro funcionario público que haya participado en más reformas en el régimen de Pinochet que Hernán Büchi (65 años) en sus distintos cargos: desde la municipalización de la educación a la venta de la deuda de los bancos intervenidos al Banco Central; desde el Código de Aguas a la Reforma Previsional de José Piñera; desde la privatización de empresas estatales a la creación del capitalismo popular, pasando por los mecanismos compensatorios para las expropiaciones mineras, el Plan Laboral –otra obra de Piñera–, la renegociación de créditos y la creación del dólar preferencial para los miles de chilenos endeudados.

El diario electrónico El Líbero, que debutó el pasado martes 3 de septiembre, en el que es socio en partes iguales con Luis Larraín y Gabriel Ruiz-Tagle, es un paso más en esa dirección. Esta vez para influir –como cualquier medio aspira– en el debate
La Universidad del Desarrollo, a cuya inmobiliaria Ainavillo ingresó como accionista de 1999 y cuyo consejo directivo preside, es la cantera donde se forman los jóvenes con las ideas liberales que él defiende en materia económica y donde lo tienen como profesor en el MBA. El Instituto Libertad y Desarrollo, que fundó con Luis Larraín y Cristián Larroulet y del cual es consejero, diseña políticas públicas y provee de materia prima a los parlamentarios de la UDI.
Büchi y Larraín –director ejecutivo de LyD– tenían la idea de crear un medio digital con contenidos de actualidad y Ruiz-Tagle, por su lado, pensaba en un diario deportivo. Se asociaron en partes iguales y tienen a otro accionista, el abogado José Antonio Guzmán Azzernoli, de Portaluppi, Guzmán & Bezanilla, el estudio que atiende a las empresas del grupo Angelini.

Ruiz Tagle aseguró a Capital que el medio no será una caja de resonancia de LyD, “sino un referente de información seria, de buena calidad y si eso implica estar en contra de personas del mundo de la derecha o del mundo empresarial o bien del gobierno, no debiera tener ninguna traba”. Entre los tres socios aportaron $150 millones y están abiertos a sumar a nuevos interesados a la propiedad. Lo dirige el periodista Eduardo Sepúlveda, ex editor del cuerpo de ‘Reportajes’ de El Mercurio, y a cargo de la sección de Opinión está Juan Ignacio Brito, que ocupaba el mismo cargo en La Tercera. El gerente general es Carlos Kubik, hijo del gerente general de Banmédica del mismo nombre, concejal de la municipalidad de Santiago que trabajó los cuatro años del gobierno de Piñera en la Secretaría General de la Presidencia.

Büchi y Larraín –director ejecutivo de LyD– tenían la idea de crear un medio digital con contenidos de actualidad y Ruiz-Tagle, por su lado, pensaba en un diario deportivo. Se asociaron en partes iguales y tienen a otro accionista, el abogado José Antonio Guzmán Azzernoli, de Portaluppi, Guzmán & Bezanilla, el estudio que atiende a las empresas del grupo Angelini.
Büchi aporta al negocio como persona natural. Recursos no le faltan. Como director de empresas el año pasado recibió $691 millones, lo que lo convierte en el mejor pagado entre aquellos directores que no son accionistas de las empresas donde participan.

Las nueve dietas de Büchi
Su trayectoria como director lo liga a tres empresarios: Guillermo Luksic, Julio Ponce Lerou y Juan Hurtado Vicuña, quienes lo invitaron a integrar los directores de sus compañías.
El primero fue Guillermo Luksic, fallecido el año pasado, quien lo llevó a la mesa de Quiñenco –la matriz de los negocios industriales– en 1990. Por este directorio ganó $202 millones en 2013. Además, está en las filiales navieras del

grupo Sudamericana de Vapores y  SAAM, por los que obtuvo $32,8 millones y $32,9 millones, respectivamente. Y en las dos compañías que nacieron de Madeco: Invexans ($41,2 millones) y Tech Pack ($12 millones). Fue parte de la mesa del Banco de Chile y ahora es asesor del directorio. Él ocupa esta posición junto a Jacob Ergas, el segundo mayor accionista después de los Luksic, y Francisco Garcés Garrido. Entre los tres recibieron $273 millones por cumplir estas funciones, según la memoria del banco que no desglosa el monto, por lo cual este ítem no fue incluido dentro de los $691 millones que recibió como director el año pasado. Büchi también participó en la mesa de Lucchetti hasta que se vendió a Corpora Tresmontes.
Julio Ponce Lerou lo invitó al directorio de Soquimich hace 21 años. Allí recibió $180,2 millones por su labor en 2013. Dicen que es muy leal con el ahora multado por la Superintendencia de Valores con US$70 millones por operaciones de compra y venta de acciones de las cascadas, a través de la cuales controla Soquimich, que lo beneficiaron a él en desmedro de los accionistas minoritarios. En las discusiones que se producen en el directorio, Büchi aporta con argumentos afines a la posición de Ponce y vota en la misma línea que él.

Hay quienes aseguran que el ex ministro ha visitado en varias oportunidades el fundo de Ponce en Osorno, donde tiene su Haras Siracusa. Ambos son fanáticos de los caballos. Otros niegan que hayan compartido en el sur. Así es Büchi, misterioso, no comenta su vida privada con nadie. La excepción es el ingeniero Rolf Behncke, quien lo impulsó a hacer ala delta cuando estaba muy abrumado en el Ministerio de Hacienda y de cuya hija Isabel, que estudia a los bonobos en África, es padrino. Por ella se ligó a la Fundación Leakey, que se dedica al estudio de la evolución del hombre a través de los simios.

Ponce Lerou lo conoció en 1974 cuando Juan Hurtado se lo recomendó para integrar el directorio de Inforsa, empresa forestal que estaba bajo el alero de la Conaf, que manejaba Ponce, entonces yerno de Augusto Pinochet.

Hurtado y Büchi fueron compañeros en Ingeniería Civil en la U. de Chile. El primero trabajaba con Sergio de Castro, entonces ministro de Economía, y le propuso el nombre de Büchi. Así fue como el ingeniero civil en minas que venía llegando de su MBA en Columbia se integró como consejero económico de De Castro.

Hurtado lo tiene como director en la Compañía de Seguros de Vida Consorcio Nacional de Seguros, por lo que recibió $28 millones el año pasado. Históricamente, Büchi ha sido director de P&S, la empresa cerrada a través de la cual Hurtado participa en el Consorcio Financiero, que a su vez controla la filial de seguros de vida y generales.

Hurtado fue uno de los integrantes más próximos de su campaña presidencial en 1989 junto con Fernando Fischmann, el empresario de las lagunas artificiales y dueño de San Alfonso del Mar, y Gabriel Ruiz-Tagle, su socio en el emprendimiento editorial.

En Falabella, la empresa de mayor valor en la bolsa –US$18.600 millones– es el único director que no lleva los apellidos Solari, Cúneo o del Río. El año pasado recibió $145,2 millones y ostenta la calidad de independiente, lo que quiere decir que no ha sido ejecutivo ni director de empresas proveedoras relevantes de Falabella ni tampoco cliente y puede recibir votos de los controladores, como ocurre en su caso.

Pilmaiquén es el último directorio en el que participa y por él le pagaron $15,4 millones el año pasado. Uno de sus socios es Isidoro Quiroga, dueño de un 10,8%, y director de esta empresa durante años. No sólo allí coincidieron; hasta 2001 Quiroga fue parte de la mesa de Soquimich, en representación de Ponce Lerou, de quien es muy amigo.  A pesar de ser billonario –su fortuna se calcula en más de US$1.000 millones– es prácticamente desconocido, porque invierte principalmente en acciones, dentro y fuera de Chile, y en nacientes proyectos mineros.

Hasta hace tres años Büchi integró el directorio de Copesa, el holding de medios de Álvaro Saieh, nombrado por Alberto Kassis, el socio minoritario que ahora quiere deshacerse de su 16,6% y conocido por su apoyo al general Pinochet, así como a la fundación que lleva su nombre, de cuyo Consejo Protector es parte. Durante años Büchi ha sido director de Cecinas San Jorge, de propiedad de Kassis, que cambió de nombre a CIAL Alimentos.
El ex ministro participó en la sesión de directorio que, en 2010, dio vida a la Fundación Ciper, dueña del sitio de investigación periodística y uno de cuyos socios es Copesa.

Büchi es considerado por los hombres de negocios uno de los mejores directores de empresas. Destacan que sabe de temas financieros, regulatorios, tributarios, de riesgos, macroeconómicos, mineros. “Cuando da su opinión tiene pleno conocimiento y cuando habla nadie lo interrumpe”, comenta uno de los que lo acompaña en varios directorios. Además, tiene una mirada global, domina el escenario internacional y tiene opinión sobre la política económica interna.

Su rentable pasada por Venezuela
En Libertad y Desarrollo tiene su oficina. Allí concurre a diario, pero nunca se lo ha visto en el almuerzo de fin de año, ni deseando feliz cumpleaños, ni menos celebrando en la casa del festejado. “No es de relaciones personales; él tiene cercanías profesionales”, lo describe un ex economista del centro de estudios. Lo que sí saben todos es que trota por Presidente Errázuriz y Tobalaba y se ducha en el baño del segundo piso. Los vecinos de La Dehesa lo ven correr por el sector de Manquehue Oriente y Los Trapenses, donde tendría su casa. Desde hace poco más de una década comparte su vida con su pareja argentina, por la que cruzaba la cordillera los fines de semana hasta que hace un año ella se vino a vivir a Chile con los dos hijos que tienen en común. Büchi es padre de María Ana, de 33 años, ya casada e hija de su primer matrimonio con Jovita Bastidas.

El Líbero es su segunda inversión pública. Nadie de sus conocidos sospecha dónde ha puesto sus fichas el ex ministro. “Yo me enteré que tenía un campo cerca de Temuco (700 hectáreas ganaderas y forestales en Padre de Las Casas) cuando se lo tomaron los mapuches (en 2001)”, comenta el ex economista de LyD.

Hasta ahora el único negocio que ha trascendido –al margen de la UDD– es el de Metrópolis, una empresa de seguros en Venezuela que compraron Büchi, Isidoro Quiroga y Gerardo Jofré –ex hombre del Santander, hoy director de Codelco al igual que Marcos Büchi, su hermano– y vendieron a mediados de la década pasada en US$60 millones a la norteamericana Liberty.

Desde hace un tiempo el ex ministro practica una afición muy popular entre los empresarios: es piloto civil. Y dueño de dos aviones Cessna (T210 y T303) y un helicóptero Bell 206 Jet Ranger, según la página de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), donde aparece compartiendo la propiedad de los aparatos con Manuel José Philipps Garretón. Son modelos antiguos pero muy usados en el mundo, de repuestos económicos e ideales para los que se inician en el vuelo, dicen los entendidos.

Su alergia a las entrevistas se mantiene: este año no ha dado ninguna. En el gobierno de Sebastián Piñera fue más generoso con los medios por la antipatía que le generaban las medidas tomadas por quien fuera su jefe de campaña durante los primeros 40 días de su candidatura presidencial. Eran el agua y el aceite.

“Todo el día le impartía instrucciones. Nunca lograron conectar bien. Varios testigos afirman que Piñera terminó por volver loco al candidato. ‘Mientras Büchi trotaba Sebastián iba a su lado dictándole lo que debía hacer’, cuenta un cercano”, sostiene el libro Piñera. Historia de un ascenso, de las periodistas Bernardita del Solar y Loreto Daza. De todas sus intervenciones la más recordada fue en Qué Pasa: “Piñera se equivoca al gobernar con las banderas de otros”.


Con Michelle Bachelet ha usado su columna en El Mercurio para pegarles a las reformas estructurales del Gobierno:
la tributaria y la educacional. Sobre la primera sostuvo que “se aleja radicalmente del ideal democrático en el que las leyes deben ser pocas para que los ciudadanos puedan conocerlas, y simples y coherentes para que las puedan comprender y cumplir”. De la reforma educacional opinó que “parte a la inversa, comprando activos para luego intentar mejorar calidad, tiene al sector paralizado y augura un estancamiento en la educación de nuestros jóvenes”. Palabras de un hombre formado en la educación pública y gratuita: Instituto Nacional y U. de Chile, porque él estudió cuando no se pagaba.

martes, 9 de septiembre de 2014

Chile - Entrevista a fondo con Rudy Wiedmaier

Gran Valparaíso.  Publicado el 08 Sep 2014
Por : 

Quedamos de encontrarnos con él, un viernes al mediodía en la shopería Topsy, que nuestro entrevistado visita cuando le queda algún espacio libre entre sus actividades, las clases que realiza en la Casa de la Cultura, ir a buscar al colegio a su hija o dejarla en las orquestas juveniles donde estudia cello. En esos momento de espera, Rodolfo Eduardo Wiedmaier Ahumada ( 51 ), músico, poeta, tres hijos ( Aurora, Manuel y Facundo ) se sienta bajo la sombra del único árbol del boliche y aprovecha de organizar sus próximos pasos anotándolos en un cuaderno, también escribe algunos bocetos de ideas y poemas mientras sorbe lentamente una cerveza fría. Llegamos premunidos de una batería de preguntas que no considera la tregua, nos han comentado que decidió dejar Santiago, su hogar por cerca de cuarenta años y volver a los lares de su infancia. Las razones las ignoramos y son parte del objetivo periodístico que nos mueve a viajar más de 100 kms. para realizar esta entrevista.
Lo vemos llegar a paso rápido, semiencorvado, enfundado en una parka Levis, cargando una mochila grande, tipo militar y con lentes de sol de marco amarillo. A primera vista, parece un turista extranjero y suponemos que muchos transeúntes creen lo mismo, por la forma en que lo miran. Sin embargo, es un vecino histórico de la zona, ya que la familia de su madre- Ahumada Montalva- es una de las más antiguas del Valle de Aconcagua. Viene bajando de la precordillera, de Primera Quebrada, donde vive su padre- un hijo de alemanes avecindados en los años 40 en las cercanías de San Fernando, VI región- y con quien se reúne semanalmente para juntar información para un libro que se encuentra escribiendo acerca del Chile rural de las décadas pasadas.
Nos saluda cordial pero cautelosamente, la señora que atiende lo reconoce de inmediato y él amablemente le dice: “ Cómo está señora Rosa, todo bien ? , lo mismo de siempre , por favor…”.- Claro, profesor…responde ella.
Después de un breve preámbulo de trivialidades acerca de nuestro viaje desde Santiago abrimos los fuegos:
rudy wiedmaierSe dice que usted fue a principios de los ochenta la gran promesa joven de nuestra música pero que nunca llegó a puerto. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Algo de verdad habrá ¿no?…claramente al puerto que le interesa a la industria discográfica nunca llegué, hay que tener estómago doble reforzado en aluminio para aquello y besar demasiadas manos con anillos de oro, diciéndolo elegantemente. No hay peor cosa en la vida que tener que llenar las expectativas de otros y ser una eterna promesa es una carga demasiado pesada para un niño de 17 años recién llegado de la provincia-porque eso era yo- en ese momento, a principios de los ochenta y que solo tenía un sueño: tocar la guitarra y cantar sus temas.
Entonces, ¿hace un mea culpa?
La verdad es que no lo hago, es difícil –e inoficioso-ponerse en la situación de qué otra cosa hubiera ocurrido, aunque debo reconocer que es un ejercicio imaginativo bien atractivo, si yo hubiera tomado otras decisiones: ¿Porqué doblé en esa esquina?, ¿qué hubiera pasado si sigo de largo? ¿Y si no me hubiera separado?, ¿.Para qué me reúno ahora contigo? Son preguntas válidas, pero en la vida lo importante es actuar y la mayoría de las veces es el instinto el que decide.
¿Y cuáles podrían haber sido esas “otras decisiones”, lo ha pensado?
Por ejemplo, no haber hecho tan militante mi canto, haber transado más con los medios de la época. Tenía toda la mano-en términos de póker, que me encanta- a mi favor: joven, una pinta más o menos, talento, apellido extranjero, en fin…Pero a mí siempre me gustó la música más filuda, el rock, las letras al hueso, nunca pude cantar baladas románticas, me parecen tontas, aburridas y castrar mi talento por fama o dinero me pareció y me sigue pareciendo un horror y cuando lo veo en gente joven realmente me llena de desaliento, ¿para esto hicimos tanto esfuerzo las generaciones anteriores? ¿Para ver tanto cabro leso, ansioso de fama traicionando su propio talento ?Lamentable. Bueno y además estaba el gran tema de fondo en esos años, para mí, por lo menos, insoslayable: la Dictadura, para aparecer en los medios, sobretodo en la Tv, había que hacerse el hueón y mirar pa otro lado. Es el viejo dilema de vender el alma al Diablo. Yo, claramente no lo hice y te digo una cosa: de eso no me arrepiento pese al precio que he tenido que pagar.
Y según usted ¿Cuál sería ese precio?
El aspecto material de la vida, la inseguridad económica, la precariedad laboral y lo más complicado de aquello es cuando ves que eso afecta a tus hijos, porque cuando eres joven estás dispuesto a cagarte de hambre por un ideal, ya mayor, las prioridades cambian: lo que más amas en este mundo depende de ti, frente a eso el dilema del artista es un pelo de la cola, tus sueños, todo tu andamiaje pasa a segundo plano. Así que he tratado de lograr un equilibrio entre mis principios, valores , aquello en lo que creo y los elementos materiales para surfear la realidad cotidiana con dignidad. Pero, al mismo tiempo, no te puedes convertir en un cretino hijo de puta sólo por conseguir el dinero, sino ¿qué les dejarás a tus hijos? ¿Dinero o prestigio ?Lo ideal sería ambos pero a veces no se puede. Ahí está el verdadero dilema de este negocio.
Por ahí se comenta que usted es de una personalidad complicada, algo conflictivo…
Es un truco muy viejo ese de echar a rodar un rumor para debilitar a un adversario. Y yo lo he sido, de los charlatanes, de los mentirosos y de los fraudulentos que en este medio abundan. Yo digo lo que pienso en el momento que hay que decirlo, no después, en buen chileno, me mojo el potito, digo las cosas de frente. A mi me parece que se ha construido una “ historia oficial” de la música popular chilena en la que los protagonistas no son necesariamente los artistas más valiosos, sino que muchas veces son figuras armadas por mánagers, por sellos discográficos o directamente por intereses políticos como en el caso de Los tres, que con el talento que tenían no necesitaban que la Carmen Romero los transformara en Los Quincheros de La Concertación…y verlos y escucharlos matiné, vermouth y noche en todos lados o Los Prisioneros, que hay que decir que Jorge González terminó haciendo todo lo que él criticaba en sus letras y que fueron un invento del mánager mas turbio que ha transitado este medio: Carlos Fonseca, curiosamente quién también está detrás de Manuel García, otro espejismo. Todo esto, en desmedro de artistas verdaderos, talentosos y con propuestas potentes que puedes encontrar trabajando por monedas en las calles, en ferias libres, en pubs, en modestas salas de ensayo de cualquier casa de villa pero que, como no están en la esfera del poder, no tienen oportunidad alguna ni la tendrán mientras este modelo siga operando. Entonces, una y otra vez, son los mismos nombres que se repiten… agrégale a Los Jaivas.
No será que usted tiene problemas con el ego?
Para nada, me encanta ese desodorante
En relación a sus influencias musicales, las malas lenguas dicen que usted imita a Spinetta y a Charly también…
Eso es imposible aunque quisiera hacerlo, comparado con esos dos yo soy una hormiga frente a dos elefantes. Pero he sido un buen aprendiz y tuve la fortuna de telonearlos a ambos, no creo haberlo hecho tan mal.
Sin embargo, al parecer hay algo más, Spinetta a fines de los 90 declaró al diario El Mercurio en una oportunidad que usted era la figura del rock chileno más interesante que él había visto
Eso habla más bien de la calidad de persona y generosidad de él más que de mi…yo sólo he sido un artista comprometido tratando de desenrollar la madeja de mi vida, ojalá sin herir a nadie. Y recuerdo esa ocasión, fue en la antigua Escuela Moderna en la calle Pío x, ya la demolieron, un encuentro organizado por la revista Wikén y estaba repleto de gente del medio, músicos, periodistas, estudiantes. Recuerdo que a varios se les cayó el pelo de envidia cuando el Flaco lo dijo. Lo disfruté, creo que se hizo justicia esa noche. El Rafa Guíñez fue el único que me felicitó. Sabes quién es el Rafa Guíñez ?
Disculpe, pero aquí las preguntas las hago yo
Te hago la pregunta para averiguar si realmente sabes de lo que estamos hablando porque circula mucho periodista que se dice experto en música chilena pero que no tiene idea: Rafa Guíñez fue uno de los músicos más talentosos de mi generación, tocaba viola en la Sinfónica o Filarmónica, música clásica y rock, fundó y lideró varias bandas, la mas conocida para el público masivo fue “ Parkinson ”, tocó con Fito. Tenía problemas de personalidad, debía medicarse, supongo que su genio le dislocó el alma. Era muy simpático y un gran provocador pero cuando entraba en sus crisis se perdía días enteros. La primera vez que lo vi fue en el festival del Colegio Alemán, en Antonio Varas, el año 79, yo iba representando al Liceo Lastarria, él era parte del show con su grupo “ Smog ”, tocaba una Gibson Les Paul negra y cantaba, yo lo vi y me dejó alucinado, ese festival lo ganó el colegio Saint George, creo, con un cabro que cantaba muy bien, se llamaba Pablo Ugarte, años después fundaría Upa. La última vez que vi al Rafa, estaba afuera de las oficinas de la SCD en calle Condell, estaba en crisis, no lo trataron muy bien, querían que se fuera de ahí, estuvo varios días merodeando el lugar. Siempre nos tuvimos afecto y respeto mutuo, alguna vez lo visité en el depto. de su mamá o abuela, cerca de la Plaza de Armas. Creo que murió en la calle unos días después. Eso me entristeció mucho. Juré que a mí no me pasaría nunca. Así trata Chile a sus artistas, pues.
A qué le teme usted?
Supongo que a lo mismo que muchos: que le pase algo a mis hijos, una vejez en la pobreza, a la enfermedad, a quedar postrado, lo que no puedes controlar
Cuál es su gran capital?
Aparte de mis hijos, mi mujer, mis amigos, mis canciones…No tengo casa propia, ni auto, sólo un compu viejo, una pedalera y tres guitarras: dos me las regaló mi amigo Mono en órbita, la tercera me la compré con la plata del disco “Los trenes de la noche”, poemas de Jorge Teillier que musicalicé, o sea también es regalada, me la regaló Don Jorge desde el País de Nunca Jamás…
Usted se considera buen amigo?
No a la altura de los míos, se me olvidan las fechas de cumpleaños y cuando las recuerdo nunca tengo plata para hacerles un buen regalo entonces les escribo una canción que es lo que tengo a mi alcance. Tengo un proyecto-espero que no me lo roben-de hacer un disco con puras canciones dedicadas a mis amigos, sería bonito, ya he escrito algunas…
Sus pasatiempos favoritos ?
Ver cine, mucho cine, de todo tipo y géneros, desde niño cultivo el hobbie de aprenderme el nombre de los actores. Con mi hija competimos en quién los reconoce primero. CocinarLeer no lo incluyo porque es parte de mi trabajo y una necesidad vital.
La peor decepción de su vida…
Cuando el que pensé que era mi mejor amigo, aquel que elegí de padrino para mi hijo Manuel, me robó un proyecto para ganarse unas putas lucas, de esas que da el gobierno a través de fondos concursables, un sistema perverso que propicia todo tipo de deslealtades. Tito Escápate se llama y su socio en la fechoría fue ese hueón que es actor, ex diputado y ahora, animador: Alvaro Escobarde. Cualquier picante puede ser diputado en Chile y es feroz lo que algunos son capaces de hacer por plata o fama. 24 millones se ganaron los perlas con ideas robadas.
Y el amor?
El amor es una brisa que pasa, no hay que pretender retenerlo siempre, sólo hay que disfrutarlo mientras está
Buena o mala suerte en el amor ?
La mejor, basta ver los hijos que me dio…lo otro, los malos momentos con la pareja, los distanciamientos o los dolores de las separaciones no son nada comparado con el fruto. Como escribiera el gran poeta galés Dylan Thomas : “ los amantes fracasan, el amor jamás ”.
Finalmente, porqué se fue de Santiago ?
Me fui porque me estaba matando tanta mala vibra junta en un solo lugar. También necesitaba recuperar parte de mi historia, poder ofrecerles una vida de mejor calidad a mis hijos. No pasar otro invierno en esa nube tóxica. Mirar las cosas en panorámica, rebobinar y planear mi futuro. De lo que haga ahora depende mi vejez, así que ésta es la última mano que puedo jugar.
Sabemos que está muy dedicado a la literatura, qué hay allí ?
Supongo que las pistas para regresar a casa, todos somos huérfanos de un paraíso…
Qué le gusta de su vida acá ?
Que puedes hablar con tu vecino, que el chofer de la micro te saluda, que la señora del almacén te pregunta por tu guagua, irme en bici al viejo barrio Centenario-donde aún está la casa que fue de mis viejos- a charlar una chela con mi amigo Tomás Riddel,el canto de los pájaros dialogando entre si, el ruido del agua en una acequia, un bar frente a la plaza de provincia, no tener que andar apurado…aunque, atraídos por las lucas fáciles de la Minera Andina, han llegado muchos hueones tóxicos a la zona, sospecho que tendré que irme más hacia las montañas. La ciudad se agranda como “ la cosa ”, viste esa película ? y yo arranco…Ya tengo visto dónde.
Se puede saber?
Claro, un lugar hacia los cerros que se llama El Cobre, quiero comprar un sitio, no sé de dónde sacar la plata, necesito ganar algún premio internacional porque aquí no me lo van a dar seguramente, no mientras esté vivo. Quizá ganar algún festival,uno que no esté arreglado. Así podría hacerme mi casa de adobe, un horno de barro, me llevaría a mi viejo, tendría un lugar para recibir a mi hijo mayor que vive en Barcelona, cuando viniera de vacaciones. Criaría a mi niño Facundo Dylan rodeado de duendes, tocaría y cantaría con mi mujer y mi hija. Por ahí pasa un estero y al frente hay un sauce que llora y que llora…Vería crecer a mis nietos y moriría en paz…
…pero primero necesito ganar ese festival.

Por Equipo GV