miércoles, 30 de noviembre de 2011

Antes del diluvio, el ecosocialismo, la apuesta política actual


Prefacio a Nuevo libro de Editorial El Colectivo y
Ediciones Herramienta
  Ecosocialismo.  La alternativa radical a la catástrofe ecológica capitalista


Fuente: Revista Herramienta
Autor(es): Löwy, Michael
Löwy, Michael. Nació en Brasil en 1938, hijo de inmigrantes judíos vieneses. Se graduó en Ciencias Sociales en la Universidad de San Pablo en 1960, y se doctoró en la Sorbona, bajo la dirección de Lucien Goldmann, en 1964. Vive en París desde 1969. Es director de investigación emérito en el Centre National de la Recherche Scientifique (Centro Nacional de Investigación Científica); fue profesor en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales). Sus obras han sido publicadas en 24 idiomas. Entre sus libros más recientes se encuentran Redención y utopía. El judaísmo libertario en Europa central (1988); Rebelión y melancolía. El romanticismo como contracorriente de la modernidad (1992); Walter Benjamin: aviso de incendio (2001); Kafka, soñador insumiso (2004); Sociologías y religión. Aproximaciones insólitas (2009); Ediciones Herramienta y El Colectivo publicaron, en 2010, su libro La teoría de la revolución en el joven Marx. Es miembro del consejo editor de la Revista Herramienta, donde ha realizado numerosas contribuciones.


Prefacio
El ecosocialismo es una corriente política basada en una constatación esencial: la protección de los equilibrios ecológicos del planeta, la preservación de un medio favorable para las especies vivientes –incluida la nuestra– son incompatibles con la lógica expansiva y destructiva del sistema capitalista. La búsqueda del “crecimiento” bajo la égida del capital nos conduce, en efecto, a corto plazo –los próximos decenios–, a una catástrofe sin precedentes en la historia de la humanidad: el calentamiento global.
James Hanson, climatólogo de la NASA, uno de los mayores especialistas mundiales en la cuestión del cambio climático –la administración Bush había intentado impedir, en vano, impedirle que hiciera públicos sus diagnósticos–, escribe esto en el primer parágrafo de un libro publicado en 2009:
El planeta Tierra, la creación, el mundo en el que la civilización se desarrolló, el mundo con las normas climáticas que conocemos, con su geografía costera estable, está en peligro, un peligro inminente. La urgencia de la situación solo se cristalizó a lo largo de los últimos años. Ahora tenemos pruebas evidentes de la crisis […]. La sorprendente conclusión es que la continuación de la explotación de todos los combustibles fósiles de la Tierra no solo amenaza a millones de especies en el planeta, sino también la supervivencia de la humanidad misma –y los plazos son más cortos de lo que pensamos–.1
Esta comprobación es ampliamente compartida. En su libro incisivo y bien informado, Comment les riches détruisent la plannète[Cómo los ricos destruyen el planeta] (2007), Hervé Kempf presenta, sin eufemismos ni falsas apariencias, los acontecimientos del desastre que se prepara: más allá de un cierto umbral, que podría alcanzarse mucho mas rápido de lo previsto, el sistema climático podría exasperarse de manera irreversible; ya no se puede excluir un cambio súbito y brutal, que haría subir la temperatura global varios grados, a un nivel insoportable. Frente a esta comprobación, confirmada por los científicos y compartida por millones de ciudadanos del mundo entero conscientes del drama, ¿qué hacen los poderosos, la oligarquía de los multimillonarios que dirige la economía mundial? “El sistema mundial que rige actualmente la sociedad humana, el capitalismo, se opone de manera ciega a los cambios que es indispensable esperar si se quiere conservar para la existencia humana su dignidad y su promesa”. Una clase dirigente predadora y codiciosa obstaculiza cualquier veleidad de transformación efectiva; casi todas las esferas de poder y de influencia están sometidas a su pseudorrealismo, que pretende que cualquier alternativa es imposible y que la única vía imaginable es la del “crecimiento”. Esta oligarquía, obsesionada por el consumo ostentoso y la competencia suntuaria –como ya lo demostraba el economista norteamericano Thorstein Veblen–,2 es indiferente a la degradación de las condiciones de vida de la mayoría de los seres humanos, y ciega frente a la gravedad del envenenamiento de la biosfera.3
Los “responsables” del planeta –multimillonarios, directivos, banqueros, inversores, ministros, parlamentarios y otros “expertos”–, motivados por la racionalidad limitada y miope del sistema, obsesionados por los imperativos de crecimiento y de expansión, por la lucha por las partes del mercado, por la competitividad, los márgenes de ganancia y la rentabilidad, parecen obedecer al principio proclamado por Luis XV: “Después de mí, el diluvio”. El diluvio del siglo XXI corre el riesgo de tomar la forma, como aquel de la mitología bíblica, de un ascenso inexorable de las aguas, que ahogará bajo las olas a las ciudades costeras de la civilización humana.
El espectacular fracaso de las conferencias internacionales sobre el cambio climático de Copenhague (2009) y de Cancún (2010) ilustra esta ceguera: los poderosos del mundo, empezando por los Estados Unidos y China, se negaron a cualquier compromiso con cifras y concreto, incluso mínimo, de reducción de las emisiones de CO2. Las medidas tomadas hasta ahora por los poderes capitalistas más “ilustrados” –acuerdos de Kyoto, paquete clima / energía europea, con sus “mecanismos de flexibilidad” y sus mercados de derechos a contaminar– dependen, como lo demuestra el ecologista belga Daniel Tanuro, de una “política de mamarracho”, incapaz de afrontar el desafío del cambio climático; lo mismo vale, a fortiori, para las soluciones “tecnológicas”, que son las preferidas por el presidente Obama y los gobiernos europeos: el “auto eléctrico”, los agrocarburantes, el “clean carbon” y esta esa energía maravillosa, limpia y segura: la nuclear (esto era antes de la catástrofe de Fukushima)…
Como lo había previsto Marx en La ideología alemana, las fuerzas productivas se están convirtiendo en fuerzas destructivas, creando un riesgo de destrucción física para decenas de millones de seres humanos –¡una situación peor que los “holocaustos tropicales” del siglo XIX estudiados por Mike Davis.4
¿Cuál es, entonces, la solución alternativa? ¿La penitencia y ascesis individual, como parecen proponer tantos ecologistas? ¿La reducción drástica del consumo? El agrónomo Daniel Tanuro constata con lucidez que la crítica cultural del consumismo propuesta por los “objetores de crecimiento” es necesaria, pero insuficiente. Hay que atacar el propio modo de producción. Solamente una acción colectiva y democrática permitiría, al mismo tiempo, responder a las necesidades sociales reales, reducir el tiempo de trabajo, suprimir las producciones inútiles y perjudiciales, reemplazar las energías fósiles por la solar. Esto implica una incursión profunda en el régimen de propiedad capitalista, una extensión radical del sector público y de la gratuidad; en suma, un plan ecosocialista coherente.5
Premisa central del ecosocialismo, implícita en la elección misma de ese término: todo socialismo no ecológico es un callejón sin salida. Corolario: una ecología no socialista es incapaz de tomar en cuenta las apuestas actuales. La asociación del “rojo” –la crítica marxista del capital y el proyecto de una sociedad alternativa– y del “verde”–la crítica ecológica del productivismo que realiza– no tiene nada que ver con las combinaciones gubernamentales denominadas “rojiverdes”; estas coaliciones entre la socialdemocracia y ciertos partidos verdes se forman alrededor de un programa social-liberal de gestión del capitalismo. El ecosocialismo es, en consecuencia, una proposición radical –es decir, que ataca la raíz de la crisis ecológica–, que se distingue tanto de las variantes productivistas del socialismo del siglo XX (ya sea la socialdemocracia o el “comunismo” de factura estalinista), como de las corrientes ecológicas que se adaptan, de una manera o de otra, al sistema capitalista. Es una proposición radical que no solo apunta a una transformación de las relaciones de producción, a una mutación del aparato productivo y de los modelos de consumo dominantes, sino también a crear un nuevo paradigma de civilización, en ruptura con los fundamentos de la civilización capitalista / industrial occidental moderna.
En la presente obra se tratará principalmente la corriente ecomarxista. De todos modos, se encuentra, en la ecología social de inspiración anarquista del norteamericano Murria Bookchin, en la ecología profunda del noruego Arne Naess y en los escritos de varios “objetores de crecimiento”, entre los que está el francés Paul Ariès, análisis radicalmente anticapitalistas y proposiciones alternativas que son cercanas al ecosocialismo.
Este no es este el lugar de desarrollar una historia del ecosocialismo. Recordemos, no obstante, algunos hitos.
La idea de un socialismo ecológico –o de una ecología socialista– nace verdaderamente en los años 1970, bajo formas muy diversas, en los escritos de varios pioneros de la reflexión “roja y verde”: Manuel Sacristán (España), Raymond Williams (Reino Unido), André Gorz y Jean-Paul Deléage (Francia) y Barry Commoner (Estados Unidos). El término “ecosocialismo”, aparenetemente, recién empieza a ser utilizado a partir de los años 1980, cuando el partido Die Grünen alemán, una corriente de izquierda, se designa como “ecosocialista”; sus principales portavoces son Rainer Trampert y Thomas Ebermann. Hacia esta época se publica el libro L’Alternative [La alternativa],6 escrito por disidente socialista de la Alemania del Este, Rudolf Bahro,7 el cual desarrolla una crítica radical del modelo soviético y de Alemania del Este, en nombre de un socialismo ecológico. En el curso de loa años 1980, el investigador norteamericano James O’Connor teoriza su concepción de un marxismo ecológico y funda la revista Capitalism, Nature and Socialism, mientras que Frieder Otto Wolf, diputado europeo y dirigente de una corriente a la izquierda de Partido Verde alemán, y Pierre Juquin, ex dirigente comunista, reformista converso a las perspectivas rojiverdes, redactan juntos el libro Europe’s Green Alternative,8 especie de intento de manifiesto ecosocialista europeo. Paralelamente en España, en torno a la revista de Barcelona Mientras Tanto, discípulos de Manuel Sacristán, como Francisco Fernández Buey, también desarrollan una reflexión ecológica socialista. En 2003, la IVa Internacional adopta, durante su congreso, el documento “Ecología y Revolución socialista”, de inspiración claramente ecosocialista. En 2001, el filósofo norteamericano Joel Kovel y yo mismo publicamos un Manifeste écosocialiste [Manifiesto ecosocialista], que servirá de referencia para la fundación, en París en 2007, de la Red ecosocialista internacional –que distribuirá, durante el Foro social mundial de Belén (Brasil), la Declaración de Belén, un nuevo manifiesto ecosocialista sobre el calentamiento global. Agreguemos a esto los trabajos de John Bellamy Foster y de sus amigos de la muy conocida revista de izquierda norteamericana Monthly Review, que apelan a una revolución ecológica con un programa socialista; los escritos de las ecosocialistas feministas Ariel Salleh y Terisa Turner; la revista Canadian Dimension, creada por los ecosocialistas Ian Angus y Cy Gornik; las reflexiones del revolucionario peruano Hugo Blanco sobre las relaciones entre indigenismo y ecosocialismo; los trabajos del investigador belga Daniel Tanuro sobre el cambio climático y los callejones sin salida del “capitalismo verde”; los trabajos de autores franceses cercanos a la corriente altermundialista como Jean-Marie Harribey; los escritos del filósofo (discípulo de Ernst Bloch y de André Gorz) Arno Münster; las redes ecosocialistas de Brasil y de Turquía, las conferencias ecosocialistas que comienzan a orgnizarse en China, etc.
¿Cuáles son las convergencias y los desacuerdos entre el ecosocialismo y la corriente del decrecimiento, cuya influencia es Francia no es despreciable? En primer lugar, recordemos que esta corriente, inspirada por las críticas a la sociedad de consumo –debidas, principalmente, a Henri Lefebvre, Guy Debord y Jean Baudrillard– y al “sistema técnico” –descripto por Jacques Ellul– está lejos de ser homogénea. Se trata de una esfera de influencia plural, que se organiza entre dos polos: por un lado, los antioccidentalistas tentados por el relativismo cultural (Serge Latouche); por el otro, ecologistas republicanos / universalistas (Vincent Cheynet, Paul Ariès).
El economista Serge Latouche es, sin duda, el más controvertido de los partidarios del “decrecimiento”. Sin duda, una parte de sus argumentos está justificada, y uno puede suscribir a su empresa de demistificación del “desarrollo durable”, de crítica de la religión del crecimiento y del progreso, y a su llamado a un cambio cultural. Pero su rechazo en bloque del humanismo occidental, del pensamiento de la Ilustración y de la democracia representativa, así como su relativismo cultural, son muy discutibles: a pesar de lo que anuncia, no se ve bien cómo sus preconizaciones no nos llevarían a la Edad de Piedra. En cuanto a su denuncia de las proposiciones de Attac (Jean-Marie Harribey) para los países del Sur –desarrollar las redes de aducción del agua, las escuelas y los centros de atención–, en virtud de que serían “etnocéntricas”, “occidentalistas” y “destructoras de los modos de vida locales”, es difícilmente soportable. Finalmente, su argumento para no hablar del capitalismo –o hacerlo tan poco, dado que no sería descubrir nada nuevo, en la medida en que esta crítica ya “fue hecha –y bien hecha– por Marx”– no es serio: es como si no tuviéramos la necesidad de denunciar la destrucción productivista del planeta porque Gorz ya hizo esa crítica, la “hizo bien”…
Más interesante es la corriente universalista, representada por la revista La Décroissance, incluso si las ilusiones “republicanas” de Cheynet y Ariès pueden ser criticadas. Contrariamente al primero, este último polo tiene muchos puntos de convergencia –a pesar de las polémicas– con los altermundialistas de Attac, los ecosocialistas y la izquierda de la izquierda francesa (PG y NPA) por las temáticas que defiende: extensión de la gratuidad, predominio del valor de uso por sobre el valor de cambio, reducción del tiempo de trabajo y de las desigualdades sociales, ampliación de lo “sin fines de lucro”, reorganización de la producción de acuerdo con las necesidades sociales y la protección del medio ambiente.
En una obra reciente,9 el ex periodista y pastor Stéphane Lavignotte esboza un balance del debate entre los “objetores de crecimiento” y los ecosocialistas. ¿Hay que privilegiar la crítica de las relaciones sociales de clase y la lucha contra las desigualdades o la denuncia del crecimiento ilimitado de las fuerzas productivas? ¿El esfuerzo debe recaer sobre las iniciativas individuales, las experimentaciones locales, la simplicidad voluntaria o sobre el cambio del aparato productivo y de la “megamáquina” capitalista? El autor se niega a elegir y propone más bien asociar estos dos recorridos complementarios. El desafío, desde su punto de vista, es combinar la lucha por el interés ecológico de clase de la mayoría, es decir, de los no propietarios del capital, y la política de las minorías activas por un cambio cultural radical. En otras palabras, lograr –sin ocultar las divergencias ni los desacuerdos inevitables– una “composición política” que reuniría a todos aquellos que saben que un planeta y una humanidad habitables son contradictorios con el capitalismo y el productivismo, y que buscan el camino para salir de nuestro sistema inhumano.
Como conclusión de este breve prefacio, digamos, por último, que el ecosocialismo es un proyecto de futuro, una utopía radical, un horizonte de lo posible, pero también, de manera inseparable, una acción hic et nunc, aquí y ahora, que se propone objetivos concretos e inmediatos. La primera esperanza para el futuro reside en movilizaciones como la de Seattle en 1999, que vio la convergencia de los ecologistas y de los sindicalistas, antes de dar nacimiento al movimiento altermundialista; o las protestas de cien mil personas en Copenhague en 2009, alrededor de la consigna “Cambiemos el sistema, no el clima”; o la conferencia de los pueblos sobre el cambio climático y la defensa de la madre Tierra, en Cochabamba, Bolivia, en abril de 2010, que vio la confluencia de treinta mil delegados de movimientos indígenas, campesinos y ecológicos del mundo entero.
La presente obra no es una sistematización de las ideas o prácticas ecosocialistas. Retomando varios artículos que yo había publicado, se propone, más modestamente, explorar algunos aspectos, algunos campos y algunas experiencias del ecosocialismo. Solo representa, por supuesto, la opinión de su autor, que no coincide necesariamente con la de otros pensadores o redes que proclaman su pertenencia a esta corriente. No aspira a codificar una doctrina nueva ni a fijar una ortodoxia cualquiera. Una de las virtudes del ecosocialismo es, precisamente, su diversidad, su pluralidad, la multiplicidad de las perspectivas y de los abordajes, a menudo convergentes o complementarios –como lo demuestran los documentos publicados como anexo, que emanan de diferentes redes ecosocialistas–, pero también, a veces, divergentes o, incluso, contradictorios.

M. L.
Marzo de 2011



Postscriptum:

En el momento de mandar a imprenta, llegan las aterradoras noticias de la catástrofe nuclear de Fukushima, en Japón. Por segunda vez en su historia, el pueblo japonés es víctima de la locura nuclear. Aún no se sabe la magnitud del desastre, pero es evidente que constituye un hito. En la historia de la energía nuclear civil, habrá un antes y un después de Fukushima.
Después de Chernóbil, le lobby nuclear occidental había encontrado la defensa: la catástrofe de Ucrania era el resultado de la gestión burocrática, incompetente e ineficaz, propia del sistema soviético. “Esto no podría ocurrirnos a nosotros”, nos habían repetido. ¿De qué vale este argumento hoy, cuando está involucrado el florón de la industria privada japonesa?
Los medios pusieron en evidencia la irresponsabilidad, la falta de preparación y las mentiras de la Tokyo Electric Power Company (TEPCO) –con la complicidad activa de las autoridades locales y nacionales y de los organismos de control japoneses–, más preocupada por la rentabilidad que por la seguridad. Estos hechos son indiscutibles. Pero, por insistir mucho sobre este aspecto, se corre el riesgo de perder de vista lo esencial: la inseguridad es inherente a la energía nuclear. No solo –no más en este campo que en otros– no hay riesgo cero, sino que cualquier incidente amenaza con tener consecuencias incontrolables y desastrosas, irremediables. Estadísticamente, los accidentes son inevitables. El sistema nuclear es en sí insostenible. Tarde o temprano ocurrirán otros Chernóbil y otros Fukushima, provocados por errores humanos, por disfunciones internas, terremotos, accidentes de aviación, atentados o hechos imprevisibles. Para parafrasear a Jean Jaurès, podríamos decir que lo nuclear conlleva la catástrofe como el nubarrón, la tormenta.
No es sorprendente, entonces, que el movimiento antinuclear se vuelva a movilizar a gran escala, ya con algunos resultados positivos, principalmente en Alemania. “Salida inmediata de lo nuclear”: esta consigna se expande como un reguero de pólvora. No obstante, la reacción de la mayoría de los gobiernos –en primer lugar, en Europa y en los Estados Unidos–, es el rechazo de la salida de la trampa nuclear. Se intenta calmar a la opinión pública con la promesa de una “seria revisión de la seguridad de nuestras centrales”. La Moan,10 Medalla de oro de la ceguera nuclear, retorna incontestablemente al gobierno francés. Uno de los consejeros del presidente, el señor Henri Guaino, recientemente declaró: “El accidente nuclear japonés podría favorecer a la industria francesa, cuya seguridad es una marca de fábrica”. No comment
Los nucleócratas –una oligarquía particularmente obtusa e impermeable– pretenden que el fin de lo nuclear en el mundo significará el regreso a las velas o a la lámpara de aceite. La pura verdad es que el 13,4 % de la electricidad mundial es producida por centrales nucleares. Se podría prescindir de esta fuente energética. Es posible, e incluso probable, que, bajo la presión de la opinión pública, se reduzcan considerablemente los proyectos delirantes de expansión ilimitada de las capacidades nucleares y la construcción de nuevas centrales en muchos países. No obstante, podemos temer que este golpe de freno esté acompañado por una huida hacia delante en las energías fósiles más “sucias”: el carbón, el petróleo offshore, las arenas bituminosas, el gas de esquisto. El capitalismo no puede limitar su expansión y, en consecuencia, su consumo de energía. Y como la conversión a las energías renovables no es “competitiva”, se puede prever una nueva y rápida subida de las emisiones de gas con efecto invernadero. Primer hito en la batalla socioecológica para una transición energética: es necesario rechazar este falso dilema, imposible de zanjar entre una bella muerte radioactiva y una lenta asfixia consecuencia del calentamiento global. ¡Otro mundo es posible!

Michael Löwy
París, abril de 2011

Agradezco calurosamente a Luis Martínez Andrade por su ayuda con la preparación de esta obra.

1 James E. Hansen, Storms of my Grandchildren. The Truth About the Coming Climate Catastrophe and our Last Chance to Save Humanity. Nueva York: Bloomsbury, 2009, p. IX.
2 Thorstein B. Veblen, Théorie de la classe de loisir (1899). París: Gallimard, colección “Tell”, 1979.
3 Hervé Kempf, Comment les riches détruisent la planète. París: Le Seuil, 2007. Ver también su otra obra igualmente interesante, Pour sauver la planète, sortez du capitalisme. París: Le Seuil, 2009.
4 Mike Davis, Génocides tropicaux. Catastrophes naturelles et famines coloniales. Aux origines du sous-développement. París: La Découverte, 2003.
5 Daniel Tanuro, L’Impossible Capitalisme vert. París: La Découverte, colección “Les empêcheurs de penser en rond”, 2010. Ver también la compilación colectiva dirigida por Vincent Gay, Pistes pour un anticapitalime vert. París: Syllepse, 2010, con las contribuciones de Daniel Tanuro, François Chesnais, Laurent Garrouste, entre otros. También se encuentra una crítica argumentada y precisa del capitalismo verde en los trabajos de los ecomarxistas norteamericanos: Richard Smith, “Green capitalism: the god that failed”, Real-World Economics Review, nº 56, 2011, y John Bellamy Foster, Brett Clark y Richard York,The Ecological Rift. Nueva York, Monthly Review Press, 2010.
6 Rudolf Bahro, Die Alternative. Zur Kritik des real existierenden Sozialismus. Europäische Verlagsanstalt, 1977; L’Alternative: pour une critique du socialisme existant rééllement, trad. bajo la dirección de Patrick Charbonneau. París : Stock 2, colección “Lutter”, 1979.
7 Penny Kemp, Frieder Otto Wolf, Pierre Juquin, Carlos Antunes, Isabelle Stengers, Wilfried Telkamper, Europe’s Green Alternative: A Manifesto For a New World. Montreal: Black Rose Books, 1992.
8 Black Rose: Montreal, 1992.
9 Stéphane Lavignotte, La décroissance est-elle souhaitable? París: Textuel, 2010.
10 Alusión al verbo inglés “to moan”, “quejarse”. (N. del E.).

martes, 29 de noviembre de 2011

Análisis Coyuntural: Aún quedan ánimos para seguir luchando por el objetivo de la educación gratuita

Análisis Coyuntural

Por Convergencia Estudiantil

convergencia.est@gmail.com

convergencia-est.blogspot.com


El Gobierno
1.      Respecto al problema estudiantil, el Gobierno ha ido expresando sus planteamientos en diferentes etapas, a través de las cuales ha intentado llegar a acuerdo con los estudiantes o en último caso desmovilizarlos. Estas etapas han estado marcadas por la realización de una propuesta educativa, luego mesas de diálogo, “políticas del terror” para debilitar y desarticular al movimiento a través del miedo(cierre del año académico, cancelación de becas de alimentación y mantenimiento, etc. Etc.), combinadas siempre con altísimos grados de represión y criminalización en constante crecimiento y sofisticación. Asimismo, se han presentado momentos de mayor algidez de acuerdo a acontecimientos de agudización de la violencia popular.

2.      La táctica del “diálogo” con los estudiantes por parte del Gobierno falló, esto en parte porque nunca se trató de un diálogo ni hubo intenciones de llegar a ningún acuerdo, sino que siempre se mantuvo una posición de intransigencia, apoyada en la propuesta de educación que desarrolló el Gobierno como parte de su agenda presidencial, la cual poco y nada varió (“mejoras” superficiales) en el transcurso del tiempo. Por lo mismo, las mesas se quiebran sin retorno y el Gobierno opta por continuar impulsando su proyecto de Reforma a la Educación Superior (el que se basa principalmente en tres pilares: calidad, transparencia y menor endeudamiento; manteniendo el lucro), aumenta el presupuesto para educación a 350 millones de dólares y mantiene discusiones con la oposición buscando apoyo para que se apruebe la partida presupuestaria (la que frente al rechazo de la oposición, pasará a la Cámara de Senadores el Jueves 24 de Noviembre).

3.      Respecto a los grados de represión empleados por el aparato represivo del Estado, éste ha sido tratado activamente, incluso el tema ha salido de los marcos nacionales y son varias organizaciones internacionales de Derechos Humanos las que han estado haciendo seguimientos. Pero en lo concreto, hemos sido testigos de que el grado de represión ha ido aumentando considerablemente, abundan los casos de compañeros(as) golpeados(as), manoseadas, humilladas, etc. A un estudiante de18 años le aplicaron arriba del bus policial el “waterboarding” o ahogamiento, que es una técnica de tortura utilizada en Guantánamo; otro caso de una  compañera que  terminó con una hemorragia en su vagina por la patada de un paco, y así suma y siguen los ejemplos. Además, hace poco se supo de la creación de los famosos “cazadores” (compuesta por efectivos de Fuerzas Especiales, del OS-9, De la Dirección de Inteligencia de Carabineros (DIPOLCAR) y peritos del Labocar), cuya tarea es identificar y detener a los “encapuchados” con ayuda del trabajo de inteligencia realizado por infiltrados en las marchas, apoyados además en una especie de manual donde desarrollan el “perfil del encapuchado”.

Según se dio a conocer a través del Mercurio el 2 de octubre, se instaló a William J. Bratton (ex jefe de la policía de Nueva York y Los Ángeles) como asesor personal de seguridad, elegido por el Ministerio del Interior para realizar según sus propias palabras una ”revolución” al interior de Carabineros. Todo esto bajo la excusa del combate al terrorismo.

4.      Paralelamente aumenta la criminalización: el intento de sanción a la capucha, el aumento dela penalización por desórdenes, la ley anti-tomas (redactada por la Cámara Nacional de Comercio y presentada al Gobierno un mes antes de que éste lo anunciara públicamente) que dispone además que todo material gráfico recolectado por periodistas puede ser solicitado por los efectivos policiales (La ONG Reporteros sin Fronteras, frente a esto, respondió: “un periodista no es un auxiliar ni un confidente de la policía, y esta disposición constituye un incentivo a la delación”), etc. A lo anterior se suma que este último tiempo el Ministro del  Interior ha estado insistiendo en la crítica al Ministerio público y al Poder Judicial porque lo considera muy blando con quienes él llama delincuentes, vándalos y encapuchados (todo esto bajo el contexto de movilización estudiantil y del alza en los niveles de delincuencia). Incluso planteó la posibilidad de que los jueces y fiscales fueran elegidos a través de votaciones, idea que claramente busca politizar el Poder Judicial, de manera de poder influirlo y conducirlo de acuerdo a las “necesidades” e intereses de la clase dominante, quitándole el carácter de institución absolutamente independiente. Como su idea fue ampliamente rechazada, no conforme ahora presentó en conjunto con el Ministro de Justicia, Teodoro Ribera, un proyecto de ley para disminuir las atribuciones que tienen los fiscales, otorgando más poder a la policía uniformada y a la PDI.

Los medios de comunicación, un factor principal de Dominación

5.      Para nadie es sorpresa la increíble construcción de realidades profundamente cuestionables que realizan las editoriales, periodistas, políticos y grandes empresas, por medio de los medios de comunicación. El movimiento estudiantil fue nuevamente carne de cultivo, como lo fue recientemente el 2006, de la tarea sistemática de los medios de control de masas para construir de nosotros(as) una imagen terrorista y bestial. Sin embargo, a pesar de esta gran campaña de penetración mental, las fuerzas radicales, revolucionarias, indignadas, organizadas, en desarrollo de orgánicas, endeudadas, populares, etc, se están acumulando, crecen cualitativa y cuantitativamente.

6.      Es fundamental comprender que a pesar de que los sectores criminalizadores y oportunistas del movimiento estudiantil acaparen los medios de comunicación por medio de estrategias estéticas, de marketing y moderándose al nivel de instrumentalizar a las bases, son las fuerzas indignadas y transformadoras lasque están acumulándose enormemente, y son precisamente éstas las que impulsaron la lucha y hoy resisten frente al poder represivo, terrorista y policial del Estado, el Gobierno y los Partidos ansiosos de figurar en el parlamento y en los matinales.

7.      La centralidad de los medios de comunicación en Santiago ocultó y taponeó las enormes fuerzas radicales que se están organizando en regiones a paso firme. Es este un problema no menor respecto a la invisibilización que están viviendo hoy los estudiantes en lucha en regiones, quienes a pesar de la actual estrategia parlamentarista de volcar todo el escenario al congreso, siguen movilizándose y defendiendo la lucha principal levantada por las mayorías. Sin embargo, sabemos muy bien que ningún poder estético, estucado o imaginario puede sostenerse sólo por medio de su aparición en los medios de comunicación, pues el movimiento estudiantil, social y popular que se está gestando, que se está enredando, es efectivamente el motor real de la actual lucha erigida, y no precisamente las direcciones mediáticamente empujadas.

La “oposición”

8.      Por otro carril (no demasiado lejano), la flamante oposición ahora conformada por la Concertación en conjunto con el Partido Comunista (PC), el Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ) y el Movimiento Amplio Social (MAS), presentaron una propuesta de reformas estudiantiles compuesta por 8 ejes, dentro de los cuales se considera beneficiar  a través de becas y créditos al 70% de los estudiantes, de manera gradual, empezando por las Universidades pertenecientes al Consejo de Rectores. Sobre esto último ,creemos que es una propuesta que perpetúa la segregación y el endeudamiento existente en el modelo educacional, en el sentido de que posterga a los estudiantes de las universidades privadas, institutos profesionales y Centros de Formación Técnica -instituciones que concentran a la mayor cantidad de estudiantes pobres-, lo que en definitiva mantiene la idea de que existen estudiantes de primera y segunda generación.

9.      Más allá de esto, se dejan entrever claramente dos aspectos: primero, que esta “oposición” es una expresión de los esfuerzos desesperados de la Concertación por mantenerse viva, por eso ha tenido que abrirse a estos otros partidos políticos, los que en condiciones más favorables para la Concertación jamás habría incluido; sobre todo, porque a propósito del movimiento por la educación, ha sido el principalmente el PC el que ha estado capitalizándolo, y no vamos a decir que lo haga solamente porque quiere conseguir una educación sin lucro, sino también porque esto le permite poder sentarse a negociar para conseguir unos cupos por acá y otros cupos por allá; de todas maneras, creemos que esta alianza desde la Democracia Cristiana hasta el PC, MAIZ y MAS presenta un carácter histórico, ya que no es la primera vez que todos se unen para empujar alguna propuesta de su conveniencia. Y segundo, que esta se presenta como una movida que busca instrumentalizar el movimiento estudiantil, intentando canalizarlo a través de esta “oposición” con la ayuda de algunas dirigencias estudiantiles que hoy están a la cabeza: nos referimos especialmente a las JJCC del PC, las que están trabajando por empujar la discusión y resolución del conflicto a través del Congreso.

10.  Lo que la oposición busca finalmente es quedar como los “héroes” de la educación frente al pueblo, recuperar algo de la legitimidad perdida durante los 20 años de Gobiernos concertacionistas, agarrar cupos en el Senado y en la Cámara de diputados, los municipios, etc, y sacarse muchas fotos estrechándose las manos unos a otros poniendo, nuevamente, la pata encima al pueblo estudiantil, popular, endeudado y convencido, el que hasta el día de hoy mantiene en el centro la Educación Gratuita como la reivindicación. 

Movimiento estudiantil

11.  En general, el movimiento estudiantil está atravesando un escenario bastante inestable y complejo. Por un lado, los estudiantes sentimos que luego de más de6 meses de marchas, tomas y manifestaciones de todo tipo, no tenemos disposición de bajar los brazos sin antes haber conseguido alguna victoria material concreta. Esto se debe, en parte, a que se ha demostrado a lo largo de estos meses que hemos logrado mantener de manera constante y activa un movimiento que ha traspasado las barreras de lo estudiantil, integrando a muchos más actores, generando ciertas condiciones subjetivas tales como la solidaridad, lo que ha motivado mucho más la participación y la confianza de estar dando una lucha de forma (más o menos) cohesionada, afirmando convicciones y conservando la esperanza de conseguir nuestros objetivos. Desde ya todo esto puede considerarse como una ganancia muy importante.

12.  Sin embargo, por otro lado el movimiento ha estado experimentando un debilitamiento, el que se ha expresado en el menor número de adherentes a las marchas, la baja de varias tomas, etc. Pero esto no se debe a que esté flaqueando la convicción social de que estamos por una demanda histórica, justa y necesaria, sino que a factores tales como la presión económica que aqueja a muchos estudiantes de educación superior, específicamente de estatales, donde a pesar de paros, marchas y tomas, el arancel debe pagarse completo igual, sumado a la urgencia de regularizar la situación académica, más ahora a unas pocas semanas de que termine el año, y sin mencionar la realidad de muchos estudiantes que estudian en otras regiones o lejos del hogar, que deben pagar su estadía, la baja en el porcentaje de cobertura de las becas, etc; los estudiantes universitarios de privadas sufren su propia repre, bien sabemos que quienes han intentado tomar sus universidades han sido golpeados con sumarios y persecuciones, y con una carga académica -en castigo por los tiempos de paro- que no les permite movilizarse ni pensar; y qué hablar de los estudiantes secundarios, muchos de ellos han perdido ya el año, son sometidos a amenazas en sus colegios y son la presa favorita de los pacos en la calle.

13.  Por su parte, el principal órgano representativo de los estudiantes universitarios, la CONFECH, se encuentra compuesta por diferentes sectores políticos: existe un número importante de federaciones universitarias que tienen planteamientos genuinamente revolucionarios los cuales se han mantenido sólidos, frente a los sectores claudicantes y reformistas (los mismos que antes han canjeado el movimiento social por algunos beneficios políticos) relacionados con la socialdemocracia concertacionista y a las JJCC, las que se han visto paulatinamente desplazadas por las bases. Como mencionamos más arriba, la estrategia del sector estudiantil de “oposición” es llevar la discusión y solución del conflicto estudiantil al Congreso; así se explican las marchas que se trasladaron a Valparaíso, donde vimos a los parlamentarios del PC y la Concertación saludando a los estudiantes, prometiéndonos defender nuestros intereses y mostrándose como la vía de solución del conflicto, cuando sabemos que lo único que están protegiendo son sus propios intereses, y que jamás plantearán cambios estructurales al modelo capitalista-neoliberal.

14.  Sucede además, que como estos sectores socialdemócratas quieren trabajar en el parlamento a como dé lugar,  se produce la expulsión sistemática de los organismos de representación de los estudiantes secundarios (ACES, COMES, CONES, etc) de las instancias formales de resolución, porque sus políticas radicalizadas, rupturistas y que apuntan a cuestionar el  fondo del modelo son incompatibles con el marco burgués parlamentario.

15.  En definitiva, vemos que hay factores que influyen negativamente en la constancia con que se había venido desarrollando el movimiento estudiantil, y que intentamos develar para su reconocimiento y cuestionamiento. Sin embargo, creemos que aún quedan ánimos para seguir luchando por el objetivo de la educación gratuita, y quedan muchos y muchas que saben que esta lucha se proyecta al futuro y que no cesará hasta cumplir los objetivos que se imponga. Hay mucha leña para el fuego que quiere aspirar efectivamente a ampliar la lucha a otros sectores populares y a otras temáticas fundamentales para avanzar, sin retroceso, hacia una crítica radical a la estructura material e ideológica dominante.

 Convergencia Estudiantil

1.      Esperamos que a pesar de la situación en que nos encontramos como movimiento estudiantil, seamos capaces de extender la lucha. Por lo mismo, proponemos al estudiantado no detenernos hasta lograr una Revolución Educativa: por una educación gratuita, el co-gobierno estudiantil, la autonomía respecto a los poderes como el Estado, las Religiones, el Mercado, etc, y por la construcción colectiva y crítica del conocimiento.

2.      Para lograr lo anterior, se hace necesario que los sectores estudiantiles de la izquierda revolucionaria trabajen incesantemente por posicionar estos elementos como necesarios para construir una educación al servicio de los intereses y necesidades del pueblo, en las discusiones de bases, asambleas de curso, a través de la agitación y la propaganda, etc. Por lo mismo, planteamos también la necesidad de disputar los diferentes espacios de representación (de acuerdo ala legitimidad y funcionalidad de éstos), los que tengan realmente una conexión con el trabajo de las bases populares estudiantiles y que sirvan como herramienta para la lucha, siendo utilizados como un medio y no como un fin en sí mismo.

3.      Es también imprescindible para las diferentes organizaciones y/o estudiantes revolucionarios el trabajar por construir espacios de unidad y articulación internas y transversales, que permitan fortalecer y potenciar el trabajo que cada uno por su lado pudiera desarrollar.

4.      Es importante para el desarrollo de la izquierda revolucionaria avanzar en la construcción de objetivos que superen la centralidad en la temática educativa, y golpear con mayor fuerza en más frentes de combate apuntando a una lucha radical contra las condiciones que sostienen este modelo educativo. Esto implica entender que nuestra lucha por la Revolución Educativa es una fase –muy importante por cierto- dentro de un proceso mayor de Revolución Social, donde transformemos las estructuras económicas del modelo de explotación y las estructuras políticas del modelo de dominación, las que en su conjunto hacen de sostén de este modelo educativo capitalista-neoliberal.

5.      Es tarea fundamental de nosotras(os) organizarnos con más sectores populares, trabajadores y revolucionarios -y así ir superando el atomismo que tiene a la izquierda revolucionaria totalmente desarticulada- para ir avanzando, y cada vez golpear con más fuerza al poder, a los gobiernos, a las transnacionales, a todas las condiciones que mantienen la opresión, marginación, discriminación, explotación y dominación al pueblo, de tal modo de ir construyendo decididamente el Poder organizado y popular que requerimos para Vencer.

POR UNA EDUCACIÓN AL SERVICIO DELPUEBLO…

CONVERGENCIA ESTUDIANTIL

Jueves 24 de noviembre, 2011



convergencia.est@gmail.com

http://convergencia-est.blogspot.com//

Reseña de libro: EL MARXISMO Y LA JUSTICIA SOCIAL


Reseña de libro:  EL MARXISMO Y LA JUSTICIA SOCIAL

La idea de igualdad en Ernesto Che Guevara

Colección NEXOS

El libro que nos presenta Alberto Lizárraga sin duda constituye un desafío teórico y político que abre nuevas perspectivas en la idea del socialismo como construcción social post capitalistas. Enfrentados a las consecuencias de la profunda y extensa crisis capitalistas es hora de abrirse a este debate, escaso en los espacios de aquellos que se sitúan en la perspectiva de “otro mundo posible”. Con su obra, el autor nos introducirá en una de las discusiones clave del pensamiento político contemporáneo: el debate acerca de la igualdad y la justicia.

La perspectiva del autor desarrollada a partir del diagnóstico de Alex Callinicos acerca de un “déficit ético” del marxismo clásico, nos llevará desde los principios delineados por Marx en la Critica del Programa de Gotha a la aplicación en un proceso concreto como la Revolución Cubana de la mano de la experiencia y reflexión crítica de Ernesto Che Guevara. El autor nos dará la oportunidad de aproximarnos a  las contribuciones respecto del tema por parte de pensadores marxistas contemporáneos pertenecientes a la corriente del “marxismo analítico” y sus aproximaciones críticas a la  teoría de la justicia pública y política elaborada por John Ralws.

No es casualidad que Lizárraga rescate la figura del Che. Sus elaboraciones a partir de la experiencia cubana, progresivamente contrapuesta a las concepciones del “socialismo” desarrollado en las sociedades post capitalista de Europa del Este plantean la actualidad del tema.

Lizárraga nos invita a una discusión y a partir de ella,  exponer lo que pensamos acerca de la idea del socialismo. No se trata de un debate académico más sino de la relación del pensamiento crítico y las luchas sociales. Las concepciones de justicia e igualdad para hacer frente a las condiciones de injusticia del presente se constituyen en un componente de la “batalla de las ideas” para  impedir el camino a la “barbarie” del conjunto de la humanidad.

El Libro que el Doctor Lizárraga nos presenta, ha sido publicado en Chile por Plataforma NEXOS que con esa obra inaugura la colección "Debates sobre Socialismo". El objetivo principal de su publicación es alimentar el necesario debate político y teórico de todos aquellos que trabajan en la construcción de alternativas a la barbarie capitalista contemporánea.

Consultas sobre la publicación a:

 plataformanexos@plataforma-nexos.cl

 http://www.plataforma-nexos.cl

viernes, 18 de noviembre de 2011

Grecia  - Golpe de Estado europeo frente al levantamiento popular

 Stathis Kuvelakis *

A`lencontre/La Breche
http://alencontre.org/
Traducción de Faustino Eguberri
http://www.vientosur.info/

Así pues, ha sido en Grecia donde se ha estrenado la nueva obra a la que se augura un gran éxito en esta temporada política y que lleva por título "La toma del poder por los banqueros". Italia parece elegida para la próxima etapa, lo que no hace mas que subrayar el interés del proceso griego que ha llevado a la dimisión de Georges Papandreu y a la formación de un nuevo gobierno llamado de "entente nacional" dirigido por Lucas Papademos.

Han sido precisos varios días de dudas y de duras negociaciones entre el PASOK (socialista), que sigue siendo mayoritario en el parlamento, y Nueva Democracia (ND, oposición de derechas), sin olvidar el papel particularmente activo de la extrema derecha del LAOS, para llegar a este resultado. Al final, un gobierno cuyas principales carteras económicas y sociales siguen en manos del PASOK, reduciéndose la derecha a dos ministerios "de regalía" (Defensa, Asuntos Exteriores). Un gobierno igualmente marcado por la participación de la extrema derecha, por primera vez desde la caida del régimen militar (1974), a la que se atribuye un ministerio (Transportes y Obras Públicos) y tres secretarías de Estado. Pero, bastante más que estas maniobras politiqueras, son las presiones de los gobiernos alemán y francés y de lo que se llama "los mercados" las que han permitido llegar a este resultado. Antiguo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), de 2002 a 2010, Papademos, miembro de la Comisión Trilateral, fue director del Banco Central de Grecia entre 1994 y 2002, y, por ello, uno de los arquitectos de la entrada de Grecia en el euro, al lado de su mentor en política, el antiguo primer ministro socialista "modernista" Costas Simitis, el principal arquitecto del neoliberalismo en Grecia, considerado como particularmente cercano a los medios de negocios alemanes. Tanto como decir que con este nuevo primer ministro, son de forma casi directa los medios financieros europeos, y secundariamente griegos, así como los países del directorio de la Unión Europea (UE) quienes gobiernan el país, despreciando todo mandato popular, en lo que puede ser considerado como el primer "golpe de estado blanco" concebido y puesto en marcha por esta misma UE y los banqueros de la que es su representante. Las formulaciones de Marx a propósito de la monarquía de julio, según la cual esta última es el "reino de solo una fracción de la burguesía, la aristocracia financiera" y el régimen por entero una "sociedad por acciones para la explotación de la riqueza nacional" /1 encuentran así una nueva juventud. Con la diferencia de que ahora esta aristocracia financiera es esencialmente multinacional, y ante todo europea, los especuladores y aprovechados de hoy se encuentran en los consejos de administración de los bancos (e instituciones financieras) alemanas, francesas y del BCE /2.


¿Cómo comprender de forma más profunda este cambio radical tan espectacular del paisaje político, que ha visto en una decena de días al ex primer ministro Papandreu anunciar un referéndum, retractarse, ganar un voto de confianza en el Parlamento para finalmente dimitir y dejar su plaza a un gobierno de "entente nacional" a las órdenes de los financieros y de la UE? Precisemos de entrada esto: contrariamente a una impresión ampliamente extendida en y por los medios internacionales, no es el anuncio de un referéndum sobre las decisiones de la cumbre europea del 27 de octubre lo que ha precipitado los acontecimientos sino la situación preinsurreccional en la que se encuentra Grecia desde las jornadas del 19 y 20 de octubre, y de forma aún más clara, desde los disturbios que acompañaron las conmemoraciones de la fiesta nacional del 28 de octubre. Por otra parte, es precisamente a esta situación a la que venía a responder la iniciativa de alto riesgo, y que se ha revelado fatal para su suerte, de Papandreu /3.



En este sentido, los últimos acontecimientos deben ser comprendidos como la prolongación lógica de las tendencias que aparecieron en junio pasado, cuando la movilización del "pueblo de las plazas" alcanzó un pico y desencadenó la primera fase de la crisis política /4. Papandreu se situó por algunas horas en posición de dimisionario a la búsqueda de un acuerdo de gobierno de "entente nacional" con el dirigente de la oposición de derechas Antonis Samaras. Si este episodio se cerró rápidamente con una simple remodelación gubernamental, no ha dejado por ello de poner en evidencia las tres principales determinantes de la secuencia que desemboca en la situación presente:



-un ascenso de las movilizaciones, que toman el aire de un verdadero levantamiento popular,

-la acentuación de la crisis del sistema político y su transformación en crisis de Estado,

-el papel de tipo neocolonial de la UE convertida en actor de primer plano de la escena política del país.



Un breve análisis de estos tres factores se muestra por tanto necesario antes de abordar la cuestión de las perspectivas de la izquierda radical en esta nueva coyuntura.



El levantamiento popular



La huelga general de 48 horas de los días 19 y 20 de octubre ha confirmado que el ciclo de movilización emprendido desde la votación, el 5 de mayo de 2010, del Memorándum entre el gobierno griego y la en adelante famosa "Troika" (UE, BCE, FMI) había entrado en una nueva fase. La amplitud y la combatividad de las manifestaciones, su difusión en el conjunto del territorio /5, la composición social ampliada de los participantes (asalariados de lo público y lo privado, parados, jóvenes, pequeños comerciantes y empresarios, jubilados), pero también la preparación de estas dos jornadas por toda una serie de acciones con formas a menudo inéditas (ocupaciones de edificios públicos, incluyendo sedes de Ministerios y Jefaturas de Policía, rechazo a pagar los nuevos impuestos, huelgas prolongadas en ciertos sectores como los basureros o el personal de hospitales), todos esos elementos dibujan el cuadro de una movilización obrera y popular ascendente, disponiendo de importantes reservas y del apoyo mayoritario del cuerpo social. Por decirlo de otra forma, a lo que hemos asistido en las calles de Atenas y de las ciudades del país, es a la convergencia del "pueblo de las plazas" de la pasada primavera (cuya masa se componía de electores rebelados y desprovistos de tradiciones de lucha de los dos "partidos de gobierno", PASOK y ND) y del movimiento popular organizado. El refuerzo del papel jugado por sus componentes tradicionales, sindicales y políticos, ha jugado en este sentido, particularmente la movilización del Partido Comunista Griego (KKE) y de su frente sindical (PAME). Bajo la presión de su base y de su entorno social, este partido se ha desmarcado de la rutina que le afecta, que consiste en hacer desfilar sus propios cortejos de forma cuidadosamente distinta del resto de los manifestantes y ha querido ocupar el terreno de forma visible y prolongada, organizando el cerco del parlamento el 20 de octubre. Ciertamente, lo ha hecho con su sectarismo habitual, rechazando una vez más toda unidad de acción con las demás fuerzas de la izquierda radical. Esto no podría sin embargo justificar de forma alguna el ataque militarizado, con objetivos criminales (cócteles molotov lanzado contra el servicio de orden y los cortejos del PAME), del que fue objeto por parte de un sector de la movida Black Bloc y que se saldó con la muerte de un obrero de la construcción, militante del PAME, y con la hospitalización de una cuarentena de manifestantes salidos de sus filas, de ellos tres en un estado grave /6.



A pesar de esos incidentes, que han dejado un gusto amargo, se había puesto en marcha una dinámica de acción de calle, que resurgió en las manifestaciones que estallaron con motivo de las conmemoraciones del 28 de octubre /7. Manifestaciones que se pueden considerar como el equivalente en el plano simbólico de una "toma de la Bastilla" a la griega. En ese día de confirmación de las autoridades del estado en su papel de representantes de la nación, llamada a desfilar bajo su mirada, éstas han sido un poco en todas partes expulsadas de su lugar físico y simbólico, a saber, de las tribunas oficiales /8, inmediatamente invadidas por la multitud. Una multitud que declara así que es la única encarnación legítima del todo social. Esta conquista simbólica de la plaza vacía, o más bien vaciada, del poder por el pueblo "en persona" se ha expresado igualmente con la multiplicidad de las significaciones que han marcado esta jornada: eslóganes ligando el "no" de 1940 con la situación presente y asimilando a los gobernantes actuales con los "colaboracionistas", recuperación de los cantos de la Resistencia y de la lucha contra la dictadura de los coroneles, banderas alemanas y de la UE quemadas ante las multitudes alborozadas. Como ha podido constatar el corresponsal de Le Monde, "la jornada se ha transformado en jornada del no a la "Troika" y a la austeridad"/9. Todo esto indica que para amplios sectores sociales emerge un relato nacional y popular alternativo al del poder, que hace converger la dimensión social y la dimensión nacional de la protesta y liga el presente con la memoria popular de la "larga duración" histórica.



Un umbral simbólico ha sido así franqueado y parece poco probable ver la movilización recaer, incluso si su recuperación pasará por un período de adaptación a la nueva situación creada por el radical cambio en la cúspide del estado. Tanto más cuando la situación económica del país, ya dramática, no deja de empeorar: la tasa de paro ha alcanzado oficialmente el 18,4% pero está más cerca del 25% en la realidad, los asalariados y los jubilados han perdido alrededor de un tercio de su renta, los impuestos exorbitantes recientemente votados acaban de sangrar a los hogares, los servicios públicos están en ruina, la tasa de suicidio, tradicionalmente una de las más bajas de Europa ha subido un 40% en un año, mientras que la situación sanitaria de la población se deteriora de forma dramática, como revela un estudio publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet /10, que concluyen en una "tragedia griega". En estas condiciones, resulta sencillamente impensable que un gobierno que se apresta a administrar a una población exhausta una nueva poción de austeridad pueda aguantar mucho tiempo.



La profundización de la crisis política



Por su amplitud y su aspecto inédito, es decir, por la entrada en escena de masas hasta ahora relativamente pasivas y desprovistas de cultura política cohesiva, el "movimiento de las plazas" del mes de junio creaba las condiciones de la transformación de la crisis económica y social en crisis política generalizada. Una crisis que podemos, en referencia a los análisis de Gramsci, calificar de "crisis orgánica". El ascenso de la protesta popular revelaba un momento de ruptura de las relaciones establecidas de representación entre los principales grupos sociales y sus formas de expresión partidaria que se traduce en "el paso repentino (de estos grupos) de la pasividad política hacia una forma de actividad y de reivindicación que, en su unidad no orgánica constituyen una revolución". Esta crisis, prosigue el revolucionario italiano, se convierte entonces "en una crisis de poder, y es en esto exactamente la crisis de hegemonía o crisis del estado en su conjunto" /11.



Confrontado a una situación de crisis generalizada, el sistema político tiende a autonomizarse de las relaciones de representación y de las reglas de la alternancia parlamentaria. Gramsci hablaba de tendencia al "bonapartismo" o al "cesarismo", que pueden imponerse incluso "sin César, sin personalidad heroica y representativa". En un régimen parlamentario, estas soluciones toman la forma de gobiernos de "gran coalición", que ligan de forma directa intereses económicos y sectoriales de las clases dominantes con fracciones del personal político desligadas de sus relaciones partidarias anteriores. Diferentes en esto del fenómeno bonapartista personalizado y circunscrito al siglo XIX , estas soluciones ofrecen bastante más flexibilidad al precio, sin embargo, de una inestabilidad crónica. Pero no deja de ser cierto que se trata de formas de construcción de un bloque de poder que soslayan (y/o alteran muy significativamente) las mediaciones de tipo representativo y la legitimación electoral, sin a pesar de ello romper explícitamente con el marco parlamentario existente, aunque puedan, si se da el caso, preparar el terreno para una tal evolución /12.



Es en este marco en el que hay que situar el proceso de constitución de un gobierno de "entente nacional", tal como el dirigido por Papademos. La idea estaba en el aire desde hace un cierto tiempo, y fue brevemente probada, lo hemos visto, en junio. Pero la urgencia de una salida así no se ha impuesto más que con el sesgo explosivo tomado por la protesta popular en la secuencia insurreccional que se desplegó entre los días 19 y 28 de octubre. Índices como la parálisis casi completa de la administración del Estado, acentuada por la oleada de ocupaciones de edificios públicos, o el repentino reemplazo de la totalidad del Estado Mayor militar, que no hacía un secreto de su oposición a los recortes presupuestarios que afectan profundamente al ejército, han empujado también en ese sentido, revelando que el funcionamiento de la maquinaria estatal estaba alcanzado en su corazón mismo.



Es de uso, en tales circunstancias, que los poderes vacilantes tomen iniciativas que acaben por extender el fuego que supuestamente intentaban controlar, cuando no apagar. El anuncio de un referéndum por Papandreu, al que se suponía tratar sobre el acuerdo realizado en la cumbre europea del 27 de octubre, era el ejemplo tipo de un gesto así, que, independientemente de las intenciones de su autor, ha funcionado sin embargo como un test de verdad para el sistema político griego y para toda la UE. El desafío lanzado por el dirigente del PASOK ha sembrado el pánico en las plazas bursátiles y provocado la cólera del directorio franco-alemán, que, de forma completamente explicable, saltó en cuanto oyó la palabra "referéndum", al no haber salido particularmente bien la UE de los precedentes episodios de este tipo, y eso en condiciones incomparablemente más favorables que las ofrecidas por la situación de Grecia. La humillación sufrida por Papandreu en la cumbre de Cannes, sin precedentes para un dirigente de país europeo, era la consecuencia lógica de esta falsa, pues demasiado tardía, ingenuidad democrática.



En el frente interno, el gesto de Papandreu, seguido por las presiones directas ejercidas por los dirigentes europeos, sin duda ha aportado más el resultado que se pretendía. Ciertamente ha revelado que el primer ministro saliente estaba contestado en el seno de su propio partido "por su derecha", por un ala de integristas neoliberales reagrupados alrededor de lo que se califica como "talibanes del Memorándum" o de "troika interna" /13, que ha rechazado inmediatamente la idea del referéndum y planteado la idea de un gobierno de "unidad nacional". Si ha erosionado un poco más la cohesión de su propio partido, Papandreu ha marcado sin embargo puntos frente a la oposición de derechas. Colocada ante la casi certidumbre de una victoria del "no" a los acuerdos del 27 de octubre y del chantaje ejercido por la UE (un "no" equivale a la salida del euro), la derecha ha combatido vigorosamente la proposición de referéndum. Pero, sobre la marcha, se ha visto igualmente obligada a ceder a las exigencias de "consenso" formuladas desde el comienzo de la crisis de la deuda por los medios de negocios y los dirigentes europeos. Por su parte, la extrema derecha, campeona desde la primavera de 2010 de una "entente nacional" para poner en marcha de forma dura la "terapia de choque", se ha sentido triunfar. Su líder, Giorgos Karandzaferis, se ha planteado abiertamente como el "padrino" del nuevo gobierno de "unidad nacional", que le permite acceder a la tan deseada respetabilidad institucional. Las formaciones periféricas del centro-derecha (la pequeña formación ultraliberal y europeísta Alianza Democrática de Dora Bakoyanni, rival de Samaras en la dirección de la ND en noviembre de 2010) y del centro-izquierda (la Izquierda Democrática, salida de una escisión por la derecha de Synaspismos, y los ecologistas) les han seguido el paso, con algunas reservas de formas para estas últimas. La vía quedaba así abierta para el proceso que ha concluido en la constitución de un gobierno dirigido por el banquero Papademos, encarnación natural de un bloque en el poder enteramente dominado por los intereses de la finanza europea.



La UE como potencia neocolonial



El papel de la UE en este asunto merece seguramente algunos comentarios específicos. Suponiendo en efecto que subsistieran aún en Grecia algunas apariencias de soberanía nacional y de funcionamiento democrático, aunque fuera "formal", de las instituciones parlamentarias, ésto pertenece ya al pasado. La forma en que Papandreu fue obligado a retractarse sobre el referéndum, tras haberse visto dictar de la forma más humillante los términos de la pregunta que sería planteada (¡e incluso la fecha de su celebración!), las condiciones de su salida del poder así como las maniobras que se han desarrollado en la opacidad más total a fin de constituir el gobierno de "entente nacional" constituyen en el sentido más estricto un "golpe de estado blanco", el primero cuya concepción y aplicación se han hecho bajo la batuta de la UE. ¿Hay que subrayar hasta qué punto este gobierno está desprovisto de la menor legitimidad democrática, en el sentido más banal del término, tal como se expresó en el escrutinio de octubre de 2009? Y sin embargo, la tarea que le es explícitamente confiada (aplicación de los acuerdos del 27 de octubre, con medidas de austeridad aún más graves que todas las precedentes, acompañadas de la puesta bajo tutela permanente y de la venta en subasta pública de la casi totalidad del patrimonio público que queda) comprometerá al país en los decenios que vienen.



Dos elementos dan una idea del radicalismo neoliberal que anima a Papademos y a quienes le rodean. En un artículo publicado simultáneamente en el periódico griego To Vima y el Financial Times el 23 de octubre /14, el actual primer ministro había recusado la proposición de exoneración del 50% de la deuda griega en manos de los bancos y demás instituciones privadas, que fue finalmente adoptada por la cumbre europea del 27 de octubre, y quería mantenerse en una quita solo del 21% prevista por la cumbre del 21 de junio, bajo la presión de Sarkozy y casi unánimemente juzgada escandalosamente favorable a los bancos y totalmente insostenible para el país. Más vale pues apostar por la "generosidad", o el realismo, de Angela Merkel en materia de pago de la deuda griega que por el actual primer ministro. Por otra parte, una de las principales exigencias de Papademos y de sus apoyos europeos en la línea de su rechazo obstinado del referéndum, ha consistido en descartar la idea de elecciones anticipadas que eran sin embargo una de las condiciones que Samaras y la ND habían planteado para su apoyo a un eventual gobierno de "unidad nacional". La confusión continúa reinando sobre este tema, habiendo recuperado Samaras en su declaración posterior a la formación del gobierno la fecha del 19 de febrero que había inicialmente anunciado. Asumiendo plenamente la lógica bonapartista evocada anteriormente, Papademos y la UE no quieren un sencillo equipo de transición, encargado de una misión limitada. Es claramente un gobierno de combate lo que pretenden poner en pie, como lo subraya, cubierto por el anonimato, uno de los antiguos colegas del primer ministro en el BCE: "A la cabeza del gobierno griego, deberá aprender sin embargo a tomar duras decisiones, a crear descontentos" /15. Nadie duda de que, flanqueado de sus ministros del LAOS y de los celadores de la "troika interna", aprenderá rápidamente..



En cualquier caso, las máscaras han caído: la UE aparece como lo que es, una amenaza mortal para las reglas democráticas más elementales, incluso las del régimen parlamentario liberal. Pues no hay que engañarse: la simultaneidad de los cambios de gobierno en Italia y en Grecia, la toma del poder en los dos casos por apoderados de los bancos, salidos de las entrañas de la Unión Europea (BCE en el caso de Papademos, Comisión Europea en el de Monti), cultivando lazos directos con los medios de negocios, no tiene nada de una coincidencia. Desde que la crisis de las deudas soberanas estalló, Grecia es claramente una cobaya de la "terapia de choque" que las clases dominantes están decididas a poner en marcha, y esto, como Naomi Klein lo ha visto bien /16, no puede hacerse en el marco político e institucional existente (al menos para las normas de un país de Europa del Oeste). Las "terapias de choque" son indisociables de los "desastres", que conducen a la instauración de un "estado de excepción" cada vez más banalizado. Y, en el marco europeo de los 27 países que forman parte de él, es claramente la UE, sus instituciones y su directorio franco-alemán (más alemán que francés por decirlo claramente) quienes son los arquitectos. Sin embargo, en el seno de la izquierda europea, incluyendo sus alas radicales, se obstinan en querer soslayar esta realidad o en no medir sus consecuencias /17, cultivando por ejemplo la ilusión de una "reformabilidad" de las instituciones de la UE o de un radical cambio sociopolítico simultáneo en los principales países europeos que permitiría dispensarse de afrontar la maquinaria de la UE como tal.



La impotencia paradójica de la izquierda radical griega



Desde el comienzo de la crisis de la deuda, la izquierda radical griega se encuentra en una posición paradójica. Se refuerza en el plano electoral, partiendo de un nivel que es ya el más elevado de Europa (ver el cuadro de más adelante). Sus militantes son muy activos en las movilizaciones, incluso si el "movimiento de las plazas" ha revelado sus dificultades para abrirse a sectores sociales exteriores a sus esferas tradicionales de influencia. Sin embargo, tiene dificultades para intervenir políticamente en la situación, para proponer una alternativa creíble a las políticas bárbaras puestas en marcha y rechazadas por la casi totalidad de la sociedad. No llega por ello a plantear una salida política a la ola de cólera popular, que corre el riesgo de conocer una trayectoria "argentina": un levantamiento popular capaz de hacer caer al poder actual pero desprovisto de solución política de recambio.



Dos factores influyen con un peso particular en este estado de hecho. En primer lugar la profunda división, más exactamente el ambiente de guerra intestina, que reina entre sus dos principales componentes: el Partido Comunista (KKE) de una parte, envarado en una línea sectaria y nostálgica del pasado estalinista, que sigue siendo la fuerza dominante tanto en el plano electoral como militante, y la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), del otro, que plantea una marcha unitaria pero que tiene dificultades para encontrar una coherencia interna entre sus múltiples componentes y tendencias y tiende a replegarse sobre una proposición de unidad "minima", basada en un simple rechazo a la austeridad. Necesaria para la unidad de acción, tal base se muestra sin embargo insuficiente cuando se plantea la cuestión de una alternativa de poder.



Situadas ante este temible desafío, estas formaciones tienen grandes dificultades para formular propuestas precisas y razonablemente audibles sobre las cuestiones clave en las que se juegan la legitimidad de las políticas realizadas y la posibilidad de una lógica diferente, a saber la deuda y la cuestión del euro, y, más en general, de las relaciones con la UE. La línea mayoritaria en el seno de Syriza, y, sobre todo de su principal componente, Synaspismos, es proponer una renegociación de la deuda en el marco de la UE y de la zona euro, sin recurrir a la suspensión de pagos. La cuestión del euro o de la estructura antidemocrática y neocolonial de la UE están minimizadas y/o remitidas a un futuro indeterminado, cuando un "movimiento social europeo" haya cambiado la situación a nivel de toda la UE, o al menos de su núcleo. ¿Hay que precisar que estas propuestas están muy por detrás de las exigencias de la situación, son poco creíbles y que suscitan una creciente oposición interna?



Ante este callejón sin salida, corrientes importantes de Synaspismos (la "corriente de izquierdas" dirigida por el actual portavoz parlamentario de Syriza, Panagiotis Lafazanis /18) así como otros componentes de Syriza reagrupados en el Frente para la Solidaridad y la Ruptura (dirigido por el antiguo presidente de Synaspismos Alekos Alavanos) alzan el tono y rompen con el consenso europeísta. Defienden una renegociación de la deuda "a la Kirchner", llevada bajo la presión de un cese de pago a la iniciativa del país prestatario, acompañado de una salida del euro y de la nacionalización del sector bancario, que permitirían una devaluación de la moneda y una salida de la lógica de la "devaluación interna" (fundada en la bajada drástica del coste del trabajo) impuesta por las curas de austeridad. Además de los argumentos económicos, una ruptura con el euro y la lógica de las instituciones europeas, sin salida inmediata de la UE, es también juzgada necesaria por razones políticas: ¿cómo sacar al país de la tutela en que se encuentra actualmente y relanzar un funcionamiento democrático sin aceptar un desacoplamiento, aunque fuera parcial, de la UE y el restablecimiento de su soberanía nacional? Esta agenda está ya defendida por el reagrupamiento de la fuerzas de la extrema izquierda Antarsya, que ha conocido algunos éxitos electorales en las regionales y municipales de noviembre de 2010 (ver recuadro más abajo), y que defiende el cese de pago, la salida del euro y la nacionalización de los bancos como basamento de un programa de ruptura anticapitalista. Sin embargo, a pesar de importantes convergencias, un comienzo de reagrupamiento en el frente sindical /19 y una audiencia creciente, el "polo anti-UE" de la izquierda radical tiene dificultades para coordinarse y adquirir una visibilidad.



La situación está aún más fijada en el Partido Comunista. Tradicionalmente hostil a la UE, partidario de una salida de Grecia de la Unión, este partido se muestra sin embargo muy prudente sobre este terreno desde el comienzo de la crisis, subrayando que todos estos problemas, así como el de la deuda, no podrán ser resueltos más que una vez "derrocado el poder del capital monopolista" e instaurado el "poder popular", bajo la dirección, naturalmente, del partido. Esta retórica "izquierdista" sirve en realidad para justificar una práctica quietista en el plano de las movilizaciones, ante todo preocupada por rechazar toda forma de unidad de acción y acusando a Syriza (y a Antarsya) de ser "fuerzas oportunistas" que hacen "el juego de la burguesía y la UE".



En realidad, igual que los de Syriza, los dirigentes del KKE manejan un discurso radical, pero desencarnado, poniendo ante todo los ojos en los sondeos, que acreditan a la izquierda radical sus resultados más elevados desde los años 1970 (ver el recuadro más abajo). Parecen contentarse con este papel de receptáculo pasivo de la cólera popular, papel compartido que crea entre ellos un especie de extraña complicidad, más allá de la virulencia de las polémicas. Por decirlo de otra forma, lo que se encuentra excluido en los dos casos, aunque por caminos opuestos, es la idea de una alternativa que se construya sobre objetivos transitorios y responda concretamente a los problemas cruciales planteados por la crisis: deuda, pertenencia al euro, modelo económico, refundación democrática, independencia nacional y relaciones con la UE.



Es esta complicidad perversa la que explica que la propuesta de referéndum de Papandreu ha puesto en un primer momento tanto a Syriza como al KKE en una situación embarazosa, sobre todo cuando se ha visto que se plantearía la cuestión del euro y de una ruptura concreta con la jaula de hierro impuesta por la UE. En lugar del referéndum, que han acabado por apoyar llamando a un voto "no", Syriza y el KKE han preferido plantear la consigna de elecciones anticipadas. Y continúan haciéndolo, esperando transformar en escaños los resultados que les conceden las encuestas de opinión.



Esta gestión rutinaria de una situación extraordinaria, en todos los sentidos del término, se demuestra sin embargo preñada de peligros. La formación del gobierno Papademos, que sella el frente común de las clases dominantes griegas y europeas, coloca a la izquierda radical griega entre la espada y la pared. Lejos de ser una fuerza marginal, condenada a un papel testimonial, se ve ya investida de una responsabilidad propiamente histórica: construir un frente social y político capaz de aceptar el desafío lanzado por un adversario desestabilizado pero tanto más peligroso, dispuesto a todas las aventuras. Si no asume sus responsabilidades y se muestra incapaz de cambiar la situación, podría muy bien ser barrida de la escena, como lo han sido todas las fuerzas políticas, incluidas las de la izquierda radical, de los países que han sufrido ya la "estrategia del shock".



Esta responsabilidad, por lo demás, está lejos de ser una responsabilidad únicamente nacional. En un articulo estrepitoso, publicado el junio pasado en el New York Times, el historiador británico y especialista de historia griega contemporánea Mark Mazower, recordaba a todas las personas que no tienen ojos más que para la gloria de los Antiguos, que en el curso de los dos últimos siglos Grecia moderna se han encontrado en numerosas ocasiones "en la punta de la evolución europea" /18. Comprometiéndose en una guerra de independencia, que los propios griegos han llamado siempre la "revolución de 1821", fueron los primeros en romper el orden de la Santa Alianza. Con su "no" de 1940, sus victorias contra las tropas de Mussolini y su lucha masiva contra el ocupante, estuvieron en la vanguardia del combate antifascista. Y levantándose , hace 38 años, contra la dictadura de los coroneles, mostraron el camino a otros pueblos, del sur de Europa o de América Latina, que sufrían una opresión comparable. Quizá pues, recuperando ese hilo que atraviesa su historia moderna, Grecia de una vez más la señal del levantamiento europeo contra la opresión, esta vez contra la dictadura de los financieros, de los negociantes y de sus patéticos comisarios políticos.





* Stathis Kuvelakis es enseñante en filosofía política en el King´s College de la Universidad de Londres.













Las fuerzas políticas en Grecia: resultados electorales y tendencias recientes









Las últimas elecciones legislativas tuvieron lugar en octubre de 2009. El PASOK salió vencedor con el 44% de los votos, uno de sus mejores resultados desde los años 1990, y 160 escaños (de los 300 con que cuenta el Parlamento). Hay que señalar que diez diputados han desertado las filas del PASOK desde el voto del memorándum acordado entre el gobierno y la troika (BCE, UE, FMI), en mayo de 2010, de ellos siete han guardado su escaño, lo que lleva los efectivos del grupo parlamentario del PASOK a 153 diputados, que corresponde a los votos recibidos por el gobierno saliente de Papandreu en el voto de confianza del 4 de noviembre.



Nueva Democracia (derecha) obtuvo el 33,4% de los votos, el peor resultado de su historia. Con el 5,6% , la extrema derecha de LAOS (Reagrupamiento popular ortodoxo) progresó sensiblemente desde las elecciones precedentes (+1,8%)



Los ecologistas, que presentan un perfil "centro-izquierda moderno", social-liberal en las cuestiones económicas, han obtenido el 2,53%.



A la izquierda del PASOK, el Partido Comunista (KKE) obtuvo el 7,6%, en retroceso del 0,6% sobre los resultados de 2007, y la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) el 4,6% en retroceso de un 0,4% sobre sus resultados de 2007. Syriza reagrupa a una decena de componentes (que van del maoísmo al trotskismo pasando por sensibilidades "movimentistas") de los que la principal es Synaspismos (Coalición de Izquierdas), salida de dos escisiones sucesivas del KKE (1968 y 1991). Hay que señalar que una buena parte de las organizaciones de la izquierda radical y de la extrema izquierda griega han salido también de escisiones o salidas colectivas del KKE.



La extrema izquierda ha presentado tres listas, totalizando el 0,7%. La principal componente, Antarsya (0,36%) es un reagrupamiento de una decena de organizaciones, que ha registrado resultados a menudo significativos en elecciones municipales y regionales de 2010 (particularmente el 2,3% en la región capital y el 3% en la ciudad de Atenas). Estas elecciones han estado de una forma general marcadas por un ascenso de la izquierda radical, esencialmente del KKE, que ha pasado del 10 al 14,4% en la región capital (Atenas-Pireo y sus suburbios), que reagrupa un tercio del electorado total, y alcanza el 11% de los votos emitidos a nivel nacional.



Actualmente, los sondeos hacen aparecer una amplia desconfianza del electorado respecto a los partidos políticos, alrededor de un tercio de las personas encuestadas se niega a indicar una preferencia, y hay una clara tendencia a la fragmentación del paisaje político. Sobre la base de proyecciones efectuadas a partir de las respuestas dadas por las personas que indican una opción, la horquilla de las estimaciones es del 18% al 22% para el PASOK, del 30% al 33% para ND y del 6% al 8% para el LAOS, a los que conviene añadir el 2% que habitualmente goza la organización neonazi Aurora Dorada (que ha obtenido el 5% en Atenas en las municipales de 2010).



Las pequeñas formaciones de centro izquierda, son acreditadas del 3.% al 4% los ecologistas, y del 3% al 5% para la Izquierda Democrática, creada por disidentes de Synaspismos al que acusan de "deriva izquierdista". Syriza está estimada entre el 7% y el 10% , el KKE del 10% al 13% y Antarsya entre el 1% y el 2%. Sobre la base de estas estimaciones, ningún partido obtendría mayoría en escaños en el parlamento.











Notas



1/ Marx añadía esto, que suena extrañamente actual: "El déficit del Estado era precisamente el verdadero objeto de sus especulaciones y la fuente principal de su enriquecimiento. Cada año, un nuevo déficit. Cada cuatro o cinco años, un nuevo empréstito. Y cada nuevo empréstito brindaba a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar a un Estado mantenido artificialmente al borde de la bancarrota; éste no tenía más remedio que contratar con los banqueros en las condiciones más desfavorables". http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/francia/francia3.htm



2/ Según los datos disponibles, que son sobre 300 millardos de un total de 360 millardos de euros de la deuda soberana del país, 146 millardos, es decir cerca de la mitad, están en manos de los bancos e instituciones financieras de la UE, a los que se añaden 42 millardos en manos del FMI y los bancos de fuera de la UE, el resto, es decir alrededor de un tercio de la deuda total, cuya situación es conocida estando en manos de los bancos y otras instituciones griegas Cf. "Research on Money and Finance, Breaking Up ? A Route Out of the Eurozone Crisis", novembre 2011, p. 71. Documento disponible en http://www.researchonmoneyandfinance.org.



3/ El corresponsal de Libération lo ha visto bien: "la decisión de Papandreu (.) es el resultado de una erosión ineluctable del gobierno, que, tras dos años de una muy severa política de austeridad, se encuentra confrontado a una presión inaguantable. En la calle, como muestran las huelgas diarias en divesos sectores de la economía y los inmensos cortejos de manifestantes que bloquean regularmente las calles de Atenas, o en el Parlamento, donde la protesta ha ganado progresivamente las filas del PASOK", Philippe Cergel, « Papandréou, un pari fou », Libération, 2/11/2011.



4/ Sobre ese momento, cf. Stathis Kouvélakis, « Le chaudron grec », 20/6/2011, disponible aquí : http://alencontre.org/europe/le-chaudron-grec.html.



5/ Según las más serias estimaciones, las manifestaciones han reunido a alrededor de 300.000 personas en Atenas y al menos medio millón en el conjunto del país (que cuenta con 10,5 millones de habitantes). Los cortejos eran particularmente imponentes en las ciudades de provincias y la huelga ha paralizado al conjunto del sector público y la mayor parte de las grandes empresas. La casi totalidad del pequeño comercio y una buena parte de las PME se habían unido al movimiento por iniciativa de los patronos.



6/ Dimitris Kotsaridis, secretario de la Unión Local de Vironas (barriada de Atenas) del Sindicato de los Obreros de la Construcción, 53 años, ha muerto sin duda a causa de los problemas cardíacos probablemente desencadenados por los gases lacrimógenos lanzados por la policía en la confusión que siguió a los incidentes. La investigación sobre las circunstancias de su muerte está en curso.



7/ La fiesta nacional del 28 de octubre conmemora el "no" del gobierno griego al ultimatum lanzado por Mussolini en 1940. En la guerra greco-italiana que siguió, las tropas griegas, galvanizadas por un espíritu de resistencia que venía de abajo, lograron victorias brillantes en territorio albanés, las primeras de las fuerzas antifascistas en el conflicto mundial. Fue preciso el ataque de la Wehrmacht en la primavera de 1941 para doblegar la resistencia griega y lograr la ocupación del país por los ejércitos del Eje. Esa jornada es conmemorada por un desfile militar, previsto este año en Tesalónica, y por desfiles de bachilleres y cuerpos civiles en el conjunto de las municipalidades del país.



8/ Incluído el presidente de la República, Karolos Papulias, personaje simbólico, salido de la vieja guardia del PASOK, y bastante respetado. Su abandono de las tribunas oficiales en Tesalónica provocó la anulación del desfile militar, pero los estudiantes, los cortejos de civiles y los reservistas desfilaron, a menudo con el puño en alto, bajo las aclamaciones de la multitud.



9/ Alain Salles, « Le coup de poker de Georges Papandréou », Le Monde, 2/11/ 2011.



10/ Cf. Alexander Kentelenis et alii, « Health Effects Of Financial Crisis : Omens of a Greek Tragedy », The Lancet, vol. 378, n° 9801, 22 octobre 2011, p. 1457-1458, disponible aquí : http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2811%2961556-0/fulltext.



11/ Las citas de Gramsci son del cuaderno 13, § 23. Cf. Antonio Gramsci, Cahiers de prison. Cahiers 10, 11, 12, 13, Gallimard, 1978.



12/ Siendo el caso típico sin duda el de los gabinetes Bruning en la República de Weimar en declive, que abrieron el camino a la toma del poder por los nazis.



13/ Se trata del grupo constituído por los ministros de Educación Anna Diamantopulu, de la Salud, Andreas Loverdos y del vice ministro de Defensa Giannis Ragusis. En una tribuna común publicada el 16 de octubre, defendieron una puesta en marcha íntegra y dura de los paquetes de austeridad, defendida por una línea de enfrentamiento asumida con el movimiento sindical ("los corporatismos son nuestro adversario"), así como con quienes no defienden más que de forma "tibia" las medidas adoptadas, y dejado planear amenazas en cuanto a un eventual "masacre" si "la autoridad del Estado" no fuera rápidamente restablecida.



14/ Cf. Lucas Papademos, « Forcing Greek Restructuring Is Not The Answer », Financial Times, 23/10/ 2011.



15/ Declaraciones citadas en Clément Lacombe y Allain Salles, « M. Papadémos désigné premier ministre en plein chaos politique et économique », Le Monde, 12/11/ 2011.



16/ Cf. Naomi Klein, La stratégie du choc. La montée du capitalisme du désastre, Actes Sud, 2008.



17/ Cf. Antoine Schwarz, « La gauche française bute sur l'Europe », Le Monde diplomatique, junio 2011.



18/ Esta corriente ha recogido el 31% de los votos de los delegados en el 6ª congreso del partido en junio de 2010. Es ampliamente mayoritaria entre el ala sindical. Tres diputados de nueve, así como el electo de Syriza en el parlamento europeo están afiliados a esta corriente.



19/ Se trata de la Iniciativa de los Sindicatos de Base y de los Comités de Ciudadanos, una red de sindicalistas, ampliada a militantes de barrio e iniciativas ciudadanas, que reúne a los sindicalistas de la Corriente de izquierdas de Synaspismos, los de Antarsya y a los del Frente por la Solidaridad y la Ruptura. Sus cortejos sirven de punto de convergencia a las alas combativas del movimiento sindical.



20/ Mark Mazower, « Democracy's Cradle, Rocking the World », disponible en http://www.nytimes.com/2011/06/30/opinion/30mazower.html