miércoles, 21 de diciembre de 2011

Debates en la izquierda: Elecciones en la FECH


ELECCIONES DE LA FECH EN 1948 Y 2011: UN MUNDO DE DISTANCIA
Jorin Pilowsky

(Polémica entre compañeros de ideales)

Estimado Miguel:

    Tu texto “En donde se cuenta como el anticomunismo le escamoteó a la Jota otras elecciones de la FECH” se ha difundido profusamente más allá del círculo de tus familiares y amigos. Tanto aquí como en Europa, lectores que nos conocen creen que - en calidad de testigo sobreviviente – comparto plenamente tus reflexiones. Además, tu artículo sobre la FECH y los de otros compañeros circulan profusamente por las redes de izquierda. Todos quieren saber, opinar y participar.
    Emociones muy profundas, derivadas del recuerdo de acontecimientos de esa época y de los años brutales de la dictadura, han dificultado una pronta reflexión sobre mis coincidencias y profundas discrepancias con tu pensamiento. Somos sobrevivientes de una gran tragedia en la cual compañeros nuestros fueron torturados, hechos desaparecer, internados como tú en un campo de concentración, encarcelados, expulsados de sus fuentes laborales y exiliados. No podemos olvidar que Fernando Ortíz, Mario Zamorano, Cepeda y Daniel Palma, entre otros compañeros con los cuales luchamos y compartimos ideales, hayan “desaparecido” luego de pasar por el infierno de la DINA. Sin embargo, como somos pocos los sobrevivientes de esa época tengo el deber de testimoniar en este debate histórico. 

Coincidencias con Miguel.-

    Coincido con tu relato histórico que abarca las tres primeras páginas de tus reflexiones. Es efectivo y me consta que en 1948 bajo la represión desatada por el gobierno de González Videla, las tentativas unitarias de los universitarios comunistas para constituir una lista de izquierda unida a las elecciones de la FECH fracasaron. Los compañeros del PS – que no habían votado por González Videla – se negaron a tal propósito y levantaron la candidatura de Carlos Altamirano, que obtuvo apenas unos 200 votos.

   Tus elogios sobre la actuación de los estudiantes comunistas de la “U” en 1948 no son sueños nostálgicos. Luchamos por la derogación de la “Ley maldita”, las libertades públicas, el cierre de Pisagua, denunciamos la “guerra fría” y conquistamos una “semilegalidad” en la “U”, que pasó a ser “territorio libre” en el Chile de la época. Esta situación se reflejó en el éxito que obtuvo la “JOTA”: elegimos a Fernando Ortiz y Jorin Pilowsky como miembros del Comité Ejecutivo de la FECH.

Testimonios complementarios.-

   Comparto el relato de Miguel sobre la forma en que los estudiantes comunistas enfrentamos el desafío de las elecciones de la FECH. No obstante, hay que hacer hincapié en la lucha ideológica que dimos en esa época contra nuestros adversarios más inteligentes: los compañeros de la Falange Nacional, que contraponían su concepción del mundo a nuestros fundamentos marxistas. Memorables fueron los debates que sostuvimos, encabezados por Fernando Ortíz, con jóvenes intelectuales de la talla de Jacques Chonchol, Julio Silva Solar, Ignacio Alvarado y otros.

    En esa época no sólo defendíamos la doctrina de Marx y Engels. Elogiábamos fervorosamente la concreción de sus ideas emancipadoras en la URSS, sociedad que había abolido la explotación del hombre por el hombre y que era un paraíso de la humanidad trabajadora. La revolución china, la “larga marcha” de Mao y su ejército campesino eran parte de nuestros encendidos discursos revolucionarios.

Discrepancias con el compañero Miguel.-

   A partir de la página 4, bajo el título “El anticomunismo aparece nuevamente”, surgen nuestras discrepancias que se resumen en los siguientes puntos:

a)     Atribuyes al anticomunismo primitivo de la derecha, a la “astucia centenaria” de “El Mercurio,”  a las maniobras del gobierno y a la izquierda autónoma (listas E, A, I, C y F) la derrota de Camila y un grave daño a la unidad del movimiento estudiantil.

Creo que incurres en una grave contradicción: Señalas que la derecha logró un 12% de apoyo y a renglón seguido - al igual que el compañero Tellier, pero no la unitaria Camila - esa misma derecha débil y repudiada por el 85% del electorado fue capaz de traspasar votos que determinaron el triunfo de Boric. Al respecto, cabe citar al compañero Ricardo Wilhelm, experto electoral desde los tiempo de la UP, quien, junto con valorar tu descripción histórica de los sucesos de 1948, te escribe literalmente “en cuanto a los resultados de la elección, es verdad lo de la campaña y su orquestación, sin embargo las cifras no avalan que el triunfo de Boric sea producto de los votos de derecha; aún sin ellos, gracias a los votos de las listas de izquierda y centro izquierda y una mayor votación el segundo día, lograría la primera mayoría”.

En último análisis, Camila Vallejo en conferencia de prensa declaró, en un gesto que  la enaltece, que Boric no fue elegido con votos de la derecha.

b)    Entre 1948 y 2011 hay un mundo de diferencias.

Para ir a lo concreto, no existe la URSS ni el “campo socialista”. China no es un ejemplo que la juventud chilena pueda homologar con una sociedad socialista libre de la explotación del hombre por el hombre. El poderoso movimiento comunista internacional tampoco existe: por ejemplo, en Francia el PC ha bajado de un 30% al 2% del electorado, el PC italiano se disolvió, el PC chileno y muchos izquierdistas como yo, que votamos por los compañeros Hirsch y Arrate, apenas bordeamos el 5%

¿Le ha explicado el PC chileno a nuestro pueblo por qué se hundió la URSS sin que los 20 millones de militantes del PCUS ni los millones de obreros soviéticos salieran a defender a la “Patria del Socialismo”?

Desde el punto de vista ético e ideológico la dirección del PC chileno tiene una deuda      histórica. Jamás se ha referido, desde un punto de vista marxista, al stalinismo como una perversión burocrática que asesinó a los más brillantes revolucionarios de 1917 y a millones de comunistas en el mundo. Más aún, “El Siglo” jamás publicó el informe de Nikita al XX Congreso del PCUS y sostuvo que era un engendro de la CIA.

¿Sólo los anticomunistas primitivos (terratenientes, banqueros, agentes de la CIA y el imperialismo, etc.) condenaron la intervención del Ejército Rojo y sus aliados en  Checoslovaquia y Afganistán? El compañero Allende condenó en el Senado esos brutales atentados contra la libre determinación de esos pueblos y sostuvo que los socialistas chilenos no eran “colonos mentales de nadie”.

¿Son “anticomunistas” los universitarios de izquierda que buscan un cauce nuevo para sus inquietudes y militancias y sueñan con una sociedad más justa y humana?

¿Somos “anticomunistas” quienes hemos votado por los candidatos del Juntos Podemos Más y hoy consternados verificamos que el PC abandona a sus aliados de izquierda y pacta con una Concertación repudiada por todo el pueblo?. Cabe destacar que la lista de la Concertación obtuvo en la FECH 509 votos, es decir un magro 3,8%.

Por ser hoy “opositores”, ¿los dirigentes de la Concertación y sus parlamentarios “binominales” han dejado de ser neoliberales o han renunciado a sus cargos de directores de grandes empresas y bancos?

¿Quiénes, con las manos en alto, unidos a lo más rancio del pinochetismo engañaron a los Pingüinos?


¿Quiénes toleraron las sucesivas colusiones de las farmacias, de los productores de pollos y el escándalo de La Polar, con grave desmedro para los trabajadores y la clase media chilena?

Los  elementos oportunistas y corruptos de la concertación, hoy “opositores”, NO son leales aliados de las masas populares y de la clase media.

c)     Al igual que tu, aspirábamos a que Camila Vallejo hubiese sido reelegida a la cabeza de una sola gran lista de toda la izquierda universitaria.

Ignoramos por qué este objetivo no se logró. ¿Por sectarismo de quién?

d)   Sostienes que Gabriel Boric representa al “infantilismo revolucionario “

Esta afirmación y la denuncia de que fue elegido gracias a la derecha, “El Mercurio” y el gobierno, no tienen ningún fundamento. Son muy graves y no probadas. Los trabajadores y la clase media están conscientes que la actual institucionalidad (Pinochet-Lagos) sólo sirve a una minoría que los oprime cada día más. Las luchas estudiantiles han contribuido a fortalecer esa convicción.

El repudio a esa institucionalidad no es patrimonio de los “ultras”, sino tarea común del pueblo de Chile que debe dotarse de una Constitución Política democrática y participativa.

Los compañeros y amigos del P.C. no son  los depositarios de la verdad. Deben ganarse el respeto del resto de las izquierdas. Hoy no existe el vaticano stalinista que les otorgaba la aureola de pureza ideológica y de infalibilidad.

En conclusión, las elecciones de la FECH han demostrado que no hay una sola izquierda. Hoy existen “las izquierdas” para bien y para mal del movimiento popular.  Nadie debe sentirse “víctima” cada vez que surgen legítimas “discrepancias en el seno del pueblo”. Nadie debería transformarse en “anti”  por el  hecho de discrepar.

Aprendamos de los viejos bolcheviques.-

A propósito de la cita de Lenin, recordemos que los viejos bolcheviques armonizaron la fraternidad revolucionaria con épicas, complejas y ardientes polémicas.

Nuestras discrepancias no empañan el afecto y la admiración que muchos te profesamos por tu trayectoria política, en particular el temple que demostraste en el campo de concentración  de la Isla Dawson.

            Un abrazo,
                Jorin.

P.D.- Para los que no conocen el texto de Miguel Lawner, se adjunta a mi respuesta como principio de honestidad intelectual.
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EN DONDE SE CUENTA COMO EL ANTICOMUNISMO LE
ESCAMOTEÓ A LA JOTA OTRAS ELECCIONES DE LA FECH
Miguel Lawner

Octubre de 1948: elecciones de la FECH en medio de una encarnizada represión anticomunista desatada por el Presidente González Videla, quién logra el respaldo del Parlamento para la aprobación de la Ley de Defensa de la Democracia, bautizada por el pueblo como Ley Maldita, mediante la cual se proscribió al Partido Comunista, se borró de los Registros a 20.000 electores, y se exoneró de la administración pública a miles de empleados. Además, el gobierno instaló  un campo de concentración en Pisagua, al cual fueron confinados unos tres mil dirigentes políticos, sociales y sindicales.
El   ensañamiento del presidente traidor alcanzó incluso a Pablo Neruda, al impulsar su desafuero del Senado y desatando posteriormente una frenética cacería con el propósito de someterlo a proceso, acusado del delito de injurias y calumnias contra el Presidente de la República.

Solo la Universidad se salvó de la razzia desencadenada sobre el resto de las instituciones nacionales. Los estudiantes universitarios comunistas despertaron la admiración popular por su coraje para enfrentar al tirano, pero no pudieron impedir su aislamiento político, cuando llegó el momento de enfrentar las elecciones de la FECH.
Presionados por el gobierno,  las demás organizaciones de izquierda evitaron configurar una lista unitaria, y a la Jota no le quedó más remedio que postular sola, levantando las candidaturas de Fernando Ortiz, a Presidente, el estudiante de Derecho Jorín Pilowsky como Vicepresidente y el de Medicina Alejandro Jaque como Secretario General.

Enfrentados a tan enorme desafío, los estudiantes comunistas  desarrollaron una increíble creatividad. Nunca las elecciones de la FECH, otrora demasiado circunspectas,  habían conocido tal huracán de iniciativas novedosas.
Los de Arquitectura y de Artes Aplicadas colgamos en los muros de cada Escuela, bellos afiches, todos diferentes, pintados  por nosotros mismos sobre grandes láminas de papel Manila, que debíamos renovar diariamente al ser desprendidos por nuestros adversarios. Otro equipo de compañeros distribuía numerosos volantes  impresos a mimeógrafo en agotadoras jornadas nocturnas,  para ser repartidos de madrugada en todas las escuelas.
Hasta ideamos una canción adaptando a La Raspa, una melodía popular de la época, la siguiente letra:

                        Ortiz, Pilowsky y Jaque, la FECH van a ganar.
                        Ortiz, Pilowsky y Jaque la FECH van a ganar,
Alvarado se hace a’un lado,
Galilea no va’la pelea,
Barzelatto queda p’al gato y
a Altamirano se le pasa la mano. ([1])

Al igual que ahora, las elecciones se efectuaban durante dos días, con escrutinios públicos al término de la primera jornada, ya que, si la votación del primer día se hubiera depositado en alguna de las oficinas de la FECH, sin escrutarla, nadie respondía por su inviolabilidad, quedando expuesta al acceso de eventuales duendes empeñados en adulterar los resultados.

El  Tribunal Calificador de Elecciones funcionaba en una suerte de piso ático del edificio de  la FECH, ubicado en la esquina de la Alameda con calle Londres, donde hoy se levanta el Hotel San Francisco. Nuestro representante ante el Tricel era Pablo Poblete Larraín, egresado de Derecho. Era un hombre menudo, más bien bajo, muy delgado, pulcramente vestido, rubio, con el pelo engominado, casi un fideo de mirada penetrante y pocas palabras, que cualquiera podía aventar de un soplido. Pero investido de tan importante responsabilidad, Pedrito llegaba portando una pistola terciada sobre su pecho, y se sentaba frente a la mesa escrutadora despojado de su chaqueta, no dejando dudas de ser portador de un arma de fuego.
Comprenderán el pavor desatado en el ambiente, y la imposibilidad de impugnar sin razones, algún voto en nuestro favor.

Oh sorpresa!
Finalizado el cómputo de la primera noche, resultó que la lista de la Jota aparecía encabezando la votación con unos 900 votos. Comprenderán que el universo electoral era mucho menor que el actual.
La lista de la Falange Nacional encabezada por el egresado de medicina José Barzelatto ocupaba el segundo lugar a unos 200 votos de distancia, en seguida la derecha presidida por el estudiante de Leyes Raúl Galilea y últimos con escaso apoyo, socialistas y radicales.

Conocidos los cómputos, los jóvenes conservadores y falangistas cruzaron al frente, rumbo al restaurante Don Bosco, fraguando esa misma noche un pacto mediante el cual, la derecha se comprometió a  solicitar a sus simpatizantes el apoyo a la lista de la Falange Nacional en la votación del próximo día,  a fin de impedir la inminente victoria de las Juventudes Comunistas. 
La decisión no fue fácil para los conservadores, ya que los jóvenes falangistas habían emigrado tiempo antes del viejo tronco conservador, buscando una opción política renovadora. Para la derecha, se trataba de pájaros que habían emporcado su propio nido, pero el terror a los comunistas,  los hacía comulgar con cualquier rueda de carreta. ([2] )

El resultado final arrojó el triunfo  de Barzelatto, ungido Presidente de la FECH, con Juan Hamilton como vicepresidente, superando a la JOTA por muy leve margen. Fernando Ortiz resultó electo como miembro de la mesa directiva.
En Agosto de 1949 se produjo una primera rearticulación del movimiento popular, motivada por  una sostenida ola de alzas en los precios del consumo básico. El alza en la locomoción colectiva desde un peso cuarenta a un peso sesenta  encendió la hoguera, generando  un cuadro de movilizaciones sociales que afectaron a la capital durante nueve días consecutivos. Es el suceso que pasó a la historia como la huelga de la chaucha, expresión con la cual se conocía entonces a la moneda de 20 centavos.

Los estudiantes salimos inmediatamente a las calles expresando nuestro rechazo al alza de las micros. Santiago se conmovió por manifestaciones que fueron creciendo a lo largo de los días, amenazando seriamente la estabilidad del régimen. Los dirigentes de la FECH José Tohá y Fernando Ortiz encabezaron las protestas desarrolladas en plena Alameda de las Delicias.
Como era previsible, el gobierno y la prensa  reaccionaria atribuyeron  los disturbios a un plan sedicioso fraguado por los comunistas. El Ministerio del Interior emitió un comunicado señalando que “ el Partido Comunista unido a elementos que son aliados y cómplices, intentan producir, como ya se había previsto, la subversión del orden público, atacando a personas y la propiedad privada, y agrediendo a la fuerza pública”. ([3].)

El jueves 18 de Agosto, Santiago amaneció sitiado por las fuerzas armadas. La represión había arrojado un saldo de varios muertos, decenas de heridos a bala o apaleados por los pacos y numerosas personas arrestadas a lo largo del país.
La huelga de la chaucha acentuó el desprestigio del gobierno y marcó la recuperación del movimiento popular. Como efecto inmediato, las movilizaciones precipitaron la caída del gabinete, iniciada con la renuncia del promotor de las alzas en el pasaje de las micros: el Ministro de Hacienda Jorge Alessandri Rodríguez.

En el plano estudiantil, las luchas callejeras estrecharon la unidad política de la Izquierda,  trayendo consigo  la creación del FAU (Frente de Avanzada Universitaria), coalición que recuperó la FECH en las elecciones efectuadas ese mismo año,  eligiendo a José Tohá, socialista, presidente, Lucho Dodds, radical como vicepresidente y a Fernando Ortiz, comunista en calidad de secretario general.

El FAU debe considerarse como el verdadero origen del Frente del Pueblo, alianza política que postuló por primera vez la candidatura de Salvador Allende en 1952. Fue el inicio de un paciente proceso de acumulación de fuerzas y de luchas, que concluyó 20 años más tarde con el triunfo de la Unidad Popular en Septiembre de 1970.


El anticomunismo aparece nuevamente

La elección de la FECH efectuada días atrás, confirma que el  anticomunismo  sigue siendo  una fórmula recurrente por la derecha, atizando la división entre las fuerzas de izquierda, a fin de  hacer imposible algún cambio significativo en cualquier ámbito de las luchas sociales y políticas.

Las movilizaciones sociales de este año, encabezadas por la CONFECH, alcanzaron una fuerza y magnitud sorprendentes. Cubrieron las principales ciudades del país y se sostuvieron durante largos meses, no obstante las amenazas de cancelar matrículas, o cerrar el año escolar. Concitaron un apoyo popular abrumador, confirmado por sucesivas encuestas que marcaron un 80% de apoyo a  las demandas estudiantiles y alcanzaron notable resonancia a nivel internacional.
Esto fue posible por la unidad del movimiento estudiantil que posicionó en la opinión pública la necesidad de  recuperar el derecho de acceder a una educación libre y de calidad para todos los chilenos, y el  éxito debe atribuirse en gran medida a la conducción de quienes lideraron las manifestaciones combinando la fuerza con el sentido común, manejando sólidas argumentaciones, incorporando creatividad, belleza y humor en las manifestaciones. Se trata de los voceros de la CONFECH Camila Vallejo y Giorgio Jackson, erigidos en  emblemáticas figuras nacionales.

Las recientes elecciones de la FECH fueron una oportunidad propicia para apuntar contra Camila Vallejo, quién no ocultó jamás su filiación como militante de las Juventudes Comunistas.  

El Mercurio, con su astucia centenaria, se encargó en los días previos a los comicios  de otorgar amplia cobertura a sectores autónomos de la Izquierda, quienes criticaron a Camila por acatar supuestas instrucciones del Partido Comunista, afectando la independencia del movimiento estudiantil y culpándola además, por  negociar la solución del conflicto  en el Parlamento
Todos los fuegos fueron dirigidos contra Camila.

Conocido los escrutinios al término del primer día de votación, al igual que en 1948, se tramó un golpe de gracia.  Hasta hoy día, no se han desmentido comentarios de prensa según los cuales el gremialismo habría acordado ceder sus votos a favor de Gabriel Boric, a fin de impedir la victoria de la lista encabezada por Camila.
Todos los titulares de prensa y televisión una vez concluida la elección destacaron con grandes caracteres: BORIC DERROTA A CAMILA. No hay ningún análisis objetivo del resultado electoral.

La verdad es que las elecciones dejan en claro lo siguiente:
1.- El universo electoral casi dobló el de años anteriores, alcanzando a 14,000 votos. Las Juventudes Comunistas (Lista J ) casi duplicaron la votación lograda un año antes, logrando 3.864 sufragios.
2.-  De las nueve listas participantes, 2 representaban a la Derecha: el Gremialismo (lista H) que obtuvo 962 votos, y la Centro derecha (lista B), que logró 703. En resumen, la Derecha logró un 12% de apoyo.
3.- La Concertación estuvo representada por la lista D, que sumó  solo 509 votos, es decir, un magro 3,8%
4.- Las otras cinco listas representan a sectores de la Izquierda autónoma desde trotzkistas (lista E con 359 votos), anarquistas (lista A con 257 votos),
Lista I: Luchar, creando Universidad Popular, con 1.816 votos. Lista C: Nueva Izquierda: con 757 sufragios, y los ganadores: Lista F, Creando Izquierda con 4.043 sufragios.

Analizados estos resultados, se concluye que un 85% del electorado apoyó a agrupaciones de la Izquierda, cuyos planteamientos respecto al sistema educacional son similares. La diferencia está en los métodos para lograr sus objetivos, pero el contenido de sus programas es análogo y coincide con el anhelo de las grandes mayorías nacionales.
El resultado electoral es una advertencia definitiva para el gobierno, de que no le será fácil eludir el clamor generalizado respecto a iniciar ahora un cambio estructural en el sistema educacional chileno.
La Derecha cuenta con un respaldo estudiantil marginal y los sectores que representan a la Concertación prácticamente han desaparecido, cosechando el rechazo del estudiantado a la complacencia de los gobiernos concertacionistas con el modelo educacional ideado por los Chicago Boys.

Ninguno de los grandes medios de comunicación de nuestro país ha realizado este análisis objetivo de la elección, ilimitándose a enfatizar una y otra vez la derrota de Camila Vallejo, cuya votación personal, por lo demás, es abrumadoramente alta.

El presidente electo de la FECH, Gabriel Boric, ha hecho declaraciones señalando que nuestros adversarios están en el gobierno y el Parlamento.
Esta es una afirmación típica de infantilismo revolucionario. ([4])
Prescindir del gobierno y el Parlamento significa apostar por una eventual ruptura institucional y está claro que las condiciones objetivas en Chile están lejos de haber madurado como para llegar a semejante situación.
La historia de Chile demuestra que mediante la fuerza de los movimientos sociales y políticos,  es posible arrancar del Parlamento y de los gobiernos de turno legislaciones avanzadas. Mencionemos, entre otras: La Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, La Ley de la Reforma Agraria, y la Ley de Nacionalización del Cobre.

El movimiento estudiantil y social,  ha quedado como una asignatura pendiente para el próximo año.  Confiamos que la nueva directiva de la FECH pueda contribuir a conducirlo, con tanta capacidad y sentido común, como lo realizado por sus antecesores durante el presente año.


Miguel Lawner
10 de Diciembre de 2011.


[1] Ignacio Alvarado, distinguido dirigente de la Falange Nacional, partido que más tarde tomó el nombre de Democracia Cristiana. Galilea, dirigente derechista, José Barzelatto, candidato falangista y Carlos Altamirano, dirigente socialista, más tarde Secretario General de su partido  y Senador de la República.
[2] La historia se repitió en Enero de 1964, con ocasión de la elección complementaria de un diputado por la provincia de Curicó, en la cual resultó sorprendente la victoria alcanzada por Oscar Naranjo, socialista, candidato del FRAP, coalición de la izquierda unida que había levantado nuevamente la candidatura de Salvador Allende en las elecciones presidenciales a desarrollarse en Septiembre de ese año.
Conocidos los resultados, de regreso a Santiago los dirigentes de la Derecha y de la Democracia Cristiana se detuvieron en el popular restaurante Juan y Medio, acordando esa misma noche, el retiro del candidato de la Derecha Julio Durand, para sumar sus votos al demócrata cristiano  Eduardo Frei Montalva e impedir así el triunfo de Salvador Allende, tal como efectivamente ocurrió. El anticomunismo fue una vez más el pretexto para justificar semejante pacto.
[3] El Mercurio, 17 de Agosto de 1949.
[4] Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”. Editorial Progreso Moscú.
               Ver en especial Capítulo VII : ¿Debe participarse en los Parlamentos Burgueses?

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