Entrevista
a Luís Bonilla Molina
Por Marco
Álvarez
Entrevista
realizada en la ciudad de Ámsterdam el 24 de febrero de 2014
Un
año ya ha transitado sin el comandante Hugo Chávez a la cabeza del
proceso bolivariano en Venezuela. Un año complejo para la revolución
bolivariana, que hoy se encuentra en un punto de inflexión:
profundizar la revolución o retroceder al neoliberalismo.
Luís
Bonilla Molina ha sido protagonista de este proceso, como militante
revolucionario bolivariano y ocupando importantes responsabilidades
en el gobierno, siendo colaborador cercano del presidente Chávez.
Fue Viceministro de educación y actualmente es Presidente del Centro
Internacional Miranda, que tiene por objeto promover la solidaridad
internacional con la revolución y difundir el sistema político de
democracia participativa y protagónica.
Introducción
Podrías
hacer una breve caracterización general de los 16 años de la
revolución bolivariana…
Hablar
de 16 años de revolución bolivariana es incorrecto, tenemos que
hablar de 16 años de gobierno bolivariano. La revolución
bolivariana la entendemos como un proceso que tiene orígenes incluso
en el mismo proceso independentista abierta por Bolívar y que en la
etapa moderna -por decirlo de alguna manera-, se expresa con la
alianza cívico militar que se gesta en la década de los 50 en un
primer momento con una relación Partido Comunista – militares;
luego con el Partido de la Revolución Venezolana en la década del
60 y posteriormente con otro sector de los militares que continua en
la década de los 70 y que empalma con la lucha del movimiento
obrero, del movimiento estudiantil y del movimiento popular.
Nosotros
preferimos trabajar una perspectiva más de proceso que de gobierno,
siendo la revolución bolivariana un punto de quiebre, de inflexión,
de relanzamiento –por decirlo de alguna manera- a partir de 1987
con la rebelión estudiantil que con casi 6 meses paralizó buena
parte de las universidades del país. Los universitarios desde las
calles no solo reclamaron una educación gratuita, popular y de
calidad, sino una educación que pudiera responder a las necesidades
del pueblo.
Este
es el primer proceso de articulación de los estudiantes con las
comunidades y los barrios que logró durante 6 meses comenzar a
prefigurar un nuevo modo de relación entre el mundo político con el
mundo social, que luego tendría un nuevo hito con lo que sería más
conocido como el caracazo o la revolución de los barrios. La
revolución popular de febrero de 1989 obligó a los militares
bolivariano ha acelerar todos los planes de insurrección contra el
orden establecido e insurgir en 1992 con dos rebeliones: la del 4 de
febrero de 1992 con Hugo Chávez a la cabeza y un grupos de militares
del ejercito y la del 27 de noviembre de 1992 liderada por el general
Francisco Visconti, con la aviación y un grueso sector de
bolivarianos de las fuerzas armadas.
Estas
dos rebeliones permiten una articulación mas concreta del mundo de
la lucha social con el mundo militar y preparar desde la agenda
alternativa bolivariana la posibilidad de una plataforma de gobierno
con la candidatura de Hugo Chávez en 1996 e iniciar en 1999 los 16
años de gobierno que tú mencionas. Por tanto, los 16 años no
podemos verlos desvinculados de todo un proceso de lucha del
movimiento bolivariano que surge desde la nueva etapa iniciada en la
década del 50 con la articulación del mundo civil y militar.
Los
últimos 16 años –podría decirse-, se pueden periodizar en tres
etapas:
La
primera es el inicio de la ruptura del pacto de gobernabilidad
establecido por la cuarta república. Pacto que se quiebra con la
rebelión del año 1989. Se profundiza con las rebeliones militares
del año 1992, pero que no termina de crear una nueva relación de
poder y generar una profunda inestabilidad que se mantiene hasta el
2004. Incluso ya con Chávez en el gobierno.
Con
la insurrección de la derecha en el 2002 contra el gobierno
chavista, se crea una nueva forma de gobernabilidad a partir del
2004 con el referéndum revocatorio y la decisión firme del pueblo
venezolano de ratificar a Hugo Chávez Frías al frente del gobierno
bolivariano, lo que implicó que la burguesía tuviera que replegarse
y aceptar las nuevas condiciones que le imponía el proceso
bolivariano. Es decir hay una etapa de 1989 al 2004, otra etapa del
2004 al 2012, que es la etapa del socialismo. Recordemos que Chávez
en diciembre del 2004 dijo que la revolución bolivariana era de
corte socialista y en el 2005 lo ratifica en el foro social mundial
en Porto Alegre diciendo que “el rumbo es socialista”. Entonces
en el 2004-2005 se inicia un nuevo periodo de la revolución
bolivariana donde ya no basta solo el discurso y la acción
antiimperialista y nacionalista, sino que la vincula al imaginario y
a las tareas concretas del socialismo a escala planetaria.
Luego
con la muerte del comandante Hugo Chávez en marzo del 2013 se abre
una nueva etapa que es la de “los bolivarianos”, es decir, los
que han heredado el proceso bolivariano, cuyo desafío no es solo
mantener la revolución bolivariana, sino que seguir la
profundización del rumbo socialista de la misma.
Actualidad
Luego
de la muerte del comandante Chávez ¿Cuáles han sido las
principales problemáticas que se han suscitado en el proceso
revolucionario?
El
vacío que nos deja el comandante Chávez aún no se ha podido
llenar. Chávez de manera muy conciente en los últimos tres años de
su vida insistió mucho al pueblo venezolano que “todos somos
Chávez”, es decir, que tal manera de que la sostenibilidad de un
proceso que se había iniciado en 1999 ya no podía depositarse en un
solo hombre, en un solo liderazgo, sino que requería de la profunda
participación de todo el pueblo venezolano. “Todos somos Chávez”,
“tu eres Chávez”, fue la consigna de la campaña presidencial de
2012 y que marcó eso, el compromiso del pueblo bolivariano con la
continuación del legado de Chávez que ahora le corresponde a
Nicolás Maduro y a un grupo de compañeros como Jorge Arriaza,
Diosdado Cabello y Rafael Ramírez, por citar algunos nombres que
están al frente de la gestión de gobierno, pero con la certeza de
que el destino de la revolución dependerá que todos cumplamos con
esas máxima que Chávez nos señaló.”Todos somos Chávez”.
Luego
del liderazgo imprescindible del presidentes Chávez ¿Hoy solo
existe el liderazgo del presidente Maduro o existen varios
liderazgos actuales en el proceso bolivariano?
La
revolución bolivariana ha parido líderes en cada barrio, en cada
comunidad. Es asombroso como no hay un solo liderazgo y ese es uno de
los grandes aportes de la revolución bolivariana, que es romper con
el monopolio de la representatividad y empoderando la democracia
participativa y protagónica que significa liderazgos colectivos. Y
dentro de esos liderazgos, tenemos que resaltar a quien hoy les
corresponde funciones de gobierno, que son compañero que vienen de
la militancia comunitaria, de la militancia de izquierda y ha Nicolás
le ha correspondido asumir la conducción en este periodo, eso si
conciente como el lo ha dicho que solo es posible cumplir la tarea si
todos asumimos el compromiso de seguir remando en la orientación
socialista del proceso.
Los
desafíos de la revolución.
En
esa misma orientación socialista que usted me habla ¿Cuáles son
las principales conquistas políticas, económicas y sociales de la
revolución bolivariana que se deben defender con mayor rigor?
La
mayor conquista política es la participación popular. En Venezuela
la política había dejado de ser una herramienta de transformación
social en la década de los 80 y 90. Chávez reenamora al pueblo para
que participe en política y hoy es asombroso con en cada lugar donde
se reúnen 5 o 10 venezolanos se convierte en una asamblea. Una
asamblea que quiere tomar decisiones sobre cuestiones fundamentales
que afectan no solo la cotidianeidad de los ciudadanos, sino también
la gran gestión pública. Ese es uno de los grandes aportes de
Chávez en el terreno político. Logró que todos los ciudadanos
sintieran que podían hacer de la gestión de gobierno su gestión.
Poder sentirse representados.
En
lo económico, la renta del estado, la renta producto de las
petroleras se redireccionó para los más pobres. Cuando Chávez
asume el poder se había dicho que la renta petrolera solo alcanzaba
para si mismo, es decir, para mantener la propia producción y no
había posibilidades de la utilización de un recurso tan importante
para la economía venezolana a favor de los pobres, los humildes y
los desposeídos. Chávez demostró que si se puede poner los
recursos del estado al servicio de los que más necesitan.
En
el terreno social, configurar un nuevo tejido. Un tejido de comunidad
que se organiza a través de instancias de poder popular, de comunas,
de redes comunales, de nuevas líneas de producción más vinculadas
a la cotidianeidad de cada uno de los territorios que establecen un
entramado que sirve de plataforma para la construcción real del
socialismo.
Y
cuales son las medidas que se deben profundizar y aplicar en el corto
plazo para garantizar el rumbo revolucionario…
Chávez
siempre lo dijo. El siempre se molestaba cuando a todo le poníamos
socialismo. Chávez decía que solo estábamos iniciando el camino y
que había que seguir pensado para ir recorriendo la tarea de la
construcción socialista. Ese es el desafío. Sobre todo porque
nuestra revolución enarboló el socialismo ha diferencia de las
experiencias existentes desde una perspectiva democrática,
ratificándolas con elecciones. Hemos hecho 19 elecciones. Cada paso
que hacemos lo consultamos con los ciudadanos, con la gente, para
garantizar que vamos por el camino correcto. Pero además
permaneciendo en el terreno del compromiso del combate político
cotidiano con los que no comparten nuestras perspectivas y
respetándolos. Estableciendo una nueva forma de entender el
socialismo profundamente democrático.
Educación
popular
Profundicemos
en su especialidad, la educación. ¿Cuáles son los principales
aportes de la política educacional del proceso revolucionario?
Nosotros
logramos revertir la tendencia de privatizar la educación por un
lado. Cuando recibimos el gobierno en 1998 se había destruido el
sistema educativo en su conjunto para crear la sensación ante la
sociedad que era inminente su privatización para poder garantizar la
educación. Un dato: Solo en la educación universitaria nosotros
contábamos en 1998 con 750.000 alumnos de educación universitaria.
Hoy contamos con 2.700.000 alumnos, además estamos presentes en la
educación universitaria en 153 municipios de los 353 de todo el
país. Hoy no existe un municipio donde no hay una aldea
universitaria, sino incluso en las parroquias que son entidades más
pequeñas que el municipio, ahí esta presente la educación
universitaria con una cobertura total del territorio nacional.
Entonces,
el primer legado de la revolución fue revertir la tendencia de de la
privatización de la educación.
Segundo,
ampliamos significativamente la matricula.
La
tercera, demostramos que era posible avanzar en la inclusión
educativa más allá de las formalidades institucionales, creando
misiones educativas. Que son las misiones educativas… son formas no
rígidas de abordaje de los aprendizajes basados en los modelos de
educación popular que no requieren de la construcción previa de una
infrastrectura totalmente acabada, sino que utiliza la
infraestructura existente en las propias comunidades y a partir de
esas infraestructuras desarrolla modelos de enseñanzas y
aprendizajes basados en la propia cotidianidad de los ciudadano.
Nosotros tenemos misiones como la misión robinsón que enseñó a
millones de venezolanos a leer y ha escribir, pasando de ser un país
con una taza del 15% de analfabetos a ser decretado por la UNESCO
territorio libre de analfabetismos. Esta misión sigue el proceso de
los que ya se alfabetizaron hasta obtener o terminar la primaria en
su conjunto. Otra misión es la Rivas, para aquellos que fueron a
alfabetizar y pasaron por la misión Robinsón y aquellos incluso que
estaban con solo sexto grado, otorgándoles no solo el título de
bachiller sino adquirir la capacitación técnica mínima que les
permita emprender un trabajo productivo. Y finalmente la misión
Sucre, que persigue principalmente garantizar la educación
universitaria a todas aquellos que quieran hacerlo. Hoy nosotros
podemos decir con mucho orgullo que el fenómeno antes de llegar
Chávez que era el de los bachilleres sin cupos, que era por la
presión de estudiantes que querían cursar la educación
universitaria no podían obtener un cupo, eso se eliminó
definitivamente. Luego de 16 años no hay bachilleres sin cupos. Pero
incluso vamos mucho más allá, la misión Ciencia por ejemplo,
persigue la formación en postgrado de aquellos venezolanos que
quieren especializarse mucho más para contribuir a la revolución. Y
misiones tan hermosas como la misión Negra Hipólita, que garantiza
desde la perspectiva educativa la incorporación de aquellos niños,
jóvenes y adultos que no solo han abandonado en el sistema
educativo, sino que también por sus carencias culturales han ido
recorriendo el camino de la delincuencia, de la violencia
estructural, se les presenta una alternativa desde la educación para
su reinserción social
Podríamos
hablar de una importancia medular de la educación popular en el
proceso educativo bolivariano…
Por
supuesto. Ahora bien, ahí hay todo un debate sobre el tema de la
educación popular. Las misiones son la gran expresión de la
educación popular en la revolución bolivariana. Pero eso no se ha
sistematizado de manera adecuada. Uno de los déficit que tenemos es
que hay que sistematizar las experiencias y poder derrotar una
tendencia en sectores de compañeros que han mal interpretado la
educación popular como una educación que no requiere de mucha
profundización en el conocimiento –incluso yo lo vengo diciendo en
mucho foros-, que plantean que Paulo Freire dice “que nadie enseña
a nadie y que nadie aprende de nadie”, lo cual es incorrecto.
Incluso lo anterior nos llevó a realizar una investigación de casi
un año donde encontramos un video que esta en “youtube” y que
cualquiera lo puede buscar donde le hacen la misma pregunta a Paulo
Freire y le preguntan si es cierto que en la perspectiva de la
educación popular “nadie enseña a nadie ni nadie aprende de
nadie” y Paulo Freire no Luís Bonilla dice “eso es una mala
lectura de mis libros y una mala interpretación de mi pensamiento.
Para enseñar se requiere un docente que tenga conocimiento para
poder transmitir lo que sabe y un estudiante que este dispuesto a
aprender. Lo que dice Paulo Freire es que en esa relación dialéctica
ambos se transforman y ambos aprenden. Ambos reconfiguran el propio
conocimiento y eso es algo muy distinto.
Entonces la educación popular esta
pasando por un profundo debate en la sociedad venezolana para que no
se le asocie de forma incorrecta a la educación que no requiera
esfuerzos, sino es al contrario. Para poder transformar la educación
en educación popular se requiere la educación de mayor calidad para
poderse empoderar. Solo los burgueses tienen una educación
diferenciada para los pobres y de menor calidad. Los revolucionarios
queremos que para los sectores más excluidos sea la mejor educación
la que se de y desde la perspectiva de la educación popular estamos
haciendo un esfuerzo sincero por garantizarlo.
Poder
Popular
En
relación al poder popular. ¿Hoy existe un protagonismo real de las
mayorías en el proceso revolucionario, más allá de ir a votar cada
cierto tiempo?
Yo
creo que lo que menos va la gente es a votar. Se ha desatado en todas
las comunidades un fenómeno muy positivo de empoderamiento de lo
político y de lo público. Los venezolanos están participando en
todo el tema de la gestión que antes solo atendía a las alcaldías
y consejos municipales. Pero no es un tema solo de gestión, están
haciendo aceras, brocales, canchas deportivas, escuelas construidas
desde la propia comunidad. Maximizando los recursos para que pueda
tener el mayor impacto. Toman las discusiones de lo que le
corresponde a aquella comunidad. Aquello que la comunidad considera
que es prioritario hacer. Pero además estableciendo interrelaciones
con otras comunidades, de lo que consideramos que ya es el
surgimiento del poder popular. El poder popular no es solo la
administración de recursos, es la posibilidad de relacionarse
políticamente los iguales para establecer la conducción de la
política de estado.
En
Venezuela podríamos decir que esta floreciendo el poder popular. Por
supuesto, eso significa derrotar una cultura de la representatividad,
donde hay que derrotarlo en cada una de los escenarios concretos
comunitarios y ese es el debate que están librando las comunidades
en todo el territorio, enseñando a la burocracia que los pobres, las
personas de las comunidades organizadas pueden garantizar que la
gestión pública sea lo suficientemente eficaz.
¿Cuales
son esos embriones de poder popular?
Bueno,
las comunas. Nosotros tenemos inventariados más de 22 mil consejos
comunales en todo el país. Esos son los embriones del poder popular.
Hombres y mujeres que se organizan en su propia comunidad para
decidir que se hace o que hace el estado en esa comunidad. Lo repito,
no de manera aislada, generando una cadena de relaciones con el resto
de consejos comunales. Ese tejido es el que constituye realmente el
poder popular.
La
derecha venezolana
En
los últimos días hemos visto un ambiente muy polarizado en
Venezuela, con mucha violencia en sus calles. ¿Como caracterizaría
a la derecha venezolana con sus respectivas diferencias en esta
coyuntura?
La
derecha venezolana no ha entendido lo que ha estado pasando en los
últimos años. No ha entendido que mediaticamente con un discurso
recalcitrante las comunidades van a permitir un retroceso en sus
conquista fundamentales. La derecha no entiende que para poder
plantearse una alternancia tiene que ser bajo la lógica del poder
popular y eso no le ha permitido dar un “pie con bolas”. Intentan
por todas las vías, haciendo un esfuerzo por romper la simpatía del
pueblo bolivariano con la conducción del proceso y no lo han
logrado. Es más, cada vez salen peor, porque no tienen la capacidad
de entender la profunda transformación que significa el paradigma de
democracia participativa y protagónica. Y en ese sentido ellos no
han valorado lo que significa “satanizar” el socialismo con la
experiencia venezolana para el mundo. Venezuela está intentando
construir una perspectiva socialista en democracia. Ese es el rasgo
distintivo de lo que denominamos el socialismo del siglo XXI. Es
decir garantizando todas las conquistas económicas y sociales, con
profunda libertad política.
Existen
diferencias entre los distintos sectores de la derecha, entre López
y Capriles por ejemplo…
En
lo estratégico son una misma cosa. En lo estratégico ellos quieren
tomar el poder para aplicar el paquete neoliberal. Difieren de pronto
en la táctica, creyendo Capriles que acumulando fuerza electoral
puede desplazar a los bolivarianos y otros creen que con la
movilización de calles al margen de la constitución y con una
conducta conspirativa contra el estado venezolano pueden obligar a la
dirigencia del proceso bolivariano a renunciar o algún tipo de
alzamiento militar. Son diferencias en la táctica, en el enfoque.
Ambas están totalmente desatinadas, pero en lo estratégico están
unidos. Lo que quieren ellos es revertir el proceso de conquista del
pueblo bolivariano y volver al camino del neoliberalismo en la
sociedad venezolana.
Por
tanto ambas están vinculadas al imperialismo norteamericano…
Ambas
responden al gran capital. Yo creo que es más preferible hablar del
gran capital financiero que está mucho más allá de los Estados
Unidos. Yo prefiero ver el centro del poder económico en el G8, lo
que implica una recaraterización, lo que es otro debate que escapa
a esta entrevista. Sobre el propio imperialismo y la concepción del
imperialismo. Pero están vinculados al gran capital transnacional y
sus intereses están relacionados con él.
Estás
políticas desestabilizadoras por parta de la reacción venezolanas
tiene muchos puntos de encuentro con el proceso de la Unidad Popular
en Chile entre 1970 y 1973. ¿Existe una analogía con ese proceso
político?
Existe
un guión, que los grandes centros de poder mundial, con Estados
Unidos a la cabeza lo tienen, con un desestabecimiento, con una
campaña mediática creando la idea que el socialismo es peligroso
para las comunidades. Hay como un guión preestablecido, pero la
diferencia sustantiva es que no ocurrió en la primera etapa de Chile
es que hay un sector de la oposición que tiene profunda vinculación
con sectores fascistas que están aplicando la violencia real contra
el pueblo bolivariano como táctica política que los coloca al
margen de la ley.
El
legado de Chávez
Usted
fue cercano al presidente Chávez. A un año de su muerte, cual es su
principal legado para las nuevas generaciones de revolucionarias y
revolucionarios…
Chávez
siempre fue uno de nosotros. El presidente Chávez a diferencia de lo
que hacían los políticos históricamente, lo que prometió terminó
cumpliéndolo. Prometió que iba a convocar –y que nadie le creía-
a una constituyente para cambiar el poder político en Venezuela a
favor de los pobres y lo primero que hizo una vez que juramentó fue
convocar a un referéndum para la convocatoria del proceso
constituyente. Si alguien fue coherente con lo que decía y hacía
fue Hugo Chávez. Independiente que incluso esa coherencia entre lo
que decía y hacía uno pudiera tener diferencias con él. Para el
pueblo era muy importante la coherencia de Chávez. Ese es su primer
gran legado.
El
segundo, el entendió como no lo han entendido gran parte de los
lideres revolucionarios en las últimas décadas, de la importancia
del pensamiento crítico. El permitió la libertad de crítica, la
animó, e incluso algunos criticamos públicamente algunos elementos
de sus gestión, el tuvo a pesar de las diferencias que uno puede
tener con los planeamientos, la suficiente tolerancia para permitir
que el pensamiento crítico fuera parte viva de la revolución
bolivariana. Y en su último documento que se llamó “golpe de
timón”, que lo elaboró el 22 de octubre en su consejo de
ministros el cual llamó que la crítica tenía que ser para
transformar. La crítica era algo sustantivo de la revolución
bolivariana y animó a las comunidades para que activamente
criticaran cuando no funcionaba algo de la gestión de gobierno. Eso
que parece tan simple marca una profunda diferencia con cualquier
rasgo autoritario con las experiencias del socialismo que conocimos,
pero incluso presenta un desafío para los que heredamos la tarea de
continuar la revolución y garantizar la vigencia del pensamiento
crítico en el marco de la revolución.
Y
el tercer gran legado, fue la profunda integración latinoamericana y
continental. Chávez entendía que la emancipación del pueblo
venezolano no es una tarea aislada. Es una tarea que de manera
conjunta debemos hacer los latinoamericanos para construir un
proyecto latinoamericano de soberanía e independencia.
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