domingo, 22 de enero de 2012

Chile - El nuevo integrante de INDAP ligado a la dictadura


20 DE ENERO DE 2012

El nuevo integrante de Indap ligado a la dictadura

Se trata del primer director del INIA durante la dictadura de Augusto Pinochet, Carlos Dulcic.

Fuente: EL MOSTRADOR

Dulcic es el padre de Juan Esteban Dulcic, quien desde octubre del 2002 hasta enero del 2009 se desempeñó como jefe de Recursos Humanos de Agrosuper, una de las tres empresas acusadas de colusión por parte de la Fiscalía Nacional Económica. Hoy, Juan Esteban es gerente de Recursos Humanos de Nestlé.

La unidad en la que aterriza su padre en Indap es dirigida por Ramón Arrau, hijo de quien fuera gerente de asuntos corporativos por 27 años de Agrosuper y director suplente de la Asociación de Productores de Pollo (APA), Ramón Arrau de la Cerda.

22 DE DICIEMBRE DE 2011

Venta de maquinarias, proyectos de riego y despido de un centenar de funcionarios

Las redes familiares y de negocios que complican la permanencia de Ariztía en el Indap

Porque tiene campos, porque produce maíz, porque es dueño de la mayor empresa de riego, porque financia a asociaciones gremiales donde participan su hijo o su tío, o a la mayor proveedora de insumos para el agro, uno de cuyos socios es su primo, cualquier decisión que tome Ricardo Ariztía en el Indap está al límite o en el corazón de un conflicto de interés. “Sí, soy Ariztía y a mucho honor”, dijo en su defensa, pero en su caso no es el apellido el problema, sino los cruces entre el organismo que dirige y sus negocios. El caso colusión de pollos, donde una de las acusadas es la empresa de su tío Manuel, lo puso bajo la lupa.

por XIMENA PÉREZ VILLAMIL

En el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) la pregunta que se hacen es cuánto tiempo más va a seguir Ricardo Ariztía de Castro como director. Y lo hacen con argumentos fundados. Su tamaño en el sector agrícola es tan grande que cualquier decisión del Indap se cruza con sus negocios. Los ejemplos abarcan un sinfín de aristas. A un mes de asumir eliminó el subsidio al maíz con el argumento de que se ocupaba mucho presupuesto en un solo sector. El problema es que él es un productor de maíz. Como dueño de 300  hectáreas de maíz en María Pinto, quiéralo o no, la medida roza uno de sus tantos negocios. Indap financiaba 10 mil hectáreas, casi un 10% del total sembrado en Chile (120 mil hectáreas), por lo que el impacto en el precio es importante al disminuir la competencia.

Para sumar otro grano: los principales compradores de maíz son Agrosuper, la avícola de su tío Manuel; Copeval, la proveedora de insumos para el agro de su primo Eugenio Ariztía Benoit, y el  mismo Ariztía. No importa si es beneficioso o no para sus parientes, o que Ariztía esté delante y detrás del mesón como productor y comprador de maíz, “la mujer del César no sólo debe serlo sino parecerlo”, como dice el refrán.

La medida terminó perjudicando a cinco mil pequeños agricultores que debieron reconvertir sus tierras con papas, cebollas y zapallos. Subió el volumen cultivado de estas hortalizas y bajó el precio. Los supuestos beneficiarios del Indap salieron para atrás.

Ariztía incrementó  el subsidio a los proyectos de riego. ¿Cuál es la principal empresa del rubro? Agroriego. ¿Quien es su dueño? Ariztía.

Mayor es el conflicto con los proyectos de riego que se adjudicaron Baracaldo Sur S.A. y Agrícola Baracaldo S.A, dos empresas a la que estuvo vinculado Ariztía, que recibieron $123 millones y $25 millones. La última es dueña de cinco mil hectáreas en María Pinto, comuna de la Región Metropolitana y una de las mejores zonas agrícolas del país. Ahí tiene plantadas 2.500 hectáreas de frutales, hortalizas y cultivos anuales, entre ellos, maíz.

Los conflictos de interés llegan hasta la Sociedad Nacional de Agricultura, de la que Ariztía fue presidente (1997 y 2000). El Indap suscribió un convenio por $65 millones para financiar reuniones y actividades de la mesa laboral agrícola que coordina el organismo. Su familia, además, tiene presencia en la asociación gremial: su hijo Ricardo Ariztía Tagle y su primo Eugenio Ariztía Benoit son miembros del consejo. También su socio en Subsole –una de las 10 mayores exportadoras- Miguel Allamand Zavala, hermano del ministro de Defensa. El mismo director del Indap y su tío Ricardo Ariztía Ruiz son consejeros honorarios.

Cuando el 30 de noviembre 105 funcionarios del Indap supieron que no se les había renovado el contrato, la molestia por los conflictos de interés de su jefe creció. Además, la noticia fue conocida justo un día antes de que la Fiscalía Nacional Económica anunciara la investigación por colusión de Super Pollo (Gonzalo Vial), Ariztía (Manuel Ariztía) y Don Pollo (Ramón Covarrubias). Entonces salieron a relucir los cruces: el subdirector Juan Carlos Domínguez Covarrubias trabajó entre 2002 y 2009 en Empresas Ariztía, cuyo dueño, Manuel Ariztía, es tío del director de Indap. El ingeniero agrónomo renunció a su cargo cuatro días después, aunque su decisión estaba tomada desde antes. Ramón Arrau García de la Huerta, asesor de Ricardo Ariztía, es hijo de quien fuera gerente de asuntos públicos de Agrosuper durante 27 años. Y por último, Federico Errázuriz Tagle, el jefe de gabinete del subsecretario Álvaro Cruzat, fue jefe del área de pavos de Empresas Ariztía.

Ariztía es primo hermano de Eugenio Ariztía Benoit, uno de los principales accionistas de Copeval. ¿A qué se dedica esta empresa? A la venta de maquinaria, semillas, fertilizantes y equipos de riego, entre otros. Y es el principal actor en el otorgamiento de créditos para el sector agrícola. Cualquier decisión que tome el Indap respecto de los  $50 mil millones de créditos que dispone para los pequeños agricultores, afecta a su pariente para bien o para mal.

Hay  otra disposición que se relaciona directamente con Copeval: el Indap financiará principalmente motocultivadores –arados con motor- quitándole al pequeño agricultor la libertad de elección del tipo de maquinaria para trabajar  la tierra. ¿Cuál es la principal distribuidora de motocultivadores? Copeval. El argumento económico es que, al optar por un solo tipo de maquinaria, se logran economías de escala por el mayor volumen de compra.

El sistema diseñado para escoger a los proveedores de motocultivadores no es través de una licitación en la que haya competencia para elegir las ofertas más convenientes técnica y económicamente. Son los mismos proveedores los que envían sus especificaciones técnicas y son las autoridades del área de fomento quienes eligen bajo su criterio cuál es el mejor. En este momento están haciendo la selección y Copeval podría correr con ventaja.

LAS PLATAS PARA FINANCIAR A LA APA Y LA SNA

En Indap existe un programa llamado “alianzas productivas” en el que participaban 4 mil productores. Ariztía lo aumentó a 10 mil y la idea es llegar a 40 mil. ¿Cómo operan estas alianzas? El Indap financia asesoría técnica, es decir, un agrónomo que revisa plantaciones, aconseja sobre riego, fertilizantes para mejorar la calidad de los cultivos y también incluye financiamiento para infraestructura y equipamiento. Siempre y cuando le entreguen su producción a la agroindustria, que abarca muchísimos sectores: lechería, ganadería, vitivinicultura y congelados. Entre las empresas de este sector destacan Agrosuper, Carnes Ñuble, Soprole, Nestlé y Copeval como comprador de trigo.

¿Quiénes ganan con estas alianzas? Los dueños de estas grandes compañías que con recursos del Estado cubren el riesgo tecnológico de sus proveedores, porque se aseguran de que van a contar con una buena materia (uva, fruta, ganado, entre otros) y a menor costo, gracias al subsidio del Indap.

Copeval recibió recursos del Indap para financiar estas “alianzas productivas”: $29,8 millones para la región del Bío Bío y $39,5 millones para La Araucanía, según publicó el diario digital Cambio21. Con ese dinero Copeval va a pagar a los agrónomos y a financiar equipos de riego, fertilizantes y equipamiento y podría caber el peligro de que recomiende los productos que vende.

Los conflictos de interés llegan hasta la Sociedad Nacional de Agricultura, de la que Ariztía fue presidente (1997 y 2000). El Indap suscribió un convenio por $65 millones para financiar reuniones y actividades de la mesa laboral agrícola que coordina el organismo. Su familia, además, tiene presencia en la asociación gremial: su hijo Ricardo Ariztía Tagle y su primo Eugenio Ariztía Benoit son miembros del consejo. También su socio en Subsole –una de las 10 mayores exportadoras- Miguel Allamand Zavala, hermano del ministro de Defensa. El mismo director del Indap y su tío Ricardo Ariztía Ruiz son consejeros honorarios. Y hay otros tres consejeros de apellido Ariztía.

Tratándose de entidades cuyos socios no tienen, precisamente, problemas económicos, llama la atención. Y más cuando no es una. También hay otro convenio con la Asociación de Productores de Pollo (APA), la que, según la FNE, debe disolverse por su rol coordinador en el cartel avícola. Lo que persigue este acuerdo por tres años prorrogables es mejorar la calidad sanitaria de los pollos con la contratación de expertos para investigación e higiene, cosa de evitar contagios como el de la gripe aviar que provocó una hecatombe en la industria. También incluye giras nacionales e internacionales.

“Sí, soy Ariztía y a mucho honor lo tengo (el apellido), pero en nada tiene que ver con la actividad de cada uno. En un mundo moderno, las actividades se miden por sus actos, no confundamos”, dijo en su defensa. Y tiene razón: su problema no es el apellido sino los cruces entre el organismo que dirige y sus negocios.

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