Nicolas Dot-Pouillard
Traducción de Faustino Eguberri –
Viento Sur
El 1 de abril de 2015, la
organización del Estado Islámico penetraba en el campo de refugiados palestinos
de Yarmuk, en Siria, con la ayuda de Jabat al-Nusra, un grupo afiliado a
Al-Qaeda. Sus fuerzas están ya solo a 8 km del centro de Damasco. Los partidos
políticos palestinos están divididos sobre la actitud a adoptar.
Desde finales de 2012, el campo de
refugiados palestinos de Yarmuk está bajo el asedio militar del ejército
gubernamental sirio y de las Fuerzas de Defensa Nacional (FDN) /1. Facciones
palestinas se enfrentan entre sí, unas cercanas al régimen, otras opuestas. El
conflicto sirio se ha convertido en un conflicto interpalestino. Si 150
000palestinos residían en Yarmuk antes de 2012, hoy quedan menos de 18 000. La
entrada de la organización del Estado Islámico (EI) en el campo cambia la
situación para las organizaciones palestinas en Siria, desde Hamas -que
combatía hasta ahora al régimen- hasta la Organización para la Liberación de
Palestina (OLP) pasando por las facciones palestinas aliadas a Bachar Al-Assad.
Se contemplan varios escenarios para expulsar al OEI, pero la unidad palestina
parece difícil de realizarse.
Hamas: Bachar al-Assad ¿enemigo o
aliado?
“Jabat al-Nusra nos ha traicionado”:
la constatación de Abu Hamam, portavoz de los Kataib Aknaf Beit al-Maqdis (las
Brigadas de los lugares de Jerusalén), una formación militar palestina ligada a
Hamas, no tiene vuelta, como consecuencia de la conquista relámpago por el EI
de más de la mitad del campo. El 30 de marzo, un dirigente local de Hamas, Yahi
Hurani (Abu Suhaib), caía muerto por disparos no identificados, no lejos del
Hospital Palestina. Dos días más tarde, el EI penetra en el campo, a partir del
barrio adyacente de Hajar al-Aswad. Está apoyado por Jabat al-Nusra; sin
embargo esta organización tenía un acuerdo con Hamas para preservar el campo de
toda intrusión del EI en su seno. ¿Se ha equivocado Hamas de socio en Siria?
Según el diario panárabe Al-Hayat, el
cambio de alianza de Jabat al-Nusra en detrimento de Hamas y en beneficio del
EI está motivado por dos acontecimientos recientes: de una parte, la evocación,
estas últimas semanas, de un nuevo alto el fuego entre el régimen sirio y los
combatientes palestinos ligados a la oposición. De otra parte, la reunión, el
11 de marzo en Qatar, entre Khaled Mechaal, dirigente de Hamas, y el presidente
del Parlamento iraní, Ali Larijani. Hamas sigue cogido entre dos fuegos: en
Siria, se opone claramente al régimen. Pero en la escena regional, intenta
mantener relaciones estrechas con Irán y Hezbolá -sin embargo aliados de Bachar
Al-Assad. Es pues la perspectiva de un nuevo alto el fuego, así como las
discusiones entre Teherán y Hamas, lo que habría llevado a los partidarios de
Al Qaeda a romper los lazos con el movimiento islamista palestino.
Hasta el 1 de abril el
posicionamiento de Hamas es conocido: oficialmente, niega estar implicado en
cualquier operación militar en Siria. Una posición recordada el 10 de abril por
su encargado de relaciones exteriores, Ossama Hamdan. Oficiosamente, algunos de
sus militantes, en particular en el campo de refugiados de Yarmuk, combaten al
régimen junto a militantes sirios de la oposición. Miembros de Hamas están
implicados, desde diciembre de 2012, en los enfrentamientos con el ejército
gubernamental, igual que con las facciones palestinas aliados al régimen sirio:
Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG),
Fatah-Intifada, Saiqa y comités Populares /2. Los partidos políticos palestinos
contra los que Hamas lucha desde 2012 son sin embargo con los que estaba aliado
en los años 1990 y 2000, en el seno de la Alianza de Fuerzas Palestinas
(Tahaluf al-Quwait al-filastiniyya), opuesta, desde 1993, a los Acuerdos de
Oslo.
A finales de 2012, algunos miembros
de Hamas fundan la Brigada del Pacto de Omar (Liwa’ al-Ahda al-‘umariyya),
afiliada al Ejército Sirio Libre (ESL) /3. Las brigadas Aknaf Beit al-Maqdis se
convierten en el principal marco de intervención militar de Hamas en 2013 y
2014: son independientes del ESL, pero colaboran con él. Contarían hoy con
alrededor de 200 combatientes. Desde el 1 de abril, los militantes de Hamas se
encuentran aislados: sin el apoyo de Jabat al-Nusra, que tendría cerca de 300
milicianos en el campo /4, no son ya capaces de hacer frente a las tropas gubernamentales
y a sus ayudantes palestinos. Opuesto al EI, Hamas no puede tampoco defender él
solo el campo de Yarmuk contra los partidarios del “califa” Abu Bakr
Al-Bagdadi.
Khaled Mechaal, principal dirigente
de la dirección de Hamas fuera de los territorios palestinos abandonó Damasco
en 2012: pasa por ser uno de los más fervientes opositores a todo diálogo con
el régimen sirio. Sin embargo, el 5 de abril, se pone en comunicación con Ahmad
Jibril, secretario general del FLP-CG, que reside en Damasco, y cuyo tropismo
prorégimen no se ha desmentido jamás. Mechaal le exige encontrar una respuesta
común para todos los partidos palestinos frente al avance del EI.
¿Una fuerza palestina común?
La idea de una fuerza común palestina
opuesta al EI se abre camino desde el 1 de abril. Parece sin embargo difícil de
realizar sobre el terreno, debido a las numerosas diferencias entre las
formaciones palestinas. Hay un pasivo político: Hamas se ha opuesto al régimen,
los militantes del FPLP-CG han actuado como supletorios del ejército
gubernamental. Los demás partidos políticos palestinos, desde el Fatah al
Movimiento de la Yihad Islámica en Palestina (MYIP), pasando por las
organizaciones de izquierda como el Frente Popular para la Liberación de
Palestina (FPLP) y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina
(FDLP), plantean una política de neutralidad en el conflicto desde 2012. Esta
posición es compartida por el Comité Ejecutivo de la OLP, igual que por la
Autoridad Palestina (AP) de Ramalá. La OLP y la AP se esfuerzan , desde la
extensión del conflicto sirio al campo de Yarmuk, por negociar altos el fuego
entre el régimen y los grupos armados de la oposición en el campo. Resultan
episódicos. En 2012, jóvenes militantes sin embargo favorables al levantamiento
popular sirio, reagrupados en una Coalición de Jóvenes (Ittilaf ash-Shabab),
piden tanto al ESL como a las facciones pro-Assad no militarizar el campo de
Yarmuk: se trata entonces de no transformar el conflicto sirio en conflicto
interpalestino.
Cuando, a comienzos de abril de 2015,
el EI penetra en el campo de Yarmuk, el Fatah, el MYIP y la izquierda palestina
no pueden permanecer neutrales. Catorce organizaciones palestinas, la mayoría
de ellas miembros de la OLP, se reúnen el 8 de abril en Damasco. El MYIP participa
también en dicha reunión, al contrario que Hamas. Si, desde 2012, la OLP y el
MYIP se pronunciaban por una política de neutralidad, evocan ahora, por primera
vez, la hipótesis de una solución militar en el campo de refugiados de Yarmuk
para hacer frente al EI. Ahmad Majdalani, miembro del Comité Ejecutivo de la
OLP, dirigente del Frente de Lucha Popular de Palestina (FLPP), ha sido enviado
a Damasco por Mahmud Abbas; ha anunciado el 9 de abril una nueva hoja de ruta
para las organizaciones palestinas en Siria. La política de neutralidad no
sería ya la conveniente: una fuerza militar común al conjunto de los partidos
políticos palestinos debe ponerse en pie frente al EI. Implicaría, según el
representante de la OLP, una coordinación entre el conjunto de las facciones
palestinas -incluyendo a Hamas- y el Ejército de Liberación de Palestina (ELP),
la fuerza militar oficial de la OLP, pero también la puesta en pie de una
“cámara de operaciones comunes” entre los palestinos y el ejército
gubernamental. Una condición es planteada al régimen por parte de Majdalani:
que una ofensiva militar común de los palestinos y el ejército gubernamental no
se haga en detrimento de la población civil aún presente en el campo.
Las contradicciones de la OLP
La unidad de las fuerzas palestinas
frente al EI no pasa por el momento de ser una buena intención. El Comité
Ejecutivo de la OLP contradice inmediatamente, en un comunicado /5 publicado el
10 de abril las declaraciones de su enviado a Damasco, sin embargo mandatado
por Mahmud Abbas: la OLP no debe implicarse en ningún terreno militar en Siria.
La central palestina desea avanzar con prudencia: no desea entrar en
contradicción con la posición planteada por el secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon /6 que pide al régimen que abandone los bombardeos del campo y
ponga en pie corredores humanitarios a fin de permitir a la población civil
refugiarse en los barrios adyacentes. Más pragmático, el Comité Ejecutivo de la
OLP no puede oficialmente demandar operaciones conjuntas con el régimen sirio a
riesgo de enfrentarse con Arabia Saudita y los Estados miembros del Consejo de
Cooperación del Golfo (CCG).
La posición oficial de la OLP entra
en contradicción con la adoptada por sus principales componentes. Según Anuar
Abdel Hadi, representante de la OLP en Damasco, combatientes del Fatah
participarían ya en los combates contra el EI desde comienzos de abril,
mientras que varios representantes del movimiento, desde Sultan Abu Aynan en
Líbano a Taufik Al-Tirawi en los territorios palestinos, plantean también una
intervención militar palestina conjunta. Otra formación miembro de la OLP, el
FPLP está, desde hace una semana, convencida de la validez de una solución
militar aunque sin plantear aliarse a las tropas del régimen.
Una situación paradójica
La entrada del EI en el campo de
Yarmuk pone al desnudo el estallido extremo del campo político palestino. Desde
el 1 de abril, el terreno militar no hace sino confirmar las divisiones que
existían precedentemente. Hamas ha establecido ciertamente nuevos canales de
comunicación con sus enemigos de ayer -Ahmad Jibril en particular-, pero frente
al EI, los militantes de las brigadas Aknaf Beit al-Maqdis no colaboran por el
momento más que con formaciones salidas de la oposición siria, entre ellas el Ejército
del Islam (Jaysh al-Islam). Algunas fuentes palestinas señalan por otra parte
que ha habido abandonos en el seno de las brigadas Aknaf Beit al-Maqdis:
militantes de Hamas habrían huido hacia el barrio de Yalda, en manos del
régimen, mientras que otras se habrían sumado a las filas de Jabat Al-Nusra /7.
Por su parte, las milicias del
FPLP-CG, de Fatah-Intifada, de Saiqa y de los Comités Populares continúan
coordinando sus movimientos con el ejército gubernamental y las Fuerzas de
Defensa Nacional, habiendo intensificado estas últimas, la semana pasada, su
campaña de bombardeos de Yarmuk. El ELP no puede, sin la luz verde de la OLP,
implicarse oficialmente en los combates. Las organizaciones miembros de la OLP
siguen ausentes del terreno militar, o participan en él de forma marginal. Por
el momento, la única fuerza armada “común” sigue siendo la del régimen y de sus
aliados de la Alianza de las Fuerzas Palestinas.
La entrada del EI en Yarmuk resulta
directamente del cambio de alianzas de Jabat al-Nusra y de un Hamas pillado con
el pie cambiado. Pero también es la consecuencia de las múltiples
fragmentaciones que afectan al campo político palestino desde el comienzo del
levantamiento sirio. La Alianza de Fuerzas Palestinas mantiene su papel
tradicional de aliado del régimen, dando una traducción palestina a la
narración baasista del conflicto. La OLP no habla ya, desde hace tiempo, con
una sola voz. Además, sus principales organizaciones en Siria están debilitadas
por tres años de guerra. El discurso de neutralidad del Fatah, del FPLP o
incluso de la Yihad Islámica se enfrenta hoy a una nueva situación política y
militar en Yarmuk. Hamas no deja de enfrentarse a sus propias contradicciones,
entre la simpatía hacia Teherán y la alianza con el movimiento salafista-yihadista.
Pero los factores de división
interpalestina no son solo relativos en Siria. Globalmente, la dificultad de
las formaciones palestinas para pensar una estrategia común frente al EI no
hace más que reflejar divisiones anteriores. La enemistad entre la Alianza de
Fuerzas Palestinas y la OLP se remonta a los acuerdos de Oslo. La OLP, en sus
posicionamientos contradictorios, sufre por su debilitamiento organizativo
desde comienzos de los años 1990, frente a una Autoridad Palestina principalmente
dedicada a gestionar la situación de los territorios ocupados y que abandona a
los palestinos de la diáspora. Hamas y Fatah pagan aún hoy, incluso en Siria,
sus enfrentamientos del verano de 2007 en Gaza /8.
La situación resulta entonces
paradójica: desde Hamas a las formaciones palestinas aliadas al régimen, la
organización del Estado Islámico aparece como un enemigo principal, pero
ninguna de estas organizaciones logra ponerse de acuerdo en una posición común.
Tanto en Líbano como en Palestina, hay manifestaciones diarias que reclaman el
salvamento de Yarmuk: reúnen partidos políticos palestinos que, desde hace tres
años, tienen una apreciación completamente diferente de la crisis siria. Y, sin
embargo, la unidad nacional palestina se hace por defecto, sin que emerja
ninguna perspectiva política sobre el porvenir del campo de Yarmuk. El
estallido de las filas palestinas es una imagen de una Siria transformada en
mosaico armado.
Notas
1/ Informe “Syria. Pro-gobernment
para -military forces”, The Carter Center, 5/11/2013. https://www.cartercenter.org/resources/pdfs/peace/conflict_resolution/syria-conflict/Pro-GovernmentParamilitaryForces.pdf
2/ El FPLP-CG, dirigido por
Ahmad Jibril, nació en 1968, de una escisión del FPLP de Georges Habache. El
Fath -Intifada salió de una escisión del Fatah de Yasser Arafat, a comienzos de
los años 1980. La Saiqa (Vanguardias de la Guerra de Liberación Popular) es la
rama palestina del partido Baas prosirio. Los Comités Populares están ligados a
la Alianza de Fuerzas Palestinas, dirigida desde Damasco por Khaled Abdel
Majid, opuesta desde el comienzo de los años 1990 a los acuerdos de Oslo.
3/ Según ciertas fuentes, la Brigada
del Pacto de Omar habría sido fundada por miembros de Hamas, pero también por
desertores del FPLP-CG.
4/ Según fuentes palestinas
contactadas por el diario Al-Hayat, las fuerzas militares en Yarmuk, antes del
1 de abril de 2015 se repartirían así: 700 combatientes cercanos al FPLP-CG y
la Alianza de Fuerzas Palestinas, cercanos al régimen; 300 combatientes de
Jabat al-Nusra; 70 combatientes de las brigadas Ibn Taymiyya, aliadas a Jabat
al-Nusra; 200 combatientes de las brigadas Aknaf Beit al-Maqdis. Las fuentes
citadas no dicen nada sobre las fuerzas del Movimiento de los Hombres Libres
del Levante (Haraka Ahrar ash-Sham), igualmente presentes en el campo de
Yarmuk.
5/ “Statement : PLO will not be
drawn into armed conflict in Syria”, Ma’an news agency. http://www.maannews.com/eng/ViewDetails.aspx?ID=760408
6/ “Camp de Yarmouk : Ban Ki-moon
dépêche un émissaire à Damas”, La Libre.be/AFP, 10 avril 2015. http://www.lalibre.be/actu/international/camp-de-yarmouk-ban-ki-moon-depeche-un-emissaire-a-damas-5528384335704bb01bb04cdd
7/ Informaciones obtenidas por el
autor.
8/ Julien Salingue, “Comment les
États-Unis ont organisé une tentative de putsch contre le Hamas”, blog, 10 mai
2008. http://www.juliensalingue.fr/article-19456849.html
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