ELECCIONES
DE LA FECH EN
1948 Y 2011: UN MUNDO DE DISTANCIA
Jorin Pilowsky
(Polémica entre compañeros de ideales)
Estimado Miguel:
Tu texto “En donde se cuenta como el
anticomunismo le escamoteó a la Jota
otras elecciones de la FECH ”
se ha difundido profusamente más allá del círculo de tus familiares y amigos. Tanto
aquí como en Europa, lectores que nos conocen creen que - en calidad de testigo
sobreviviente – comparto plenamente tus reflexiones. Además, tu artículo sobre la FECH y los de otros
compañeros circulan profusamente por las redes de izquierda. Todos quieren
saber, opinar y participar.
Emociones muy profundas, derivadas del
recuerdo de acontecimientos de esa época y de los años brutales de la dictadura,
han dificultado una pronta reflexión sobre mis coincidencias y profundas discrepancias
con tu pensamiento. Somos sobrevivientes de una gran tragedia en la cual
compañeros nuestros fueron torturados, hechos desaparecer, internados como tú
en un campo de concentración, encarcelados, expulsados de sus fuentes laborales
y exiliados. No podemos olvidar que Fernando Ortíz, Mario Zamorano, Cepeda y
Daniel Palma, entre otros compañeros con los cuales luchamos y compartimos
ideales, hayan “desaparecido” luego de pasar por el infierno de la DINA. Sin embargo, como somos
pocos los sobrevivientes de esa época tengo el deber de testimoniar en este
debate histórico.
Coincidencias
con Miguel.-
Coincido con tu relato histórico que abarca
las tres primeras páginas de tus reflexiones. Es efectivo y me consta que en 1948
bajo la represión desatada por el gobierno de González Videla, las tentativas
unitarias de los universitarios comunistas para constituir una lista de
izquierda unida a las elecciones de la
FECH fracasaron. Los compañeros del PS – que no habían votado
por González Videla – se negaron a tal propósito y levantaron la candidatura de
Carlos Altamirano, que obtuvo apenas unos 200 votos.
Tus elogios sobre la actuación de los
estudiantes comunistas de la “U” en 1948 no son sueños nostálgicos. Luchamos
por la derogación de la “Ley maldita”, las libertades públicas, el cierre de
Pisagua, denunciamos la “guerra fría” y conquistamos una “semilegalidad” en la
“U”, que pasó a ser “territorio libre” en el Chile de la época. Esta situación
se reflejó en el éxito que obtuvo la “JOTA”: elegimos a Fernando Ortiz y Jorin
Pilowsky como miembros del Comité Ejecutivo de la FECH.
Testimonios
complementarios.-
Comparto
el relato de Miguel sobre la forma en que los estudiantes comunistas
enfrentamos el desafío de las elecciones de la
FECH. No obstante, hay que hacer hincapié
en la lucha ideológica que dimos en esa época contra nuestros adversarios más
inteligentes: los compañeros de la Falange
Nacional , que contraponían su concepción del mundo a nuestros
fundamentos marxistas. Memorables fueron los debates que sostuvimos,
encabezados por Fernando Ortíz, con jóvenes intelectuales de la talla de Jacques
Chonchol, Julio Silva Solar, Ignacio Alvarado y otros.
En esa época no sólo defendíamos la
doctrina de Marx y Engels. Elogiábamos fervorosamente la concreción de sus
ideas emancipadoras en la URSS ,
sociedad que había abolido la explotación del hombre por el hombre y que era un
paraíso de la humanidad trabajadora. La revolución china, la “larga marcha” de
Mao y su ejército campesino eran parte de nuestros encendidos discursos
revolucionarios.
Discrepancias
con el compañero Miguel.-
A partir de la página 4, bajo el título “El
anticomunismo aparece nuevamente”, surgen nuestras discrepancias que se resumen
en los siguientes puntos:
a) Atribuyes
al anticomunismo primitivo de la derecha, a la “astucia centenaria” de “El
Mercurio,” a las maniobras del gobierno
y a la izquierda autónoma (listas E, A, I, C y F) la derrota de Camila y un
grave daño a la unidad del movimiento estudiantil.
Creo que
incurres en una grave contradicción: Señalas que la derecha logró un 12% de
apoyo y a renglón seguido - al igual que el compañero Tellier, pero no la
unitaria Camila - esa misma derecha débil y repudiada por el 85% del electorado
fue capaz de traspasar votos que determinaron el triunfo de Boric. Al respecto,
cabe citar al compañero Ricardo Wilhelm, experto electoral desde los
tiempo de la UP ,
quien, junto con valorar tu descripción histórica de los sucesos de 1948, te escribe
literalmente “en cuanto a los resultados de la elección, es verdad lo de la
campaña y su orquestación, sin embargo las cifras no avalan que el triunfo de
Boric sea producto de los votos de derecha; aún sin ellos, gracias a los votos
de las listas de izquierda y centro izquierda y una mayor votación el segundo
día, lograría la primera mayoría”.
En último análisis, Camila Vallejo en conferencia de
prensa declaró, en un gesto que la
enaltece, que Boric no fue elegido con votos de la derecha.
b) Entre
1948 y 2011 hay un mundo de diferencias.
Para
ir a lo concreto, no existe la
URSS ni el “campo socialista”. China no es un ejemplo que la
juventud chilena pueda homologar con una sociedad socialista libre de la
explotación del hombre por el hombre. El poderoso movimiento comunista
internacional tampoco existe: por ejemplo, en Francia el PC ha bajado de un 30%
al 2% del electorado, el PC italiano se disolvió, el PC chileno y muchos
izquierdistas como yo, que votamos por los compañeros Hirsch y Arrate, apenas
bordeamos el 5%
¿Le ha
explicado el PC chileno a nuestro pueblo por qué se hundió la URSS sin que los 20 millones
de militantes del PCUS ni los millones de obreros soviéticos salieran a
defender a la “Patria del Socialismo”?
Desde
el punto de vista ético e ideológico la dirección del PC chileno tiene una
deuda histórica. Jamás se ha
referido, desde un punto de vista marxista, al stalinismo como una perversión
burocrática que asesinó a los más brillantes revolucionarios de 1917 y a
millones de comunistas en el mundo. Más aún, “El Siglo” jamás publicó el
informe de Nikita al XX Congreso del PCUS y sostuvo que era un engendro de la CIA.
¿Sólo
los anticomunistas primitivos (terratenientes, banqueros, agentes de la CIA y el imperialismo, etc.)
condenaron la intervención del Ejército Rojo y sus aliados en Checoslovaquia y Afganistán? El compañero
Allende condenó en el Senado esos brutales atentados contra la libre
determinación de esos pueblos y sostuvo que los socialistas chilenos no eran
“colonos mentales de nadie”.
¿Son “anticomunistas”
los universitarios de izquierda que buscan un cauce nuevo para sus inquietudes
y militancias y sueñan con una sociedad más justa y humana?
¿Somos “anticomunistas”
quienes hemos votado por los candidatos del Juntos Podemos Más y hoy consternados
verificamos que el PC abandona a sus aliados de izquierda y pacta con una
Concertación repudiada por todo el pueblo?. Cabe destacar que la lista de la Concertación obtuvo en
la FECH 509
votos, es decir un magro 3,8%.
Por
ser hoy “opositores”, ¿los dirigentes de la Concertación y sus
parlamentarios “binominales” han dejado de ser neoliberales o han renunciado a sus
cargos de directores de grandes empresas y bancos?
¿Quiénes,
con las manos en alto, unidos a lo más rancio del pinochetismo engañaron a los
Pingüinos?
¿Quiénes
toleraron las sucesivas colusiones de las farmacias, de los productores de
pollos y el escándalo de La
Polar , con grave desmedro para los trabajadores y la clase
media chilena?
Los
elementos oportunistas y corruptos de la
concertación, hoy “opositores”, NO son leales aliados de las masas populares y
de la clase media.
c) Al igual
que tu, aspirábamos a que Camila Vallejo hubiese sido reelegida a la cabeza de una
sola gran lista de toda la izquierda universitaria.
Ignoramos
por qué este objetivo no se logró. ¿Por sectarismo de quién?
d) Sostienes que Gabriel Boric representa al
“infantilismo revolucionario “
Esta
afirmación y la denuncia de que fue elegido gracias a la derecha, “El Mercurio”
y el gobierno, no tienen ningún fundamento. Son muy graves y no probadas. Los
trabajadores y la clase media están conscientes que la actual institucionalidad
(Pinochet-Lagos) sólo sirve a una minoría que los oprime cada día más. Las
luchas estudiantiles han contribuido a fortalecer esa convicción.
El repudio
a esa institucionalidad no es patrimonio de los “ultras”, sino tarea común del
pueblo de Chile que debe dotarse de una Constitución Política democrática y
participativa.
Los
compañeros y amigos del P.C. no son los
depositarios de la verdad. Deben ganarse el respeto del resto de las izquierdas.
Hoy no existe el vaticano stalinista que les otorgaba la aureola de pureza
ideológica y de infalibilidad.
En
conclusión, las elecciones de la
FECH han demostrado que no hay una sola izquierda. Hoy existen
“las izquierdas” para bien y para mal del movimiento popular. Nadie debe sentirse “víctima” cada vez que surgen
legítimas “discrepancias en el seno del pueblo”. Nadie debería transformarse en
“anti” por el hecho de discrepar.
Aprendamos de los viejos bolcheviques.-
A
propósito de la cita de Lenin, recordemos que los viejos bolcheviques
armonizaron la fraternidad revolucionaria con épicas, complejas y
ardientes polémicas.
Nuestras
discrepancias no empañan el afecto y la admiración que muchos te
profesamos por tu trayectoria política, en particular el temple que demostraste
en el campo de concentración de la Isla Dawson.
Un abrazo,
Jorin.
P.D.- Para los que no
conocen el texto de Miguel Lawner, se adjunta a mi respuesta como principio de
honestidad intelectual.
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EN DONDE SE CUENTA COMO EL ANTICOMUNISMO LE
ESCAMOTEÓ A LA JOTA OTRAS
ELECCIONES DE LA FECH
Miguel Lawner
Miguel Lawner
Octubre de
1948: elecciones de la FECH en medio de una encarnizada represión
anticomunista desatada por el Presidente González Videla, quién logra el
respaldo del Parlamento para la aprobación de la Ley de Defensa de la Democracia , bautizada
por el pueblo como Ley Maldita, mediante la cual se proscribió al Partido
Comunista, se borró de los Registros a 20.000 electores, y se exoneró de la
administración pública a miles de empleados. Además, el gobierno instaló un campo de concentración en Pisagua, al cual
fueron confinados unos tres mil dirigentes políticos, sociales y sindicales.
El ensañamiento
del presidente traidor alcanzó incluso a Pablo Neruda, al impulsar su desafuero
del Senado y desatando posteriormente una frenética cacería con el propósito de
someterlo a proceso, acusado del delito de injurias y calumnias contra el Presidente
de la República.
Solo la Universidad se salvó de la razzia desencadenada sobre
el resto de las instituciones nacionales. Los estudiantes universitarios comunistas
despertaron la admiración popular por su coraje para enfrentar al tirano, pero
no pudieron impedir su aislamiento político, cuando llegó el momento de
enfrentar las elecciones de la
FECH.
Presionados por el gobierno, las demás organizaciones de izquierda evitaron
configurar una lista unitaria, y a la
Jota no le quedó más remedio que postular sola, levantando
las candidaturas de Fernando Ortiz, a Presidente, el estudiante de Derecho
Jorín Pilowsky como Vicepresidente y el de Medicina Alejandro Jaque como
Secretario General.
Enfrentados a tan enorme desafío, los estudiantes
comunistas desarrollaron una increíble
creatividad. Nunca las elecciones de la
FECH , otrora demasiado circunspectas, habían conocido tal huracán de iniciativas
novedosas.
Los de Arquitectura y de Artes Aplicadas colgamos en
los muros de cada Escuela, bellos afiches, todos diferentes, pintados por nosotros mismos sobre grandes láminas de
papel Manila, que debíamos renovar diariamente al ser desprendidos por nuestros
adversarios. Otro equipo de compañeros distribuía numerosos volantes impresos a mimeógrafo en agotadoras jornadas
nocturnas, para ser repartidos de
madrugada en todas las escuelas.
Hasta ideamos una canción adaptando a La Raspa , una melodía popular
de la época, la siguiente letra:
Ortiz,
Pilowsky y Jaque, la FECH
van a ganar.
Ortiz,
Pilowsky y Jaque la FECH
van a ganar,
Alvarado
se hace a’un lado,
Galilea
no va’la pelea,
Barzelatto
queda p’al gato y
a
Altamirano se le pasa la mano. ([1])
Al igual que ahora, las elecciones se efectuaban
durante dos días, con escrutinios públicos al término de la primera jornada, ya
que, si la votación del primer día se hubiera depositado en alguna de las
oficinas de la FECH ,
sin escrutarla, nadie respondía por su inviolabilidad, quedando expuesta al acceso
de eventuales duendes empeñados en adulterar los resultados.
El Tribunal
Calificador de Elecciones funcionaba en una suerte de piso ático del edificio de
la FECH , ubicado en la esquina de la Alameda con calle Londres,
donde hoy se levanta el Hotel San Francisco. Nuestro representante ante el
Tricel era Pablo Poblete Larraín, egresado de Derecho. Era un hombre menudo,
más bien bajo, muy delgado, pulcramente vestido, rubio, con el pelo engominado,
casi un fideo de mirada penetrante y pocas palabras, que cualquiera podía
aventar de un soplido. Pero investido de tan importante responsabilidad,
Pedrito llegaba portando una pistola terciada sobre su pecho, y se sentaba
frente a la mesa escrutadora despojado de su chaqueta, no dejando dudas de ser portador
de un arma de fuego.
Comprenderán el pavor desatado en el ambiente, y la
imposibilidad de impugnar sin razones, algún voto en nuestro favor.
Oh sorpresa!
Finalizado el cómputo de la primera noche, resultó
que la lista de la Jota
aparecía encabezando la votación con unos 900 votos. Comprenderán que el
universo electoral era mucho menor que el actual.
La lista de la Falange Nacional encabezada por
el egresado de medicina José Barzelatto ocupaba el segundo lugar a unos 200
votos de distancia, en seguida la derecha presidida por el estudiante de Leyes
Raúl Galilea y últimos con escaso apoyo, socialistas y radicales.
Conocidos los cómputos, los jóvenes conservadores y
falangistas cruzaron al frente, rumbo al restaurante Don Bosco, fraguando esa
misma noche un pacto mediante el cual, la derecha se comprometió a solicitar a sus simpatizantes el apoyo a la
lista de la Falange Nacional
en la votación del próximo día, a fin de
impedir la inminente victoria de las Juventudes Comunistas.
La decisión no fue fácil para los conservadores, ya
que los jóvenes falangistas habían emigrado tiempo antes del viejo tronco
conservador, buscando una opción política renovadora. Para la derecha, se
trataba de pájaros que habían emporcado su propio nido, pero el terror a los
comunistas, los hacía comulgar con
cualquier rueda de carreta. ([2]
)
El resultado final arrojó el triunfo de Barzelatto, ungido Presidente de la FECH , con Juan Hamilton como
vicepresidente, superando a la
JOTA por muy leve margen. Fernando Ortiz resultó electo como miembro
de la mesa directiva.
En Agosto de 1949 se produjo una primera
rearticulación del movimiento popular, motivada por una sostenida ola de alzas en los precios del
consumo básico. El alza en la locomoción colectiva desde un peso cuarenta a un
peso sesenta encendió la hoguera,
generando un cuadro de movilizaciones sociales
que afectaron a la capital durante nueve días consecutivos. Es el suceso que
pasó a la historia como la huelga de la chaucha, expresión con la cual se
conocía entonces a la moneda de 20 centavos.
Los estudiantes salimos inmediatamente a las calles
expresando nuestro rechazo al alza de las micros. Santiago se conmovió por
manifestaciones que fueron creciendo a lo largo de los días, amenazando
seriamente la estabilidad del régimen. Los dirigentes de la
FECH José Tohá y Fernando Ortiz encabezaron
las protestas desarrolladas en plena Alameda de las Delicias.
Como era previsible, el gobierno y la prensa reaccionaria atribuyeron los disturbios a un plan sedicioso fraguado
por los comunistas. El Ministerio del Interior emitió un comunicado señalando
que “ el Partido Comunista unido a
elementos que son aliados y cómplices, intentan producir, como ya se había
previsto, la subversión del orden público, atacando a personas y la propiedad
privada, y agrediendo a la fuerza pública”. ([3].)
El jueves 18 de Agosto, Santiago amaneció sitiado
por las fuerzas armadas. La represión había arrojado un saldo de varios
muertos, decenas de heridos a bala o apaleados por los pacos y numerosas
personas arrestadas a lo largo del país.
La huelga de la chaucha acentuó el desprestigio del
gobierno y marcó la recuperación del movimiento popular. Como efecto inmediato,
las movilizaciones precipitaron la caída del gabinete, iniciada con la renuncia
del promotor de las alzas en el pasaje de las micros: el Ministro de Hacienda
Jorge Alessandri Rodríguez.
En el plano estudiantil, las luchas callejeras estrecharon
la unidad política de la
Izquierda , trayendo
consigo la creación del FAU (Frente de
Avanzada Universitaria), coalición que recuperó la FECH en las elecciones
efectuadas ese mismo año, eligiendo a
José Tohá, socialista, presidente, Lucho Dodds, radical como vicepresidente y a
Fernando Ortiz, comunista en calidad de secretario general.
El FAU debe considerarse como el verdadero origen
del Frente del Pueblo, alianza política que postuló por primera vez la
candidatura de Salvador Allende en 1952. Fue el inicio de un paciente proceso
de acumulación de fuerzas y de luchas, que concluyó 20 años más tarde con el
triunfo de la Unidad Popular
en Septiembre de 1970.
El
anticomunismo aparece nuevamente
La elección de la FECH efectuada días atrás, confirma que el anticomunismo sigue siendo una fórmula recurrente por la derecha, atizando
la división entre las fuerzas de izquierda, a fin de hacer imposible algún cambio significativo en
cualquier ámbito de las luchas sociales y políticas.
Las movilizaciones sociales de este año, encabezadas
por la CONFECH ,
alcanzaron una fuerza y magnitud sorprendentes. Cubrieron las principales
ciudades del país y se sostuvieron durante largos meses, no obstante las
amenazas de cancelar matrículas, o cerrar el año escolar. Concitaron un apoyo
popular abrumador, confirmado por sucesivas encuestas que marcaron un 80% de
apoyo a las demandas estudiantiles y
alcanzaron notable resonancia a nivel internacional.
Esto fue posible por la unidad del movimiento
estudiantil que posicionó en la opinión pública la necesidad de recuperar el derecho de acceder a una
educación libre y de calidad para todos los chilenos, y el éxito debe atribuirse en gran medida a la
conducción de quienes lideraron las manifestaciones combinando la fuerza con el
sentido común, manejando sólidas argumentaciones, incorporando creatividad,
belleza y humor en las manifestaciones. Se trata de los voceros de la CONFECH Camila Vallejo y
Giorgio Jackson, erigidos en emblemáticas
figuras nacionales.
Las recientes elecciones de la FECH fueron una oportunidad propicia
para apuntar contra Camila Vallejo, quién no ocultó jamás su filiación como
militante de las Juventudes Comunistas.
El Mercurio, con su astucia centenaria, se encargó
en los días previos a los comicios de otorgar
amplia cobertura a sectores autónomos de la Izquierda , quienes criticaron
a Camila por acatar supuestas instrucciones del Partido Comunista, afectando la
independencia del movimiento estudiantil y culpándola además, por negociar la solución del conflicto en el Parlamento
Todos los fuegos fueron dirigidos contra Camila.
Conocido los escrutinios al término del primer día
de votación, al igual que en 1948, se tramó un golpe de gracia. Hasta hoy día, no se han desmentido comentarios
de prensa según los cuales el gremialismo habría acordado ceder sus votos a
favor de Gabriel Boric, a fin de impedir la victoria de la lista encabezada por
Camila.
Todos los titulares de prensa y televisión una vez
concluida la elección destacaron con grandes caracteres: BORIC DERROTA A
CAMILA. No hay ningún análisis objetivo del resultado electoral.
La verdad es que las elecciones dejan en claro lo
siguiente:
1.- El universo electoral casi dobló el de años
anteriores, alcanzando a 14,000 votos. Las Juventudes Comunistas (Lista J ) casi
duplicaron la votación lograda un año antes, logrando 3.864 sufragios.
2.- De las
nueve listas participantes, 2 representaban a la Derecha : el Gremialismo
(lista H) que obtuvo 962 votos, y la
Centro derecha (lista B), que logró 703. En resumen, la Derecha logró un 12% de
apoyo.
3.- La Concertación estuvo representada por la lista D,
que sumó solo 509 votos, es decir, un
magro 3,8%
4.- Las otras cinco listas representan a sectores de
la Izquierda
autónoma desde trotzkistas (lista E con 359 votos), anarquistas (lista A con
257 votos),
Lista I: Luchar, creando Universidad Popular, con
1.816 votos. Lista C: Nueva Izquierda: con 757 sufragios, y los ganadores:
Lista F, Creando Izquierda con 4.043 sufragios.
Analizados estos resultados, se concluye que un 85%
del electorado apoyó a agrupaciones de la Izquierda , cuyos planteamientos respecto al
sistema educacional son similares. La diferencia está en los métodos para
lograr sus objetivos, pero el contenido de sus programas es análogo y coincide
con el anhelo de las grandes mayorías nacionales.
El resultado electoral es una advertencia definitiva
para el gobierno, de que no le será fácil eludir el clamor generalizado
respecto a iniciar ahora un cambio estructural en el sistema educacional
chileno.
Ninguno de los grandes medios de comunicación de
nuestro país ha realizado este análisis objetivo de la elección, ilimitándose a
enfatizar una y otra vez la derrota de Camila Vallejo, cuya votación personal,
por lo demás, es abrumadoramente alta.
El presidente electo de la FECH , Gabriel Boric, ha hecho
declaraciones señalando que nuestros adversarios están en el gobierno y el
Parlamento.
Esta es una afirmación típica de infantilismo
revolucionario. ([4])
Prescindir del gobierno y el Parlamento significa
apostar por una eventual ruptura institucional y está claro que las condiciones
objetivas en Chile están lejos de haber madurado como para llegar a semejante
situación.
La historia de Chile demuestra que mediante la
fuerza de los movimientos sociales y políticos,
es posible arrancar del Parlamento y de los gobiernos de turno
legislaciones avanzadas. Mencionemos, entre otras: La Ley de Instrucción Primaria
Obligatoria, La Ley
de la Reforma Agraria ,
y la Ley de
Nacionalización del Cobre.
El movimiento estudiantil y social, ha quedado como una asignatura pendiente para
el próximo año. Confiamos que la nueva
directiva de la FECH
pueda contribuir a conducirlo, con tanta capacidad y sentido común, como lo realizado
por sus antecesores durante el presente año.
Miguel Lawner
10 de Diciembre de 2011.
[1] Ignacio Alvarado, distinguido dirigente de la Falange Nacional ,
partido que más tarde tomó el nombre de Democracia Cristiana. Galilea,
dirigente derechista, José Barzelatto, candidato falangista y Carlos
Altamirano, dirigente socialista, más tarde Secretario General de su
partido y Senador de la República.
[2] La
historia se repitió en Enero de 1964, con ocasión de la elección complementaria
de un diputado por la provincia de Curicó, en la cual resultó sorprendente la
victoria alcanzada por Oscar Naranjo, socialista, candidato del FRAP, coalición
de la izquierda unida que había levantado nuevamente la candidatura de Salvador
Allende en las elecciones presidenciales a desarrollarse en Septiembre de ese
año.
Conocidos
los resultados, de regreso a Santiago los dirigentes de la Derecha y de la Democracia Cristiana
se detuvieron en el popular restaurante Juan y Medio, acordando esa misma
noche, el retiro del candidato de la Derecha
Julio Durand, para sumar sus votos al demócrata
cristiano Eduardo Frei Montalva e
impedir así el triunfo de Salvador Allende, tal como efectivamente ocurrió. El
anticomunismo fue una vez más el pretexto para justificar semejante pacto.
Ver en especial Capítulo VII :
¿Debe participarse en los Parlamentos Burgueses?
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