martes, 14 de agosto de 2012

Chile - Movimiento en Defensa del Patrimonio Pesquero de Todos los Chilenos

LLAMAMOS A CONSTRUIR


UN GRAN MOVIMIENTO CIUDADANO EN DEFENSA DEL PATRIMONIO PESQUERO DE TODOS LOS CHILENOS

www.ecoceanos.cl www.radiodelmar.cl
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El Proyecto de Ley de Pesca entrega los recursos pesqueros de todos los chilenos a siete familias de grandes industriales
Chile tiene 3,6 millones de kilómetros cuadrados de aguas jurisdiccionales, siendo el séptimo país con mayor volumen de desembarques pesqueros a nivel mundial. Sin embargo, esta riqueza marítima y patrimonio de la Nación no está al servicio de los intereses de todos los chilenos.
El continuo saqueo de recursos hidrobiológicos, como peces, moluscos, crustáceos y algas, ha llevado al colapso a casi el 70 por ciento de las pesquerías nacionales[1]. Esta dramática situación deja en evidencia que la capacidad de sustentación y recuperación de los ecosistemas marinos ha sido superada, como consecuencia de décadas de malas políticas y administraciones públicas, la falta de control ciudadano y un irresponsable accionar industrial.
A lo anterior se suma la percepción de que el Estado, el Parlamento y la autoridad pesquera, se encuentran secuestrados por los intereses corporativos de la gran industria de pesca y acuicultura, así como del sector financiero. Hoy, el actual Ministro de Economía y candidato presidencial, Pablo Longueira, intenta entregar de manera gratuita y a perpetuidad la propiedad de los peces de la Nación a siete familias de industriales pesqueros.
De imponerse en el parlamento el proyecto de Ley Longueira, constituirá uno de los mayores actos expropiatorios de bienes públicos que pertenecen a todos los chilenos, vulnerando los derechos de la presente y las futuras generaciones de ciudadanos del país.
EXIGIMOS UNA NUEVA GOBERNABILIDAD PARA NUESTRO MAR Y SUS RECURSOS

La conservación y administración justa y sustentable de los recursos y ecosistemas marinos constituye uno de los principales desafíos que debe enfrentar la sociedad chilena de cara al siglo 21. Los peces son vitales para la mantención y funcionamiento de los ecosistemas marinos, la soberanía alimentaria, la generación de empleo, el desarrollo sostenible y equitativo de las regiones costeras y la identidad cultural, entre otros aspectos.
La actual institucionalidad y legislación pesquera ha permitido que las autoridades de turno actúen de manera excluyente, irresponsable, discrecional y sin transparencia en la administración de los recursos hidrobiológicos que pertenecen a toda la Nación. Esto ha puesto en jaque la sostenibilidad y acceso equitativo a estos recursos, comprometiendo gravemente nuestro patrimonio pesquero, aumentando la pobreza, inequidad y exclusión social en las áreas costeras, como resultado de procesos de concentración económica y "cartelización" del sector pesquero nacional.
Chile necesita una profunda transformación de la institucionalidad pesquera. Por ello urge construir una nueva gobernabilidad para nuestro mar y sus recursos, sobre la base de una amplia alianza que involucre entre otros a ciudadanos organizados, estudiantes, pescadores artesanales, pueblos originarios, pequeños y medianos empresarios, científicos, académicos y consumidores, con el fin de impedir el actual intento de expropiación del patrimonio pesquero del país, y abrir espacios para avanzar unidos en la adopción de políticas de conservación de la biodiversidad y ecosistemas acuáticos, equidad, acceso y uso eficiente de los recursos hidrobiológicos, mejorar la alimentación nacional, generar de fuentes de trabajo estables y de calidad, reforzar la justicia social, el fortalecimiento de las comunidades costeras y pueblos originarios, y los derechos y necesidades de las generaciones futuras.
En ese contexto, hacemos un urgente llamado al Gobierno del Presidente Sebastián Piñera a tomar el control de esta situación, y establecer independientemente de los grupos de presión, un sistema de administración pesquera que vele por la sustentabilidad de los recursos marinos, la equidad en el acceso, uso eficiente y la distribución justa de sus beneficios.
Proponemos y exigimos:


1. El reconocimiento de la propiedad del Estado sobre los recursos hidrobiológicos

El Estado debe reconocer su dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de los recursos hidrobiológicos existentes en los espacios marítimos sometidos a su jurisdicción. Rechazamos que el proyecto de Ley Longueira entregue cuotas individuales de pesca, de carácter gratuito, indefinido y plenamente transables a un puñado de grandes industriales, los que a su vez podrán transarlas en el mercado a inversionistas extranjeros, amenazando la soberanía marítima del país.

2. Iniciar un amplio proceso de información pública y consulta ciudadana.
Una política pesquera democrática de cara al siglo 21 debe tener como objetivo principal el uso justo, sustentable y eficiente de los recursos marinos de la Nación, de manera que estos bienes públicos generen el máximo bienestar posible para las actuales y futuras generaciones. Es necesario que en esta discusión participe de manera protagónica la ciudadanía organizada e informada. La tramitación de la ley en el parlamento debe realizarse de cara el país, rechazando la presión de los grandes industriales y las ofertas de financiamiento electoral a los diferentes candidatos políticos.
3. Fortalecer el papel del Estado y la participación ciudadana en las políticas de protección, acceso y uso sostenible y equitativo de los recursos hidrobiológicos y los ecosistemas acuáticos.
Es fundamental fortalecer el papel del Estado en la generación de políticas de acceso y uso a los recursos hidrobiológicos, así como las actividades de regulación y monitoreo, investigación científica, fortalecimiento del sector artesanal y de las Pymes pesqueras, y defensa de los derechos de género, laborales y de los pueblos costeros originarios.
El Estado debe adoptar de manera urgente medidas de regulación y control pesquero, incluyendo la aplicación de moratorias extractivas, necesarias para la recuperación de la salud y productividad de nuestro mar y sus recursos. Esto, frente al hecho que el 49 por ciento de las pesquerías chilenas administradas bajo el sistema de Límites Máximos de Captura por Armador (cuotas individuales transferibles de pesca), se encuentran colapsadas, y un 18% restante, están siendo explotadas más allá de sus límites recomendados.
4. Integrar al sector pesquero a una estrategia nacional de seguridad y soberanía alimentaria
Se debe integrar al sector pesquero y de acuicultura a una estrategia de salud pública y seguridad alimentaria, mediante políticas de promoción de una alimentación sana a la población, la cual asegure, especialmente a niños, estudiantes, tercera edad y sectores vulnerables, el acceso masivo y a bajo precio a esta fuente de alimentos de alta calidad biológica, poseedora de altos niveles de proteínas, minerales y de ácidos grasos poliinsaturados.
5. Realizar un manejo basado en el principio precautorio y enfoque ecosistémico de las pesquerías nacionales
Avanzar hacia un enfoque de manejo multi-específico de las pesquerías nacionales, basado en la incorporación del enfoque eco-sistémico y la aplicación del principio precautorio, junto al de la eficiencia energética y uso intensivo de mano de obra de las comunidades costeras locales. Rechazo a la aplicación del concepto de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), ya que este enfoque es el responsable del actual colapso de las pesquerías chilenas.
6. Fortalecer una política de investigación científica que garantice una administración sustentable.
Es imprescindible el fortalecimiento de una política nacional de investigación científica, pública, autónoma y de carácter vinculante, esencial para la generación de políticas de administración sustentables de las pesquerías nacionales.
Se debe crear un instituto de investigación pesquera del Estado, autónomo de las presiones corporativas, altamente profesionalizado, y que cuente con financiamiento adecuado.
Paralelamente, es necesario establecer medidas de control y transparencia que obliguen a las autoridades e instancias resolutivas, a la adopción de medidas de conservación y manejo en base a la mejor información científica disponible, fuera de las tradicionales presiones de los grupos de interés.
7. Transparencia y control ciudadano sobre las políticas y decisiones públicas
Se requiere eliminar las facultades resolutivas de los consejos nacionales y zonales de pesca, en cuya composición están representados de manera importante y mayoritaria los intereses de los grandes industriales. A su vez se rechaza el establecimiento de 11 “comités científicos” cuyos integrantes serán nominados discrecionalmente por el gobierno de turno bajo influencia industrial. Demandamos establecer procesos de participación ciudadana vinculantes y mecanismos de control público sobre el accionar de las autoridades y funcionarios del sector de la pesca, acuicultura, medio ambiente y salud pública.
8. Ampliar el reconocimiento exclusivo de las cinco millas costeras para las actividades de la pesca artesanal
Se debe establecer el cierre definitivo y la ampliación de las 5 millas costeras como zona de exclusividad para las actividades de la pesca artesanal, de manera de asegurar la conservación de la biodiversidad marina y manejo responsable de los recursos hidrobiológicos, en toda la costa del país, incluidas aguas interiores.
Es necesario considerar, al momento de establecer medidas de manejo, las diferentes realidades socio-económicas y ambientales existentes a nivel de las pesquerías artesanales regionales. Se debe velar por los derechos económicos, sociales, humanos y culturales de los pescadores de pequeña escala y sus comunidades, con el fin de garantizar la estabilidad y gobernabilidad a largo plazo de las áreas costeras del país. Se requiere declarar como pesquerías artesanales a los recursos sardinas, anchoveta, merluzas, congrios, pejegallo, tollo, raya y jibia, entre otras.
9. Asegurar el derecho de los pueblos originarios al acceso y uso de los recursos pesqueros
Es un deber asegurar el derecho de los pueblos originarios al acceso y uso de los recursos pesqueros y del litoral costero, así como el reconocimiento de los usos ancestrales de recursos y territorio costero, teniendo en cuenta la Ley Lafkenche (Ley 20.249), la obligación del Estado de Chile de cumplir el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración de los Derechos Indígenas de la Organización de Naciones Unidas.

10. Prohibición de la pesca de arrastre
Debe existir selectividad en las artes y métodos de pesca, prohibiendo la pesca de arrastre en aguas chilenas, por ser uno de los métodos más destructivos de extracción pesquera que amenazan gravemente la conservación de la biodiversidad marina en general y sus hábitat.
11. Terminar con la concentración de la pesca en manos de siete familias de grandes industriales.
Se deben establecer mecanismos de subasta progresiva de un porcentaje de la fracción de pesca industrial, para asegurar el acceso a los recursos pesqueros de las plantas procesadoras pequeñas y medianas, pudiendo acceder empresas que sólo realicen procesamientos en territorio nacional. La normativa debiera establecer requisitos de sustentabilidad social, ambiental y económica para acceder a la pesca industrial.
La incorporación de nuevos actores industriales debe asegurar mayor empleo y el aumento de inversión e innovación en productos de mayor valor agregado, además de mejores precios para los productos de la pesca artesanal.
12. Fomentar la asignación eficiente y equitativa de los derechos de acceso y uso de recursos perteneciente a todos los chilenos.
Permitir que el Estado y las zonas donde se desarrolla la actividad pesquera participen de las rentas generadas por dichos recursos pesqueros. Desde el punto de vista de la justicia distributiva, la transferencia de parte de las rentas que generan los recursos del mar, deben tener como destino el fortalecimiento de las comunidades costeras, pueblos originarios y pesca artesanal, el incremento de los fondos de desarrollo regional, la educación y salud pública ,vivienda y previsión social, entre otros.
La actividad pesquera industrial debe retribuir al conjunto de la sociedad chilena - por razones de equidad y eficiencia-, debido a que utiliza masivamente recursos naturales que son bienes que pertenecen a todos los chilenos. Esta retribución debe efectuarse mediante el pago de patentes, la subasta de un porcentaje de las futuras cuotas industriales de pesca, e impuestos equivalentes a los valores de las subastas para quienes reciban cuotas sin licitación[2].

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[1] Estado de las principales pesquerías nacionales. Aspectos biológicos-pesquero. 2010. Subsecretaría de Pesca. Ministerio de Economía. 171 págs. Santiago de Chile. El ejemplo más evidente de colapso es el que afecta al jurel (Trachurus murphiyii), principal pesquería chilena, cuyos desembarques han caído desde 4.500.000 toneladas anuales (1995) a 244.000 mil toneladas el 2012.

[2] Desde 1991, la legislación pesquera contempla la posibilidad que Subpesca licite un 5% de las cuotas de pesca anualmente. Dicha licitación prometía múltiples ventajas: transferir parte de las rentas al Estado, facilitar el ingreso de actores más productivos y utilizar las posturas ganadoras para ajustar los valores de las patentes pesqueras a los vaivenes del mercado. Nada de esto sucedió. No han habido licitaciones y el valor de las patentes ha permanecido en niveles que las mismas empresas reconocen como bajo.

DECLARACION POR LA DEFENSA DE LA VIDA Y EL PATRIMONIO PESQUERO DE LOS PUEBLOS DE CHILE
En Queule, Comuna de Tolten, Región de la Araucanía, con fecha 27 de julio de 2012, los representantes de los hombres y mujeres del pueblo pesquero artesanal, pueblos originarios, los dirigentes de los estudiantes secundarios y universitarios, académicos, y de las diversas organizaciones ciudadanas reunidas en la localidad costera de Queule, en el limite de las Regiones de La Araucanía y de Los Ríos, ante el avance autoritario, inconsulto y antidemocrático de la Ley Longueira, que tiende a privatizar el patrimonio pesquero de los pueblos de Chile, expresamos lo siguiente:
1.- Los hombres y mujeres de la pesca artesanal, pueblos originarios, estudiantes secundarios y universitarios y organizaciones ciudadanas reforzamos nuestra lucha por la defensa de la vida, es por esto que llamamos a rechazar la idea de legislar el proyecto Longueira.
2.- Reforzamos que los recursos marinos son patrimonio de los pueblos de Chile, tanto para las actuales como futuras generaciones y declaramos que el Estado de Chile tiene propiedad inalienable e imprescriptible de los recursos del mar. El Estado debe cumplir con el deber de velar por la preservación, conservación y recta administración de los recursos existentes en las aguas jurisdiccionales de Chile.
3. Rechazamos tajantemente la forma como el Ministro de Economía, Pablo Longueira, ha venido, de manera autoritaria, inconsulta y antidemocrática, imponiendo la entrega gratuita y a perpetuidad del patrimonio pesquero nacional a un reducido grupo de familias de industriales pesqueros que representan a cuatro conglomerados, que a la vez son los responsables de la sobreexplotación y colapso de las pesquerías de aguas chilenas.
4. Rechazamos de igual manera el “acuerdo Longueira”, firmado en septiembre de 2011 por dirigentes de Conapach, Confepach, los pesqueros industriales y el gobierno a través del ministro Longueira.
5. Exigimos a Camilo Escalona, presidente del Senado, a cumplir el compromiso hecho el día 7 de junio de este año, con ocasión de la fundación del Consejo Nacional de Defensa del Patrimonio Pesquero Artesanal, en donde comprometió a 21 senadores que respaldarían a la pesca artesanal, para que cumpla su compromiso. Por tal motivo los instamos a que repongan la indicación al proyecto de ley que plantea que “el Estado de Chile tiene propiedad inalienable e imprescriptible de los recursos del mar”, y que sometan el proyecto Longueira a examen de constitucionalidad en la Comisión de Constitución del Senado y eventualmente requieran al Tribunal Constitucional de Chile.
6. Exigimos de igual forma que el Senado y la Comisión de Constitución y Justicia cumplan con la letra y espíritu del Convenio 169 de la OIT, en concordancia con las normas de la ley 20.249, la declaración de derechos indígenas de la ONU, respecto de los derechos de los pueblos originarios, concernientes a este proyecto de ley, que han sido vulnerados por el proyecto Longueira.
7. Llamamos a defender y ampliar las áreas de protección y reserva para la defensa de los recursos de la pesca artesanal en todo el país.
8. Demandamos que las algas, además de algunas pesquerías que existen en las costas y estuarios sean de exclusiva explotación de la pesca artesanal.
9. Exigimos la eliminación de todo arte de pesca no selectivo, como el caso de las redes de pesca de arrastre.
10. Llamamos a todos los sectores sociales, políticos, culturales, religiosos, a los estudiantes, a los pueblos originarios, trabajadores, dueñas de casa y todo tipo de organizaciones comunitarias a comenzar una amplia discusión y movilización nacional para construir una política pesquera democrática y participativa orientada a que la renta de los recursos del mar vayan en beneficio de todos los chilenos, especialmente del sector pesquero artesanal. Creemos que ellos deben jugar un papel clave en los aspectos de soberanía alimentaria, el financiamiento de aspectos como la educación pública, los servicios de salud y de vivienda.
- Consejo Nacional de Defensa del Patrimonio Pesquero Artesanal. (CODEPPA)

- Federación de Pescadores Artesanales de Corral, Región de Los Rios

- Sindicato de Pescadores y Buzos Artesanales de Queule, Región de La Araucanía

- Cooperativa de Pescadores Artesanales de Queule, Región de La Araucanía

- ONG Conservación Marina

- Sindicato Ruka Leufu, Puerto Saavedra, Región de La Araucanía

- Sindicato Nueva Costanera, Puerto Saavedra, Región de La Araucanía

- Identidad Territorial Lafkenche

- Mapuexpress

- Grupo de Trabajo por los Derechos Colectivos Mapuche

- Unión Nacional de Estudiantes (UNE)

- Radio del Mar

- Ecoceanos

- Comisión Nacional por la Defensa del Patrimonio Pesquero

- ASES VALDIVIA, Asamblea de Estudiantes Secundarios

- Asociación de Comunidades Lafkenche de la Comuna de Mariquina, Región de Los Rios

- Asociación de Comunidades Lafkenche Manquian Cura, Región de Los Rios

- Comnunidad Mapuche Villa Nahuel, Región de Los Rios

- Comunidad Mapuche Rehue Lafken, Región de Los Rios

- Comnunidad Mapuche Leufu Mapu, Región de Los Rios

- Comité Defensa del Mar de Mehun, Región de Los Rios

- Federación de Pescadores Artesanales Cardenal Caro, Región del Libertador Bernardo O'Higgins

- Sindicato de Pescadores Artesanales de La Barra, Región de La Araucanía.

sábado, 11 de agosto de 2012

El Último Discurso de Salvador Allende


Último Discurso
[Discurso: Texto completo]
Salvador Allende*
Santiago de Chile
11 de septiembre de 1973
7:55 A.M. Radio Corporación
Habla el presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.
En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.
En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero presidente de la República.
8:15 A.M.
Trabajadores de Chile:
Les habla el presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar la instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976. Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.
8:45 A.M.
Compañeros que me escuchan:
La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis pala bras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito. El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse. Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.
9:03 A.M. Radio Magallanes
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por l o menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.
9:10 A.M.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegrí a y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.


¿Quiénes grabaron las últimas palabras de Salvador Allende?



Uruguay - La banda presidencial para Mujica y un Volvo para Tabaré Vázquez...

El Carrasco feudal

"Unas palabras tan bruscas que te duelen y te llegan al alma"

Mariana Contreras

Brecha, Montevideo, 10-8-2012

http://www.brecha.com.uy/

Fue necesaria una orden de allanamiento para que los inspectores del Ministerio de Trabajo pudieran entrar a la mansión de Carrasco donde trabajaban de manera ilegal varias ciudadanas bolivianas. Era la punta de una madeja que prosiguió con una denuncia en un juzgado del crimen organizado. Brecha conversó con varias de las trabajadoras que llegaron para cumplir tareas en la casa de Nathalie Manhard y en la de su padre, Enrique Manhard, miembros de una de las familias más adineradas del país. Las trabajadoras relataron cómo son captadas en su país, las condiciones a que son sometidas en Uruguay y lo difícil de escapar cuando el mundo es tan ajeno. En el Uruguay de 2012, una historia de gente que se piensa con derecho a ser dueña de otra gente. Por suerte el Estado esta vez parece estar dando todas las garantías necesarias.

Se las había arreglado sola, siempre. Incluso cuando se fue a Buenos Aires, y también a San Pablo, a trabajar en talleres de costura, y dormía y trabajaba y comía y vivía en una pieza. Seguramente en alguna de esas maquilas tan infames como ilegales, que dos por tres son noticia en la tevé cuando se incendian, o cuando se descubre que allí trabajan cientos de migrantes irregulares por salarios miserables.

Pero esa mañana, cuando su sobrina la invitó a probar suerte en la agencia de colocación de personal llamada Verónica, Laura -así le diremos a los efectos de esta nota- aceptó. Hacía poco sus antiguos empleadores se habían mudado de La Paz a Santa Cruz y ella no los siguió porque sus hijos van al colegio en la capital boliviana. Así que decidió probar suerte. Apenas llegó, "Vero" le preguntó si quería trabajar en Uruguay. Se extrañó, pensando que le hablaban de la avenida paceña, famosa por ser lugar de venta de pescado; pero no. "De Argentina, más allá", le aclaró la dueña. "Anímate. Es una señora muy rica, paga muy bien, trata muy bien a las muchachas." Preguntó cuánto era el salario y Vero aseguró: "Quinientos dólares para empezar. El segundo mes te va a aumentar 100 y vas a ganar 600 dólares". Mientras ella sacaba cuentas y dudaba, Vero marcó un celular y lo dejó sonar un par de veces antes de cortar. Miles de quilómetros al sur, Nathalie Manhard Sasson entendió el mensaje y con presteza devolvió la llamada. Instantes más tarde boliviana y uruguaya mantenían el diálogo:

-El trato es que te voy a pagar 500 dólares. Pago muy bien. Tengo otras muchachas bolivianas ¿sabés limpiar?

-Sí, tengo certificados de trabajo.

-¿Estarías dispuesta a venir?

-No sé, es que tengo niños.

-¿Tenés a quién dejárselos?

-Con su papá o mi hermana.

Durante la conversación, "Vero me dice: '¿Para qué le dices que tienes hijos? No tengo hijos, debes decir'. Y me dice la señora: 'No hagas caso a lo que dice Vero, hacé caso a lo que yo te pregunto y contestame'. Y yo le contestaba todo: sabía limpiar, sabía de costura, porque en Buenos Aires y San Pablo he trabajado en talleres de costura. Me pidió mi teléfono pero le di el de mi hermano, porque no estaba decidida a trabajar. Vero me decía: 'Anímate, anda. Es una señora millonaria, que bien paga. No es cualquier señora, una cónsul, me dicen que es. Dicen que es bien grande, bien linda, la casa. Las otras muchachas que trabajan me dicen que es bien buena. ¿Quieres hablar con las otras?'. Hablando no voy a ganar nada. El lunes vengo si no encuentro trabajo". Y se fue.

Después, todo sucedió muy rápido. Cuando llegó a su casa, Manhard ya se había comunicado nuevamente. Horas más tarde volvió a llamarla y prometió: "Si te quedas un año no te voy a descontar el pasaje. Te voy a dar un celular, te voy a dar un chip".

"Yo debía al banco -cuenta ahora la trabajadora a Brecha-, y mi hermano y mi cuñada me decían que así pagaría más rápido. No es que 500 dólares fuera mucha plata. Son 3 mil bolivianos porque el dólar allí está muy bajito, pero me venían como anillo al dedo, como dicen. Que yo esté aquí, no gaste en mis pasajes. podía mandar un monto para mis hijos y otro para el banco". Cuando el domingo a la mañana Manhard insistió con un nuevo llamado y aseguró que había girado dinero a Vero para el pasaje, Laura decidió aceptar.

El martes al mediodía tomó el bus que la separaría de la cordillera de los Andes para, tres días después, dejarla con el mar a sus pies en Montevideo. Tomó el taxi negro y amarillo tal como "la señora" le había indicado y minutos más tarde arribó a la mansión ubicada en Américo Ilaria, entre Viña del Mar y Copacabana. Los 400 pesos del taxi los pagó la cocinera. Dejó sus cosas en la habitación, se dio un baño, e instantes después comenzó su trabajo. Enseguida su identidad comenzó a desdibujarse. A partir de ese momento era "la de la planta baja", como se llama en aquella casa a la encargada de la limpieza de ese sector. No imaginaba todo lo que viviría en los próximos meses.

En la residencia de Carrasco trabajan cuatro personas, siempre de origen boliviano (una "planta alta", una "planta baja", una niñera y una cocinera). La paciente reconstrucción que hizo el colectivo feminista Cotidiano Mujer -institución a la que se acercaron varias mujeres en busca de ayuda- permite saber hoy que al menos 12 ciudadanas de aquel país pasaron por la casa en el último año. Todas llegaron a través de la agencia Verónica, solicitadas por Nathalie Manhard. Viajaron por tierra, sin contrato, permanecieron de forma irregular en el país. Recibían 500 dólares de salario, trabajando prácticamente el doble de horas de lo estipulado por ley y con un descanso de cuatro horas semanales, nunca en fin de semana (véase recuadro).

Brecha está en condiciones de informar que Manhard también contactaba a la agencia boliviana en procura de personal doméstico para sus amigas y para sus padres (Enrique Manhard y Vivianne Sasson). Al menos en la casa de sus padres, las trabajadoras recibían un trato similar. Según el testimonio de una ex trabajadora de esa casa, el vínculo laboral en ese lugar también era a través de Nathalie. Era ella quien decidía todo lo referente al trabajo. Relatan también que, mientras su madre solía mantener un trato amable, Enrique, el padre, era parecido a su hija en la forma de dirigirse a las trabajadoras.

Otra de las constataciones es que cuando el vínculo laboral finalizaba (sea porque no aguantaban el nivel de estrés o porque Manhard decidía que no trabajaran más) eran "despachadas" (tal  es el término que utilizan) a Bolivia, incluso contra su propia voluntad. A partir de que algunas lograron permanecer en el país es que se conoció la historia.

La señora Tiqui Tiqui

"Tiqui tiqui. Acá se viene a trabajar", cuentan que decía Nathalie Manhard a sus empleadas, mientras movía ágilmente los dedos en señal de caminata. "Hasta ahora tengo en mi mente esa palabra", comenta una de ellas mientras repasa algunos de los hechos que muestran, además de las irregularidades y el incumplimiento de las leyes, un fuerte componente de racismo y clasismo por parte de la empleadora.

"Nos teníamos que parar a las 6 de la mañana y el desayuno debía estar servido a las 7 en punto. 'La comida de la casa', decían ellos, porque tienen la cocina principal y la cocina del servicio. Y la comida del personal es muy distinta a lo que ellos comen. Nos compraba carne picada común, un quilo, que tenía que durar un mes. Lo que más comíamos era polenta con pulpa de tomate o fideos hervidos con pulpa de tomate o con atún. El jardinero no estaba autorizado a comer, pero la cocinera decía 'yo tengo hijos, sobrinos', y tratábamos de cocinar algo más y le dábamos. Nuestro plato de lujo era arroz con huevo, o con pancho. Muy rara vez podíamos comer lenteja. No podíamos comer tomate, salvo que estuviera a precio bajo. No podíamos comer lechuga porque es carísima. Pero había rúcula en su huerto y podíamos comerla. El desayuno era con un paquetito de Nescafé. No podíamos tomar leche, Si era temporada de manzana compraba una bolsa para nosotras. O de naranja. Pero otra fruta no se podía comer. Ni banana ni otras cosas más. Ella decía que en todo Uruguay el trato era así. Que teníamos que comer así." Un día, enterada de que una trabajadora decía que ya no quería comer, Manhard les dijo: "Si nadie quiere comer lo que les doy aquí, pueden salir, comprarse con su plata. Hay Mc Donald's; pueden ir a comer ahí, puede ir a comer al restorán, si tienen plata". A la mala alimentación se le sumaban las extenuantes jornadas de trabajo: un promedio de 14 horas de lunes a lunes, con media hora para comer, y una hora de descanso que difícilmente podía cumplirse porque siempre había tareas para hacer. "No tenía ese tiempo", dice una trabajadora. Después de la limpieza de las habitaciones, había que ayudar en la cocina, y además "tenía que planchar. Planta alta lavaba y planta baja planchaba. Decía en la carpeta (un "manual de instrucciones" que se les entregaba a su llegada) que planta baja se hace cargo de coser, limpiar los championes a diario, bajar y subir las cosas. La misma señora nos hacía pelear. Demasiado estrés, era". Por ejemplo, dice el manual que la persona encargada de la planta baja debe, según el día de la semana, limpiar el hall de entrada y el baño de visitas, el breakfast, el comedor, el living, el lavadero, el depósito de deportes, el dormitorio y el baño de huéspedes, el depósito frente al dormitorio de servicio, el baño y el hall del escritorio, el estar, el billar, el playroom y su baño, la barbacoa, con su baño y cocina incluidos. Entre sus tareas también está tender y servir la mesa durante la comida, lavar a máquina y a mano, colgar y secar la ropa, limpiar y lustrar zapatos, guardar la ropa y el calzado. Asimismo debe ayudar a la cocinera (salvo los días que está cubriendo a la niñera) en el mantenimiento de la cocina principal ("siempre impecablemente limpia, horno, anafe, micro, heladeras, filtros, muebles, pisos").

Al principio pensaba que el trabajo en Uruguay "debe ser así". Pero un día la cocinera, que llevaba más tiempo en la casa, dijo que así no era. Eso le había comentado una profesora uruguaya que durante un tiempo frecuentó la casa. Le habló de las leyes, del descanso, de la limitación de la jornada y los beneficios que les correspondían y de los cuales no tenían noticias. Las trabajadoras no tenían a quién preguntar. No conocían a nadie en el país, no sabían a quién recurrir. Es que el trabajo migrante, cuando además es irregular, atrapa y congela. Sólo tenían cuatro horas semanales libres. Eso impedía su movilidad a lugares alejados de la residencia de Carrasco, a lo que se le suma el temor (el autoimpuesto y el propiciado) de ser "atrapadas" en tanto que, luego de los primeros tres meses, su permanencia en el país era irregular. "Si saben que están irregulares las detienen", cuentan que les decía Manhard, quien hacía rato había perdido las buenas formas que mostraba por teléfono. La prohibición imperaba también dentro de la residencia: tenían prohibida la conversación entre ellas a no ser por asuntos estrictamente laborales.

"Una noche se rompió una carpa que en la mañana se abre y en la noche, antes de que entre el sol, se recoge. No sabemos qué pasó. Llegó furiosa y era tan. Me agarró primero a mí, me gritó que era una muerta de hambre, que ella hacía comer a mis hijos. Que con lo que ganaba ni en 20 años podía pagarle porque esa carpa costaba más de 20 mil y pico. Luego tomó a la otra. Pero con unos ojos, tenía un carácter... una voz que te hace temblar. Yo con sólo mirar a esa señora le tengo miedo. Hasta el día de hoy le tengo miedo, un miedo grande. Te grita, te da como unas palabras tan bruscas que te duelen y te llegan al alma."

Salir de ahí

Los intentos por conocer sus derechos fueron permanentemente boicoteados. Un día la cocinera decidió que saldría muy temprano y utilizaría sus horas libres para ir al Ministerio de Trabajo. Salió, volvió sin haber encontrado la sede, pero con la certeza de que en Uruguay las cosas no eran como las pintaba Manhard. "Nos iremos", le dijo a Laura. "Una muchacha ya había escapado de la casa; había sacado su maleta por la ventana y se había escapado. Estaba antes que yo llegara," contó. Pero el plan en este caso era otro: "Le diremos que nos vamos a ir, y nos vamos a Punta del Este, que pagan bien", dijo la cocinera. A los pocos días Manhard le anunció que le adelantaba las vacaciones porque ella viajaría a Punta del Este, a casa de su madre. La cocinera propuso ir con ella pero la dueña de casa dijo que su madre tenía su propio personal, que visitara a sus hijos en Bolivia y que se verían al regreso. Para ella quedaba claro que estaba siendo "despachada". "Lo mismo sucedió con otra muchacha que estaba averiguando. Una peruana le había dicho que el trabajo es bien distinto. Eso fue en la mañana, y en la noche la despachó a Bolivia."

Era domingo por la tarde cuando la cocinera debió abandonar la casa. Al poco rato llamó. "Como había estado más de ocho meses no podía salir sin pagar a Migraciones. Pero como era domingo no podía. La señora Nathalie le dijo que se volviera." Sin embargo, a la mañana siguiente "la señora se tomó la 'amabilidad' de llevarla a Migraciones y despacharla en el ómnibus de Tres Cruces hasta Buenos Aires. Su plan no dio resultado. Esa noche sólo hablamos ella y yo, luego se fue y perdimos contacto. Pero ahí supimos cómo era. La muchacha de la planta alta conoció a una peruana y le dijo lo mismo: el trabajo no es así." Para ese entonces Laura ya había anunciado a Manhard que quería viajar a Bolivia en verano, cuando se cumpliría más de un año de su llegada al país. "Ella me decía: '¿Por qué te vas a ir, si tú me agradas? Haces bien las cosas, la costura, peinas'. Pero yo decía que extrañaba a mis hijos. Quería salir de esa casa porque era mucho, yo no daba más."

Desenlace

¿Cómo supo la dueña de casa las intenciones de la cocinera? Según el relato de varias trabajadoras (que no se conocían entre sí hasta su encuentro en Cotidiano Mujer), en la residencia hay cámaras y micrófonos que permiten ver y escuchar todo lo que sucede. "(Nathalie) estaba en Punta del Este y en la computadora veía lo que sucedía en la casa", dijo a Brecha una de las trabajadoras de la casa de los padres, que en el verano cumplía funciones en su residencia del balneario. "Una vez vinieron a arreglar una pared y ella llamó preguntando quién era la persona que estaba en el pasillo." Un relato similar fue aportado por otra trabajadora, que cumplía funciones en casa de los padres Mahard: "Una vez me puse muy triste. A veces me digo qué estoy haciendo aquí. En eso, me llama la señora y pregunta si me pasa algo, no sé cómo supo que estaba llorando. Le dije que me iba a retirar. Ella quería volverme a Bolivia. Me dijo que esperara hasta el 2 de agosto", narró a Brecha. La "señora" a la que hace referencia es Nathalie, puesto que era ella quien gestionaba los temas con el personal de su madre. Días después las dos trabajadoras bolivianas que cumplían funciones allí fueron trasladadas sin previo aviso a Migraciones para cambiar la tarjeta de entrada por una de salida del país. En la noche el chofer las llevó a Tres Cruces, con el cometido de "despacharlas" a Buenos Aires. "Vino la señora a pagarnos, con los descuentos. Yo contaba con 400 dólares para llevarlos", al igual que la otra trabajadora. "Pero viendo la plata ya no llegábamos. Habíamos venido con poca plata pero ya regresarnos sin nada. No queríamos volver, pero decía ¿dónde vamos a dormir? Yo estaba llorando (en la terminal) cuando vino una señora que nos preguntó qué nos pasaba. Nos ha dado la dirección de un refugio donde fuimos a pasar la noche (la Casa del Inmigrante César Vallejo). Lo encontramos como a las 12 de la noche. Al día siguiente estábamos en plaza Independencia y una amiga nos trajo aquí" (se refiere al local de Cotidiano Mujer).

Es en la casa del colectivo feminista donde confluyen las historias y donde varias de las trabajadoras bolivianas han tenido contacto entre ellas por primera vez. Laura también llegó a Cotidiano después de abandonar la casa de los Manhard: "La señora quería que firmara un papel y yo he firmado. En ese papel me descuenta hasta el último centavo del pasaje que me había pagado. Pensé que me llevaba como 400 y pico de dólares. Salí con 200 dólares. Mi compañera no quiso firmar, entonces el jardinero le impedía el paso. Ella quería salir y denunciar porque una peruana ya le había hablado de Cotidiano. Ella logró salir antes y yo después". Cuando ambas se encontraron "ya empezaba a asustarme, porque la señora había dicho que nos iban a detener, y como siempre me dijo que ella tenía mucho poder. el día que me fui dijo: 'Si hoy día no van a partir a Bolivia yo voy a mover mis contactos y ustedes van a estar detenidas'". La historia de esta persona, que luego sería víctima de una privación de libertad, o secuestro, o como jurídicamente pueda llamarse, sería la que finalmente desencadenaría la denuncia judicial (véase aparte). Pero al principio: "Me he resignado, lo dejo así y busco otro trabajo. Al fin y al cabo no le debo nada a esa señora. Me alejé. Me hice a un lado porque me dijo que tenía tanto poder. El que tiene tanta plata siempre sale ganando. Y soy una persona así, ¿qué voy a hacer con una persona así?", dice, mientras con sus dedos dibuja algo pequeño primero y luego algo mucho más grande.

De tal palo tal astilla

En la calle Américo Ilaria, en pleno Carrasco, se levanta la imponente mansión del matrimonio compuesto por Nathalie Manhard y Javier Fernández. Ella es empresaria, uno de los pilares del grupo Parisién, que agrupa las cadenas de tiendas Parisién, Indian Emporium, Indian Oulet y La Casa de las Telas y que es propiedad de su padre Enrique Manhard. Javier Fernández es vicecónsul honorario de Malta y dueño de la empresa Frimaral, única en el país dedicada al diseño y desarrollo de contenedores y módulos tanto para transporte y depósito de mercadería como para soluciones habitacionales. Su padre, Alberto Fernández, ostenta el cargo de cónsul honorario del mencionado país, pero es más conocido como propietario de la empresa pesquera Fripur.

Ambas familias son conocidas -y han sido denunciadas- por violar con insistencia las leyes laborales por las que sus empresas debieran regirse. El Grupo Parisién ha sido señalado por sus trabajadores por las paupérrimas condiciones de trabajo. El año pasado sus empleadas todavía peleaban por la entrada en vigencia de la ley de la silla, que data de 1918 y establece la obligatoriedad de lugares suficientes en los comercios para que las empleadas "puedan tomar asiento siempre que sus tareas lo permitan". Los sueldos ínfimos, el amedrentamiento a quienes se sindicalicen (desde el acoso verbal hasta los castigos económicos) y las malas condiciones laborales fueron desnudadas por sus trabajadores en un importante conflicto en 2011. Y aunque Nathalie es hoy un "pilar", su padre Enrique sigue siendo el dueño y aún está en actividad. En su casa de Pocitos también son contratadas trabajadoras bolivianas en situación irregular. Es, además, socio de Punta Carretas Shopping e integrante de su comité ejecutivo; propietario de las Expoferias Ariel e inversor inmobiliario. Enrique es miembro de la B´nai B´rith de Uruguay y de la selecta Fundación Círculo de Montevideo, "una usina de reflexión a propósito de asuntos que podrían englobarse bajo los títulos de'Estado, mercado y equidad', 'inversión social', 'sociedad civil y partidos políticos', 'integración y cohesión social'", donde se codea con personajes como el mexicano archimillonario Carlos Slim y su amigo de la infancia Julio María Sanguinetti. Fue en la casa de Manhard en Punta del Este donde Sanguinetti, Batlle y Lacalle disfrutaron de un almuerzo con Mario Vargas Llosa en su última visita al país.

Los Fernández no le van en saga en cuanto a vínculos y "desprolijidades" empresariales. Alberto Fernández fue quien financió la banda presidencial que lució José Mujica al asumir como presidente. Tiempo antes le había prestado su avioneta para que el entonces candidato viajara con Astori a Brasil, y en 2004 le regaló un Volvo a Tabaré Vázquez. Su empresa ha enfrentado fuertes denuncias de los trabajadores a causa de la represión sindical. Intimidaciones, presiones en el trabajo, recortes en las compensaciones salariales de los trabajadores afiliados al sindicato son algunas de las denuncias que se repiten a lo largo de los años en esta empresa que, a pesar de regalonear a los candidatos de izquierda, es conocida como una de las peores en cuanto a condiciones laborales. 

Mínimo, mínimo

La jornada laboral en la residencia Fernández Manhard comienza a las 7 de la mañana y finaliza alrededor de las 11 de la noche, según los testimonios relatados a Brecha. El descanso son cuatro horas semanales, que no caen en sábado ni domingo. El sueldo de las empleadas es de 500 dólares (10 mil pesos). No se cobran horas extra, no se paga doble los feriados, ni tampoco se les da libre, y no cuentan con seguridad social. Si el personal permanece menos de un año (cosa frecuente dado el trato que reciben) se les descuenta de sus haberes el costo del pasaje. En la actualidad el sueldo mínimo fijado por el Estado para las trabajadoras domésticas es de 8.534 pesos por 44 horas semanales (siete horas diarias) y el descanso es de un día y medio.