Escrito por Arnaldo Pérez Guerra / Punto Final |
Viernes, 06 de Junio de 2014 14:25 |
La Agencia de Estados Unidos para la Ayuda al Desarrollo (USAID), una tapadera de la CIA, creó un twitter contra Cuba por medio de un intrincado sistema que incluía empresas de fachada y expertos en nuevas tecnologías. Buscando un juego de palabras, lo llamaron ZunZuneo: en Cuba al colibrí se llama zunzún. El escándalo, que es noticia mundial, demostró que Estados Unidos mantiene su guerra contra el pueblo cubano.
La agencia Associated Press (AP) publicó la exclusiva y reveló que tras esa acción ilegal estuvo el gobierno de Estados Unidos. USAID intentó crear una base de suscriptores del twitter en Cuba, usando noticias de deportes y magazine, esperando, en una segunda fase, enviar mensajes de contenido político para provocar protestas contra el gobierno. La propia USAID reconoció en un documento su objetivo: una “primavera cubana” para “renegociar el equilibro de poder entre el Estado y la sociedad”. ZunZuneo captó a más de cuarenta mil suscriptores cubanos, pero se estima que su alcance superó los 400 mil, quienes solo después se enteraron que el servicio había sido creado por el gobierno norteamericano. Contratistas y la USAID recopilaban información con propósitos políticos. “No se mencionará en lo absoluto la participación del gobierno de Estados Unidos. Es totalmente crucial para el éxito a largo plazo del servicio y garantizar el cumplimiento de la Misión”, dice textual un informe de la contratista Mobile Accord.
El periodista Iroel Sánchez, dice: “Associated Press, la agencia de noticias más importante de Estados Unidos, publicó una investigación sobre un programa conocido como ZunZuneo -también llamado ‘twitter cubano’-, financiado por la USAID. Aunque tanto los portavoces de la Casa Blanca como del Departamento de Estado y el director de la USAID negaron el carácter ilegal, secreto y político de ZunZuneo, sucesivas revelaciones de AP han dado a conocer la creación de empresas pantalla en terceros países para gestionar ZunZuneo, el robo de la base de datos de usuarios de la operadora de telecomunicaciones cubana ETECSA, la clasificación de los usuarios por sus actitudes políticas y una reunión del vicepresidente Joe Biden con varias personas vinculadas al programa. A raíz de las revelaciones sobre ZunZuneo, salieron a la luz otros programas similares contra Cuba como Piramideo, Commotion -revelado por The New York Times- que la USAID ensayó en Túnez, y la revista Newsweek divulgó el intento de utilizar a la comunidad masónica cubana en la estrategia estadounidense para lograr un cambio de régimen en la isla. Al saber de las operaciones de la USAID, el contratista de esa agencia Alan Gross -preso en la isla por implementar una red ilegal de telecomunicaciones, con el mismo objetivo que ZunZuneo-, se declaró en huelga de hambre varios días y tanto él como su esposa urgieron al presidente Obama a iniciar negociaciones con el gobierno cubano para su liberación”.
Discreto, no encubierto
¿Quién autorizó ZunZuneo? Según leyes norteamericanas cualquier acción encubierta de una entidad federal debe contar con autorización presidencial. ¿Se violó la ley o lo autorizó el Presidente de Estados Unidos? Cualquiera sea la respuesta es incómoda. Al ser interpelada en el Congreso, la USAID no reconoció quién aprobó su proyecto. El periodista Glenn Greenwald -que ha publicado los documentos del ex analista de la NSA Edward Snowden-, calificó ZunZuneo como “una gota más en el cubo de la propaganda sucia en internet”. El periodista estadounidense Tracey Eaton publicó la factura por 1,6 millones de dólares que demuestra el desvío de fondos destinados a Pakistán para financiar ZunZuneo. Se sabe que solo horas antes de que estallara el escándalo en los medios de comunicación, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, se entrevistó con la bloguera Yoani Sánchez, reconocida mercenaria que iba a ocupar la plataforma del ZunZuneo en las siguientes etapas del programa.
El dinero que financió ZunZuneo fue asignado a un proyecto no especificado en Pakistán, y no salió de los 20 millones de dólares adicionales que aprobó el Congreso para los “programas pro democracia en Cuba”. El senador Patrick J. Leahy, quien interpeló duramente al director de USAID, reconoció la naturaleza clandestina del programa y que la Subcomisión de Asignaciones de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta -que él preside- no fue informada de la existencia del ZunZuneo. Tracey Eaton, dice: “En la acalorada discusión con el senador Patrick J. Leahy, el administrador de USAID, Rajiv Shah, dijo que no sabía a quién se le ocurrió la idea del proyecto ZunZuneo para Cuba. Leahy le preguntó de quién había sido la idea de esa operación encubierta, durante una audiencia sobre el presupuesto en la Cámara Alta del Congreso, en Washington, DC. Shah trató de evitar la pregunta y se refirió a otros temas. Leahy lo interrumpió repetidamente. ‘Es una pregunta simple’, dijo el senador alzando la voz. Por último, Shah dijo: ‘no lo sé, específicamente’. Cuando le preguntaron si ZunZuneo fue una operación encubierta, Shah respondió: ‘Por supuesto que no’. Se refirió al programa como ‘discreto’, no encubierto”.
No está claro si el proyecto es legal bajo las leyes estadounidenses, que exigen autorización por escrito del Presidente y una notificación al Congreso para adelantar cualquier “operación secreta”. Se sabe que la USAID utilizó contra Cuba empresas y servidores en países sin el consentimiento de sus gobiernos: Nicaragua, Costa Rica, Irlanda y España. AP reveló que Suzanne Hall -funcionaria del Departamento de Estado que trabajó en el programa de redes sociales impulsado por Hillary Clinton-, participó en reuniones y encabezó el intento para que Jack Dorsey -fundador de Twitter- se hiciera cargo del proyecto ZunZuneo. Por su parte, el periodista cubano radicado en Miami, Edmundo García, dice que ZunZuneo tiene nombre y apellidos: “El primer gestor de ZunZuneo y de otros proyectos que se han desarrollado contra la soberanía cubana antes y después, es el gobierno norteamericano. ZunZuneo viola la soberanía de la nación y viola los derechos de miles de cubanos cuyos teléfonos y datos personales fueron manipulados con fines políticos. ZunZuneo tiene relación con nombres específicos; como son los de Adolfo Franco, José Cárdenas y Mark Lopes. Opino que las personas mencionadas, incluyendo al senador Bob Menéndez, deberían testificar bajo juramento en una comisión creada a los efectos. Y si mienten, asumir las consecuencias que trae el perjurio. Ellos son parte de la derecha cubanoamericana en Estados Unidos”.
El twitter cubano
Aunque USAID tiene “prohibidas” las acciones encubiertas, creó una empresa en España y una cuenta en Islas Caimán, un reconocido paraíso fiscal. Su objetivo era que “las transacciones no indicaran su origen en Estados Unidos”, dice un memorando revelado por AP. Se usó servidores de Amazon, en Irlanda; la empresa MovilChat, en Islas Caimán; y Lleida.net, en España. Otras labores se hicieron en Nicaragua, Costa Rica… y hasta Chile. La empresa de Islas Caimán fue creada por Mobile Accord, con sede en Denver; mientras la desarrolladora principal, Creative Associates International, funcionaba en Washington. Según AP, intentaron incluso conseguir “información de inteligencia” de Telefónica, la transnacional española aliada de Cubacel, telefónica cubana: “Comprender los protocolos de seguridad y de vigilancia de Cubacel será un activo de valor incalculable para evitar la detección por parte de la telefónica (Cubacel)”, dice un informe de Mobile Accord. Joe McSpedon, funcionario del gobierno de Estados Unidos, viajó a Barcelona en 2010 para afinar los últimos detalles del ZunZuneo. McSpedon tuvo a su cargo al equipo de contratistas especializados en alta tecnología. Aún no está claro cómo consiguieron los números de celulares de los cubanos. Todo indica que fue de forma ilícita. Creative Associates concibió esa lista como punto de partida de una red social que se llamaría Proyecto ZZ o Project Hummingbird, que “arrancaría cautelosamente y trataría de hacer llegar mensajes a los jóvenes cubanos, a quienes la USAID consideraba más proclives al cambio político. Debemos aumentar gradualmente los riesgos”, propuso la USAID en un documento que reveló AP. El equipo creado por USAID lanzó un portal de internet paralelo al servicio de mensajes de texto de manera que los cubanos pudieran suscribirse, interactuar y enviar mensajes gratis o a muy bajo costo. Documentos de la USAID indican que su objetivo estratégico en Cuba era “sacarla del punto muerto en que se encuentra mediante tácticas e iniciativas temporales para impulsar el proceso de transición hacia el cambio democrático”.
ZunZuneo comenzó a operar desde Nicaragua y Costa Rica a cargo de Mario Bernheim, Noy Villalobos y Joe McSpedon. Según AP, las tensiones con el Congreso se dispararon cuando “ZunZuneo comenzaba a despegar en diciembre de 2009, cuando otro programa de la USAID terminó con el arresto en Cuba del contratista estadounidense Alan Gross”. En septiembre de 2009, miles de cubanos se reunieron en la Plaza de Revolución por el concierto de Juanes, Paz sin fronteras. Fue la oportunidad para la USAID de probar la red y su “poder político”. Semanas antes, la empresa de Bernheim, usando la lista de celulares, envió medio millón de mensajes. Su intención era, además, conocer cuál sería la reacción del gobierno cubano. El equipo contrató a Alen Lauzán, diseñador y humorista gráfico nacido en La Habana y que vive en Chile desde el año 2000, para escribir mensajes “a la cubana”: “Uno preguntaba si dos músicos locales, que gozan del apoyo del gobierno, debían subirse al escenario con Juanes. Respondieron alrededor de 100 mil personas sin darse cuenta que participaban en una encuesta para conseguir información de inteligencia”, escribió AP. Paula Cambronero, de Mobile Accord, comenzó a crear una amplia base de datos: género, edad, receptividad, tendencias políticas, etc. USAID “necesitaba” información demográfica para “enfocar otros programas en Cuba” y “maximizar las posibilidades de extender nuestro alcance”, dice uno de sus documentos. Cambronero escribió en un informe, hoy en poder de AP, que el equipo debía ser cuidadoso y “que los mensajes con connotación humorística no deben mostrar tendencias políticas claras para no crear animosidad en los destinatarios”. Alen Lauzán ha colaborado en Chile con medios como The Clinic y El Desconcierto.
Luego que en febrero de 2010 ZunZuneo fue presentado a los cubanos, Creative Associates decidió que el proyecto era tan popular que la contratista a cargo no era lo suficientemente sofisticada para gestionarlo y se creó “una versión a escala de Twitter”, para lo cual contrataron a otro experto en tecnología: James Eberhard, presidente de Mobile Accord. “Si se descubre que la plataforma es o ha sido apoyada por el gobierno de Estados Unidos, no sólo nos arriesgamos a que Cubacel cierre el canal, sino que ponemos en riesgo la credibilidad de la plataforma como fuente de información confiable, de educación y de empoderamiento”, dice un memorando de Mobile Accord. Según AP, para ocultar el rastro, decidieron que una compañía del Reino Unido estableciera en España otra que gestionara ZunZuneo. Además, crearon MovilChat en las Islas Caimán, con una cuenta en el Bank of N.T. Butterfield & Son Ltd. AP publicó que las minutas de la reunión de Barcelona, indican que las compañías pantalla permitirían a ZunZuneo distanciarse de Washington “para que el rastro del dinero no termine en EEUU”. “Pero el dinero no era lo único que les preocupaba. Tenían que ocultar el origen de los mensajes textos”, agrega AP. Instalaron servidores en España, Irlanda e Islas Caimán para procesar los textos, y se contrató a la empresa Lleida.net para enviar mensajes a Cuba “desprovistos de su información de identificación”.
Agresión contra Cuba
Para el periodista Arturo Chang, “el proyecto Zunzuneo contra la Revolución Cubana tiene todos los ingredientes de un agresor sin escrúpulos capaz de apelar a cualquier método, aún cuando aparentemente parecen preferir los golpes suaves, pero golpes al fin, tienen su impacto. Con todos los elementos demostrativos de que el gobierno norteamericano intentó guardar distancia del proyecto desestabilizador y los ajetreos secretos, han sido capaces de no inmutarse ante el alboroto que ha causado tanto en Estados Unidos como en los países implicados, donde violaron sus leyes. No se puede ser ingenuo, pues se paga caro, y la historia lo ha demostrado como en el caso de la URSS y Europa del Este, donde independientemente de los problemas internos, hubo acciones externas para agudizarlos y crear caos e inestabilidad. Cuba ha demostrado que ante esos intentos de Guerra de IV Generación, se puede estar blindado ante sus disparos sutiles, y tener eantídoto para vencer los efectos venenosos de la guerra mediática y las operaciones de guerra psicológica que implican los conflictos en este terreno”.
Según la periodista y académica Milena Recio, “la saga del Zunzuneo que ‘levantó’ AP es solo un atisbo de una estela de conspiraciones, tramas, planes, misiones encubiertas, que el gobierno de Estados Unidos ha implementado a través de sus distintas agencias, en distintos momentos, para contribuir a la desestabilización política del país desde el ciberespacio. Esas operaciones siguen en pie seguramente, renovándose, porque han sido elegidas por ciertos sectores muy poderosos todavía en Washington que buscan abiertamente un ‘cambio de régimen’ en Cuba. Pero de todo lo que hoy sabemos sobre el ZunZuneo uno de los aspectos que más me impresiona personalmente y negativamente, es el modo en que el Departamento de Estado y la USAID gestaron, e implementaron este proyecto a pesar de que desde 2009 fue apresado en La Habana el subcontratista Alan Gross, acusado de introducir al país equipamiento para crear redes digitales ilegales en Cuba, con equipos de uso profesional no disponibles en el mercado, y por lo tanto presumiblemente suministrados por esas instancias gubernamentales. La actividad de ZunZuneo se inició, repito, a pesar de que Gross estaba ya preso en Cuba: el gobierno de Estados Unidos, que debía proteger a su soldado, lo ha dejado solo, y le echó más tierra con la aventura del ZunZuneo. ¿Qué indica esto? Acaba de reventar otra ‘bomba’ sobre el mismo tema a partir del arresto de cuatro personas de origen cubano, vinculados con Posada Carriles, que planeaban ejecutar la ‘línea dura’ de la subversión: ataques terroristas contra instalaciones militares. Y esto paradójicamente ocurrió solo cuatro días antes de que Estados Unidos ratificara, el 30 de abril, a Cuba como país patrocinador del terrorismo; inclusión que mantiene desde 1982, descaradamente. Cada vez que se aportan nuevos datos acerca de cómo el gobierno de Estados Unidos no solo ha dado abrigo, sino que además auspicia este tipo de acciones contra Cuba; y que esto no es una actitud del pasado, sino que es completamente actual, entonces uno no puede pensar que haya algo que esperar de Obama y sus múltiples promesas de ‘cambio de política’. La agenda de guerra es absolutamente preponderante”, dice.
El analista Percy Alvarado, agrega nuevos antecedentes: Roots of Hope -ONG vinculada a sectores de la ultraderecha cubanoamericana- ha querido deslindarse del complot, así como la USAID ha tratado de camuflar este hecho: “Lo cierto es que varios miembros de su dirección, como Chris Gueits y Raúl Moas, se vincularon a Mobile Accord. La situación para la USAID se ha tornado escabrosa luego de que se diera a conocer la existencia de otras tentativas contra Cuba, como lo fue un programa para elaborar la tecnología de redes ilegales de acceso inalámbrico a internet, mediante el empleo de Wi-Fi. Este nuevo destape involucró al Open Technology Institute (OTI), con sede en Washington, financiado por la USAID con este propósito”. Dice que en octubre de 2013 la New America Foundation recibió de la USAID cerca de 4,3 millones de dólares para financiar Commotion e “implementar su aplicación en Cuba y Corea del Norte”. “USAID se ha encargado de capacitar mercenarios para sus planes desestabilizadores. Dentro de estas estrategias se encuentra Piramideo, basada en el envío múltiple de SMS. ZunZuneo involucró también a otras empresas de Estados Unidos: A Washington Software se le dio el encargo de crear un sistema para bombardear 24 mil mensajes de texto a la semana a los usuarios de celulares en Cuba. La Broadcasting Board of Governors (BBG), luego de un desembolso original de 84 mil dólares, planeaba pagar un millón a esta compañía. Washington Software radicaba en ese entonces en Germantown, Maryland, y su agente era Wai Pong Leung. Empresas radicadas en Estados Unidos participaron directamente en la actividad de la USAID por agredir a Cuba”, agrega. Piramideo fue gestionado por Radio y TV Martí, tapaderas de la CIA. “La primera emisora de la CIA para Cuba, Radio Swan, inicia una larga cadena de la que ZunZuneo es sólo uno de los ¿últimos? eslabones. ZunZuneo, Piramideo, #CubaNow, el uso de fetiches tipo Yoani Sánchez… todo parece formar parte del mismo plan para el ‘cambio de régimen’”, señala Iroel Sánchez.
Para la escritora y periodista, Rosa Miriam Elizalde, “lo que nos dice esta nueva aventura encubierta de la USAID es que, además de espiar a medio mundo y convertir a cada internauta en un blanco fácil de la Agencia de Seguridad Nacional, como pedagógicamente nos recuerdan los documentos de Edward Snowden, el gobierno de Estados Unidos tiene la capacidad de construir potentes herramientas virtuales en un limbo tecnológico y financiero, embasurar la red de telefonía móvil de un país con mensajes no solicitados, y parcelar a los usuarios de una comunidad digital, como si fueran ganado, en unas bases de datos que permiten diferenciar a cada cual por sus intereses políticos, sin el consentimiento de estas personas. Y, por supuesto, sin advertir que es la administración norteamericana la que está detrás del proyecto y que el objetivo final de la ‘operación’ es ‘renegociar el equilibrio de poder entre el Estado y la sociedad’ donde viven estas personas, según el documento de la USAID citado por AP. El proyecto encubierto contra Cuba es uno de tantos que el gobierno norteamericano ejecuta con dinero de sus contribuyentes. Si este ZunZuneo costó un millón de dólares, ¿en qué se han empleado los 199 millones restantes que develó la investigación de Just the Facts? ¿Qué otras partidas están ocultas? ¿En qué se utilizan?”.
(*) Historiador y Periodista. Publicado por revista Punto Final Nº 805, edición del 30 de mayo al 12 de junio de 2014.
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viernes, 6 de junio de 2014
Operación Zunzuneo contra Cuba
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